REFLEXIONES ACERCA DE LA FAMILIA COMO FACILITADORA DE LA VINCULACIÓN ACTIVA DE LOS NIÑOS Y NIÑA EN EL PRIMER AÑO DE VIDA

REFLEXIONES ACERCA DE LA FAMILIA COMO FACILITADORA DE LA VINCULACION ACTIVA DE LOS NIÑOS Y NIÑAS EN EL PRIMER AÑO DE VIDA

“La participación en el primer año de vida está relacionada con la capacidad de los adultos para responder a las necesidades y expresiones de los niños y niñas“ Brazelton (1974).

A través de la historia; se ha estudiado a la familia y su función socializadora, a partir de ello este documento busca recuperar reflexivamente el reconocimiento de la historia y los estudios sociales que han profundizado sobre el tema; abriendo la posibilidad de reasignar un nuevo significado a esta función analizada desde la visión de los niños y niñas que recién llegan al mundo, de la misma forma los que viven intensamente su primer año de vida, tratando de responder, ¿Cuáles son las acciones y actitudes tendientes que un niño o niña menor de un año requiere de su familia para potenciar su desarrollo, facilitar su reconocimiento y llevar a cabo su vinculación activa en su contexto inmediato?.

En este aspecto, cabe analizar en primera instancia el enfoque de familia, estableciéndose las concepciones analíticas de la realidad que maneja en la actualidad, luego enfocándose en el concepto de socialización familiar participativa y en las condiciones familiares que facilitan la vinculación activa a la misma. Es importante tener en cuenta que el presente análisis requiere de una lectura llevada a cabo con una mente descalza y desprovista de cualquier pre concepción a partir de los conceptos de capacidad y facilidad que tienen los niños y niñas menores de un año para explorar, sorprenderse, disfrutar y preguntar.

Los niños (as), al existir, pasan a formar parte de una sociedad, de una cultura que les provee de las herramientas mínimas para poder desarrollar y desplegar todo su potencial con la posibilidad de aportar a la construcción o consolidación de esa cultura de la que ya hace parte como sujeto activo de la historia, este proceso lo realiza por medio de la socialización primaria que se da en la familia. Pero, ¿Qué es familia?, es una pregunta con muchas respuestas según diferentes disciplinas, el enfoque o la cosmovisión de quienes la consideran como objeto de estudio. Pero al analizar la participación de la primera infancia y el desarrollo humano desde la mirada de la niñez; se va perfilando en una concepción integral de la misma y como la visión de Mejía de Camargo, quien considera a la familia de la siguiente forma: “la familia es como un conjunto de individuos en interacción, involucrados en un “proceso continuo de autodefinición e interpretación de la realidad que los rodea.” (MEJIA DE CAMARGO, 1994) Esta afirmación de Mejía de Camargo, dinamiza el concepto de familia en la medida que privilegia las relaciones, la comunicación y el compromiso de sus miembros con los procesos de desarrollo personal (autonomía, heteronimia, inculturación) y colectivo, otorgándole a la familia la capacidad para interpretar, cuestionar la realidad evidenciándose en las prácticas que despliega en la crianza de los niños y niñas, y ejerciendo el papel de mediadora entre la cultura y el espacio íntimo del hogar.

En el mismo orden de ideas, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (I.C.B.F.), en sus lineamientos técnicos sostiene que: La familia es una forma de vida en común, constituida para satisfacer las necesidades emocionales de los miembros a través de la interacción. El afecto, el odio, la complacencia y todos los demás sentimientos, muchas veces encontrados, proveen un ambiente dentro del cual los individuos viven procesos que determinarán su estilo de interacción en otros contextos (ICBF, 2006, Pág.: 62).

Por lo tanto, se resalta la importancia del contexto de la vida en común, y de sus manifestaciones consientes o no, los objetivos, los proyectos de vida y las metas comunitarias que le dan sentido al grupo, los cohesiona y les da identidad familiar, facilitando el proceso de acompañamiento de los miembros más pequeños del grupo.

En esa estructura de vida en común se entretejen relaciones que por lo general son de afecto y seguridad, concediendo a la familia el calificativo de Nicho afectivo, donde se manifiestan los sentimientos más primarios e íntimos de los seres humanos.

La familia, al convertirse en nicho afectivo por excelencia, es el primer lugar de acogida de cualquier sujeto en el principio de su vida, y al convertirse en el ambiente de acogida va desplegando y activando todo su potencial para adaptarse, aprende a acompañar a ese otro que va creciendo y lo va haciendo en la medida que se va interpretando y satisfaciendo las necesidades.

Por un lado, el aspecto biológico, que se presentan en los primeros años de vida del menor, y por el otro , el aspecto emocional, que abarca las características de reconocimiento, amor, cercanía, contacto, entre otras, dando sentido a una de tantas de las funciones familiares que le son inherente como la protección, donde la familia se constituye en la unidad básica de un microsistema para proveer a todos sus miembros de condiciones mínimas que lo dispongan para asumir una vida en sociedad.

Es importante resaltar que la familia es el espacio donde los nuevos miembros (niños- niñas), se entrenan en lo social para aprender habilidades que los faculten para vivir en comunidad.

Dicha adquisición de capacidades se realiza mediante la socialización primaria dentro de los cuales las más significativas son los de la toma de decisiones, la autonomía y la resolución de conflictos, como lo define el Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar de la Habana -Cuba:“Más allá de ser una institución con estatus jurídico, con una determinada situación socio-económica, regulada por normas de la conciencia social, para sus miembros es por excelencia, el grupo humano más cercano con el cual viven y se identifican, con el cual resuelven (o tratan de hacerlo) los problemas de la vida y de la convivencia, a través de actividades y relaciones intrafamiliares

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