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Resumenes


Enviado por   •  12 de Marzo de 2013  •  2.160 Palabras (9 Páginas)  •  279 Visitas

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Primera Parte

Capitulo I

Este capitulo trata de la creación del hombre de cómo se fue creando poco a poco.

Dice que antes de la creación del hombre todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio, todo tan inmóvil, calado y vacía de la extensión del cielo.

Antes no había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, arboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo existía el cielo.

No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaba el mar en calma y el cielo en toda su extensión.

No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo.

Solo el creador, el formador Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se le llama Gucumatz.

Tepeu y Gucumatz dispusieron la creación y el crecimiento los arboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el corazón del Cielo, qué se llama Huracán.

El primero se llama Caculhá Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero es

Raxa-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo.

Luego crearon la Tierra y así fue en verdad como se hizo la tierra.

La creación de la tierra, fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así ya son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.

De esta manera se perfecciono la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.

Capitulo II

Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles [víboras], guardianes de os bejucos.

En seguida les repartieron sus moradas a los venados y a las aves. Tú, venado, dormirás en la vega de los ríos y en los barrancos. Y los progenitores le dijeron al venado aquí estarás entre la maleza, entre las hierbas; en el bosque te multiplicaras, en cuatro pis andarás y te sostendrás.

Luego se designaron también si morada a los pájaros pequeños y a las aves mayores y los progenitores les dijeron: ustedes, pájaros, habitaran sobre los arboles y los bejucos, allí te multiplicaras, allí te sacudirás en las ramas de los árboles y de los bejucos.

Estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y los pájaros por el Creador y Formador y los Progenitores: Hablar, gritar, llamar, hablar cada uno según su especie, según la variedad de cada uno.

Entonces fue la creación y la formación, De tierra, de lodo hicieron la carne del hambre pro vieron que no estaba bien, por que se deshacía, estaba blando, no tenia movimiento, no tenia fuerza, se caía, estaba aguado, no movía la cabeza, la cara se le iba para un lado, tenía velada la vista, no podía ver hacia atrás. Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se puedo sostener.

Luego el Creador y el Formador tuvieron que consultar a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utitú, en seguida les hablaron a aquellos aducidos, la abuela del día, la abuela del alba y cuyos nombres eran Ixpiyacoc e Ixmucané.

La abuela les dijo den a conocer nuestra naturaleza, Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utitú, dos veces madre, dos veces padre, Nim-Ac, Nimá-Tziís, el Señor de la esmeralda, el joyero, el escultor, el tallador, el Señor de los hermosos platos, el Señor de la verde jícara, el maestro de la resina, el maestro Toltecat, la abuela del sol, la abuela del alba, que así serán llamados por nuestras obras y nuestras criaturas.

Y la vieja que era la adivina, la formadora, que se llamaba Chiracan Ixmucané, comenzó la adivinación, dijeron así el creador y el formador, y si este (el hombre de madera) es el que nos ha de sustentar y alimentar cuando aclare, cuando amanezca.

Tú, maíz, tu, tzité; tú, suerte; tu, criatura ¡Unidos ayudaremos!, les dijeron al maíz, al tzité, a la suerte, a la criatura, ¡ven a sacrificar aquí tu corazón del cielo; no castigues a Tepeu y Gucumatz!

entonces hablaron y dijeron la verdad: Buenos saldrán nuestros muñecos hechos de madera; hablaran y conversaran sobre la faz de la tierra. Se parecían al hombre, hablaban como el hombre y se poblaron en la superficie de la tierra. Existieron y se multiplicaron: tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su formador, caminaban sin rumbo y andaban a gatas.

Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Por esta razón ya no pensaban en el Creador ni en el Formador, en los que les daban el ser y cuidaban de ellos. Éstos fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz de la tierra.

Capitulo III

En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo, y reconocieron la muerte.

Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo. De tzité se hizo la carne del hombre, pero cuando la mujer fue labrada por el Creador y el Formador se hizo de espadaña la carne de la mujer.

Pero no pensaban, no hablaban con su Creador y su Formador, que los habían hecho, que los habían creado. Y por esta razón fueron muertos, fueron anegados. Una resina abundante vino del cielo. El llamado Xecotcoyach llegó y les vació los ojos; Camalotz vino a cortearles la cabeza; y vino Cotzbalam y les devoró las carnes. El Tucumbalam llegó también y les quebró y desmoronó los huesos.

Entonces los animales pequeños, los animales grandes, y los palos y las piedras les golpearon las caras. Mucho mal no hacías; nos comías, y nosotros ahora te morderemos, les dijeron sus perros y sus aves de corral a los humanos.

Así fue la ruina de los hombres que habían sido creados y formados, de los hombres hechos para ser destruidos y aniquilados: a todos les fueron destrozadas las bocas y las caras. Y dicen que la descendencia de aquellos son los monos que existen ahora en los bosques; éstos son la muestra de aquellos, por que solo de palo fue hecha su carne por el Creador y el Formador.

Y por esta razón

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