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Somos Parias Mexicanos “Valemos menos que un perro o un gato”


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  1.005 Palabras (5 Páginas)  •  148 Visitas

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Somos Parias Mexicanos

“Valemos menos que un perro o un gato”

Los vemos diario, cuando el semáforo nos marca el alto.

Son traga fuegos, malabaristas, mendigos, limpia vidrios, payasitos, etc… Son ya parte de nuestra vida cotidiana. ¿Pero realmente vemos a esos niños?, ¿Nos hemos preguntado acaso, quiénes son, de dónde vienen, por qué están ahí? Lo más probable es que no. Son niños a quién el estado no protege.

“Fracasar en el intento no es terrible, pero tratar de cambiar, lo puede ser”

Son niños de éste nuestro país “México”, son niños limosneritos, personitas ignoradas y deshumanizadas. Son invisibles, no se les pone un rostro, no se les vé a los ojos, no se reconocen como ciudadanos mexicanos con un potencial que no se les permite desarrollar. Son invisibles ante las autoridades jurídicas y gubernamentales. Si no fuera así, no permitirían que fueran explotadas como trabajadores infantiles en las calles y cruceros obteniendo ingresos para otros. Carecen de un ambiente que les permite afirmar su autoestima y su dignidad. Se les niega educación y un ambiente seguro para desarrollarse. Es el gobierno quien debe protegerlos. No pueden hacerlo solos. Son seres inocentes que tienen derecho a un futuro. Pero esto solo ocurrirá si el Estado los cuida y protege su bienestar. Tienen derecho a los servicios de salud, educación y a tener esperanzas y un futuro. Tienen derecho a ser protegidos.

Sus potenciales empiezan a debilitarse, a flaquear desde el primer día en que los sacan a las calles a mendigar. La máxima oportunidad que ellos tienen para poder descubrir y explorar su valor y potencial como individuo es truncada, es robada. Sus miradas hacia la humanidad se pervierten lentamente y se convierten en un instrumento inhumano de rentabilidad.

Se les hace sentir como un bien que puede ser vendido. Se les esclaviza y obliga a obtener ingresos para los que los controlan. Están condenados a una vida sin esperanza porque se les roba su autoestima, se les roba esa conexión entre la esperanza y la oportunidad; esa conexión es cortada para siempre. Mientras  no haya quien interfiera y altere ese destino y transforme ese sentido de sí mismo, almas perdidas, vidas perdidas y una oportunidad perdida para México.

Al darles una limosna nos quitamos ese sentimiento de culpa, pero estamos contribuyendo a que en su futuro sea un ciudadano sin valores.

Los niños pordioseros representan la forma más extrema de explotación infantil, no tienen la protección de un movimiento verdaderamente defensor de los derechos de los niños, el cual no se considera en las reformas actuales.

No existen mecanismos que los protejan, que los integren o que los rehabiliten, si existen leyes al respecto, no las aplican.

El hecho de que en ocasiones se les remueva de la vista pública, no ofrece ninguna garantía para el desarrollo de su potencial. El gobierno, responsable de protegerlos, no sólo debe hacerlo, sino también poner un alto a esa práctica de destruir más futuras ciudadanías.

El estado no sólo fracasa, ni siquiera lo intenta o si lo hace, lo hace mal. Duele ver el camino que siguen nuestros niños, nuestros futuros ciudadanos. Hoy en día estos se recaban y emplean millones de pesos para salvar animales del circo, de malos tratos, de manos criminales, del contrabando, etc., en todas partes del mundo evitando que sean maltratados, muy notable labor. Pero es una declaración irónica sobre la humanidad, México debería llenarse de gloria en salvación de sus niños en la condición de calle.

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