Reseña Descriptiva, Esplendor De La Mariposa

La cautividad espiritual, la más fuerte de las prisiones

Suret Dávila Barrios

Universidad del Atlántico

Gómez Jattin, Raúl (1995) Esplendor de la mariposa,

Santafé de Bogotá: Editorial Magisterio, 67 p.

En un amplio viaje por la literatura me he expuesto a la lectura de un libro titulado Esplendor de la Mariposa, publicado por la Editorial Magisterio, en el año 1995, el cual fue escrito por Raúl Gómez Jattin, cuenta con 67 páginas, contenidas de dieciséis cortos, simples y amargos poemas, que despliegan una autobiografía del autor, donde metafóricamente y a través de las letras muestra su vida y expresa de manera estética el sufrimiento, el dolor interno, la soledad, la muerte espiritual, porque seguía vivo físicamente, pero con un vacío espiritual tan grande que incluso lo acercaba a su muerte física, pues así lo presentía él; es así como cada poema narran una descripción de la vida misma que él padeció; es preciso denotar que estos poemas fueron escritos desde un hospital psiquiátrico en la ciudad de Cartagena, luego de enfrentar una crisis metal que lo llevó a ser recluido en “una cárcel de salud” como él lo describe en el poema Mariposa.

Raúl Gómez Jattin, fue un apasionado por la poesía, su vida la dedicó a ella, y en uno de sus tantos viajes y travesías perdió la lucidez, el uso de la razón, sin darse cuenta empezó a vivir bajo los efectos de la locura y en una de estas crisis mentales llegó hasta el sanatorio mental anteriormente mencionado donde se desbordó en el mundo de la poesía, haciendo a la locura su cómplice más verdadera, cómplice de sus escritos, cómplice de su poesía, cómplice de su propia vida. En uno de esos tantos días de locura que le daban de tanto en vez y que lo fueron metiendo en una torrente de hospitales, drogas psiquiátricas e idas y vueltas de la normalidad a la locura es que decide escribir Esplendor de la Mariposa, que sin duda es una clara muestra de la prisión interna en la cual Gómez se encontraba sumergido, a partir de una serie indefinida de eventos, experiencias y situaciones que habían pasado en su vida, y que sin duda alguna lo habrían marcado para siempre, un vida llena de soledad, angustias, sufrimientos, desasosiegos y como si fuera poco un encierro espiritual que no le permitía ser libre en ningún ámbito de su vida; la falta de un sentido, de una motivación de vida, de un ser superior que lograra dar aliento, vida plena y llenar cada vacío de su corazón, y fueron estos fueron los factores determinante para la vida que a éste le tocó vivir.

Gómez, logró hacer de la poesía su compañera incondicional, él se encontraba solo en el mundo, no había conocido del Padre que llena todo, ese Padre que libera, y por ende su vida estaba sujeta a la soledad y en medio de ella su única fiel compañía era la poesía, que no cabe duda que lo acompañó en los momentos más críticos de su vida, y es así como logra llevar su sufrimiento existencial a las letras convirtiéndolo en lenguaje poético; a lo largo de los poemas escritos en el libro Esplendor de la Mariposa, hay varios entes determinantes, que el hablante lírico muestra de manera auténtica, número uno la necesidad de Dios en su vida, número dos la prisión externa que deja de ser importante porque hay un prisión interna que cobra más fuerza y número tres la espera de la muerte que sabe que está pronto a llegar a su vida. y es a partir de esto que se desglosa cada uno de los poemas escritos, paradójicamente el poeta se describe como una mariposa acabada de salir de la crisálida, en pleno vuelvo de su renacimiento, que hace su inauguración a la vida como un ser que acaba de nacer, la mariposa es quizás una de las especies más frágiles, expuesta a acabar su vida en un abrir y cerrar de ojos, se caracteriza por ser libre, rica en belleza y así se sentía Jattín en un similar al proceso del viaje de un alma de un cuerpo terrenal a un cuerpo divino, iba en el vuelo de su renacimiento no obstante volaba hacia su muerte, Raúl, se siente cómodo allí donde está, a diferencia de las épocas recientes de su locura no le toca pedir para comer y mucho menos para sustentarse, pues cree tener lo necesario para vivir, para sostenerse físicamente. Jattin, no se queja de lo que le toca vivir, de lo que padece a causa de su locura, ni siquiera se queja de Dios, ese que redarguye su vida constantemente de sus actos, de sus pensamientos, de todo cuanto lleva por dentro, en el alma, que enmarca así su vida, lo que es, ese que está latente en todos los episodios de su vida, de lucidez y de locura y que lo lleva a reflexionar de lo que hace, él sabe que existe, sabe quien es aunque por ocasiones le cueste reconocerlo y aceptarlo no se queja de Él, y siendo esto tan fuerte para él, más fuerte que su propio encierro, su propia prisión.

El escritor da claros anuncios de muerte que sabe que le espera, supersticiones van y vienen, ronda su cabeza y brota una cantidad de sensaciones, sentimientos de angustia, de dolor que no son más que su palpito de que ya está pronto a enfrentarse a el vacío que el espera, el vacío de la

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