RELACION CON CURRICULUM EVALUADO Y RECONCEPTUALIZADO

RELACION CON CURRICULUM EVALUADO Y RECONCEPTUALIZADO

Corresponde a lo que los profesores exigen en sus exámenes o comprobaciones, los niveles de exigencia que imponen y la valoración que hacen en base a los mismos. Estas dos últimas fases constituyen el contenido real de la práctica educativa, porque es donde el saber y la cultura cobran sentido en la interacción y en el trabajo cotidiano. La cuestión sobre el fin, es el problema básico de todo planteamiento educativo ya que es aquello que la educación persigue y por lo que se realiza, es decir, el término y el principio del proceso educativo.

Cuando les debemos enseñar el aprendizaje hay alumnos que lo tienen muy avanzados, otros que aprenden con lentitud, entonces si es importante saber en qué momento se les explicara y sobre todo de qué manera, ya que cada niños tiene su momento cuando llegan con muchas ganas a la escuela es donde uno tiene que aprovechar a enseñarles lo más que se pueda, es difícil que cuando se pierde ese momento es complicado que se pierda la comunicación entre los alumnos y el maestro. Aprovechar lo más que se pueda cuando están participando de ahí se pueden rescatar muchos puntos importantes para la evaluación.

Ante lo expuesto, la conceptualización del “curriculum”, tiene mucha correspondencia con el campo metodológico del diseño curricular, donde se encuentran principios o lineamientos genéricos, cuya ansia es situar la selección u organización de contenido, para luego precisar, sistema de instrucción y evaluación. Por otro lado, se hallaron otras maneras de estudiar el problema. En ese sentido, existen discernimientos seductores de la presencia de un solo enfoque o metodología curricular capaz de dar una respuesta integral a los diversos problemas que plantea el currículo y su práctica.

A la par es frecuente hallar complicaciones y ambigüedades entre los modelos curriculares y los medios de instrucción: de este modo términos como: curriculum, plan de estudio, programas de estudios, instrucciones y enseñanza se mercantilizan y se sitúan en un mismo plano. No se debe de olvidar que el curriculum es un producto de la historia social y humana, que permuta todas las construcciones sociales de tiempo en tiempo, de acuerdo con las innovaciones y descubrimientos en las ideas, en la ordenación de la vida social, en la estructura de los discursos, sobre la vida pública y privada; entre otras cosas. La dificultad de conceptualización del curriculum no refleja más que la realidad a la que hacer referencia, como son las diversas posturas políticas, ideológicas, culturales y académicas que históricamente se han presentado y que han condicionado tanto el campo curricular como el de su enseñanza.

Las tendencias más comunes, en gran medida son de naturaleza prescriptiva, es decir, se define algo que se caracteriza por ser una pretensión de la realidad, un querer ser, un deber ser. Todas esas circunstancias señaladas se consideran como las “verdaderas” o “mejores” con respecto a otras, aquí entran en escenas las diferencias de valor que permiten legitimar ciertas posiciones y excluir y rechazar a otras.

En estas tendencias tenemos: Inlow (1960) numera, que el curriculum es el esfuerzo conjunto y planificado de toda escuela, destinada a conducir predeterminados objetivos. Aquí se puede notar la deficiencia de la definición, ya que el curriculum es una serie estructura de objetivos de aprendizaje que se aspira lograr. Este prescribe (o al menos anticipa) los resultados de la instrucción.

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