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RESUMEN TODOS ESTABAMOS A LA ESPERA


Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  779 Palabras (4 Páginas)  •  7.773 Visitas

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RESUMEN TODOS ESTABAMOS A LA ESPERA

Iban llegando uno a uno y se sentaban en los altos bancos del bar. Se quedaban allí, en silencio, oyendo las canciones que sonaban en el tocadiscos. Otras noches había boxeo. Entonces dejaban de echar monedas en el tocadiscos y miraban la pelea, pero éstas no duraban mucho tiempo, ya que siempre alguien era tirado violentamente y un hombre con un corbatín alzaba la mano del que había quedado de pie, declarándolo el ganador.

Algunas veces apostaban, pero después de un tiempo, no quisieron ver más y dejaron de sintonizar al Madison. Nadie dijo nada, se pusieron de acuerdo y dejaron de ver boxeo sin que nadie dijera nada, tal como hacían todo.

Había noches que no tenían dinero, por lo tanto solo entraban y presionaban el botón del tocadiscos. Sonaba la canción y luego se volvían a ir. Tenían que ir todas las noches al bar, ya que no sabían cuando llegaría, y no querían que llegara sin que ellos estuvieran allí.

El dueño se dio cuenta de que ellos tambien estaban a la espera, por lo tanto fue y les dijo que podían tomar lo que quieran. Desde esa noche nunca dejaron de ir al bar. Pedión sus tragos sin pagar.

Una noche llego alguien que nunca habían visto. Llego como si conociera el lugar desde siempre. Se sentó al lado de ellos y les dijo que se iba a quedar ahí ya que tenía que llegar a este bar, que desde hace tiempo estaba esperando. Se había salido de la carretera con la poca plata que tenia, camino detrás de ellos hasta que encontraron un pequeño claro. Su ametralladora ya no sonaba. Estaban de espaldas. Comenzó a llorar, y cuando él llego la ametralladora comenzó a sonar. Grito que no quería oír más, ni siquiera sintió cuando las balas se callaron. Seguramente le dijo que lo siguiera y lo siguió, pero ya no oyó más.

Los del bar no dijeron nada porque él siguió hablando y los otros lo dejaron de oír. Era porque habían empezado a recordar.

Los recuerdos eran cuando comenzaron en una estación, sentados en unas butacas, con las revistas y periódicos desordenados a su lado. No sabían si ellos estaban esperando, o los estaban esperando.

Antes era el solo viajando sobre las carreteras. El enfrente de la vendedora de revistas. Los compraba no para leer, sino para ofrecerlos el que se hiciera a su lado y la muchacha preguntando la hora.

De repente se quedo solo con la muchacha, ella no entendía los itinerarios con su complicada combinación de números. La voz de él y de ella llena los vacios, y después ya no hablaban más. La muchacha se dormía y se apoyaba contra la madera de los bancos, mientras que el velaba su sueño.

De pronto le dice, aun con los ojos cerrados que tenía hambre. El se levanta y va hacia un restaurante y le dice al que atiende, que ella estaba en la estación, que no sabía para donde iba pero que ha esperado

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