RESUMEN DEL ESTUDIO INTRODUCTORIO AL NEOCLASISMO

LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO DE ORO Y NEOCLÁSICA

DANIELA ESMERALDA PIMENTEL NODAL

RESUMEN DEL ESTUDIO INTRODUCTORIO AL NEOCLASISMO

A pesar de creer en ocasiones que la Ilustración y el Neoclasicismo van de la mano, debe mencionarse que no es así, primeramente, por la distancia temporal en que acontecieron. La ilustración sucedida a partir de la coronación de Felipe V (1700) y el periodo Neoclásico en la cuarta década del siglo XVIII.

En el campo de las ideas estéticas y literarias en particular, hablando en específico sobre el Neoclasicismo, los cambios se habrá de notar ya pasadas las primeras décadas del reinado de Felipe V. Donde estaba muy arraigado aún el gusto barroco en la cultura y la sociedad española. Los Neoclásicos como hecho característico, frente a la fantasía barroca, opusieron “el buen sentido”, es decir, la negación de los caprichos de la imaginación.

En el campo de las ideas ilustradas, que es referente a la Ilustración, predomina el ya característico gusto racionalista que opone el progreso y la creación de las nuevas ciencias al conservadurismo ideológico y científico que la iglesia y la aristocracia controlaban a través de seminarios, colegios y universidades. En este caso, frente al fanatismo religioso y las supercherías populares, los representantes de la Ilustración, opusieron la reducción del clero y la escolarización formal.

Al hablar de obstáculos que se presentaron para ambos movimientos, podemos decir que para los ilustrados vendrían no por los objetivos no alcanzados, sino por su incapacidad para comprender y aceptar las transformaciones que la economía y la sociedad de Europa estaba viviendo. Su actitud política fue “ni con el absolutismo, que detiene el desarrollo, ni con la revolución, que desintegra la sociedad”. Ello los llevó a asumir una posición neutral o de centrismo político, es decir, de indefinición. En el caso de los Neoclásicos, su problema radicó en que reprodujeron una actitud similar de “centrismo”, desde la cual rechazaron la exuberancia verbal e imaginativa del barroco, pero nunca acabaron por ponerse el corsé de la sobriedad y la llaneza.

Esta misma inconstancia encontramos en la fragilidad y la ambigüedad de tales preceptos como el del didactismo. Toda obra, según los neoclásicos, debería ser una fuente de conocimiento, o bien, ser un elemento que ayude a elevar el espíritu del lector para que pueda un día llegar a subir a las atmósferas de la luz. Si revisamos a fondo esta circunstancia podemos observar que, en sentido estricto, todas las obras son didácticas en la medida que todas enseñan algo al lector.

Entonces, el Neoclasicismo se caracterizó por su ambigüedad estética, hecho originado en su propia ambigüedad ideológica y que ésta se expresa en sus preceptos literarios no siempre. Podemos decir que los neoclásicos se alejan de los excesos barrocos, pero nunca llegan al extremo contrario que se proponen: la total llaneza y racionalidad, cayendo en una especie de contradicción ideológica que ponía en duda la relevancia del movimiento.

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