Tema Integrador
matthew_biersack15 de Octubre de 2014
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Zona arqueológica “Los Reyes La Paz”
Los restos arquitectónicos que se encuentran dentro de la zona son parte de un asentamiento de la fase Azteca III (1430 a 1521 después de Cristo).Al pie del cerro La Caldera, se conserva un basamento sobre una amplia plataforma; el basamento presenta dos etapas constructivas que pueden observarse claramente en la escalinata. En la parte superior se conservan restos del templo de la primera etapa; hacia el sur, junto al basamento quedan restos de habitaciones con accesos claramente definidos. En el sitio se puede observar también restos de cuartos con tlecuiles, lo que denota su carácter habitacional; en ellos vivían los personajes principales del sitio -tal vez los sacerdotes-. En los alrededores también se han encontrado cerámicas de la fase Coyotlatelco (600 a 800 después de Cristo). El sitio arqueológico tomó su nombre a partir de la cercanía con la cabecera Municipal de Los Reyes-La Paz, de acuerdo con la cerámica, encontrada en el lugar. Existen por lo menos tres etapas constructivas que corresponden al Posclásico Temprano, Medio y Tardío, y que del mismo modo se pueden dividir en: Fase Mezapa 800-1100 d.C.). Como antecedente del sitio existió un asentamiento durante la fase Coyotlatenco (600-800 d.C.).Al surgir Tula como centro hegemónico del altiplano, se abandonaron dichos asentamientos, y la población se reubicó en sitios nuevos como Los Reyes. Durante la fase azteca II (1200-1430 d.C) a la llegada de las tribus chichimecas a la Cuenca de México se vuelven a ocupar lugares abandonados al final del período tolteca, entre ellos el caso de Los Reyes. En la fase azteca III (1430-1521 d.C.) debido a la expansión territorial bajo confederaciones es muy probable que el sitio de Los Reyes estuviera bajo la hegemonía de Chimalhuacán, región tributaria de Texcoco, metrópoli de Acolhuacan. La pirámide que se observa en la zona arqueológica pertenece a esta etapa
Museo del Centro Cultural "Sor Juana Inés de la Cruz"
Ubicado en el sitio donde nació Sor Juana Inés de la Cruz en 1651, era una casa de labranza rentada por su abuelo Pedro Ramírez de Santillana a los padres dominicos en Nepantla. Para el siglo XIX, los restos de la construcción eran unos cuantos muros; en la década de los cuarenta del siglo XX, las ruinas consistían en un muro y algunas piedras. Ante tal situación, el Gobierno del Estado de México mandó construir un espacio con techo de vidrio sobre las ruinas. En la década de los cincuenta se colocó frente a los restos de la casa un busto de bronce del escultor Joaquín Arias con la imagen de la monja.
Entre los años 1969 y 1975 continuaron las labores de preservación de la casa. Al mismo tiempo, el sorjuanista Justo Sierra apoyó las obras, mandando colocar una cantera rosa con la frase: En este sitio se encontraba la casa en que nació el 12 de noviembre de 1651 la Décima Musa Sor Juana Inés de la Cruz. También se construyó un teatro al aire libre, una biblioteca y una cafetería. En el exterior de la casa, en una de las esquinas, se colocó otra escultura de cuerpo completo obra de Luis Rosso. En el interior se incrustaron azulejos de talavera con los mejores versos de Sor Juana y una reproducción de su retrato, obra de Miguel Cabrera. De 1975 a 1981 inició la delimitación geográfica del predio con bardas y rejas. En ese tiempo se colocaron tres esculturas: Sor Juana de niña, Sor Juana de adolescente y Sor Juana de adulta, obras de Gastón González. En 1994, el gobierno del Estado de México, en coordinación con el Instituto Mexiquense de Cultura, reconstruyó el recinto; la obra estuvo a cargo del arquitecto Abraham Zabludovsky. El 17 de abril de 1995 fue inaugurado como Centro Cultural Sor Juana Inés de la Cruz.
Su acervo se compone de 177 piezas alrededor del tema sorjuaniano. Cuenta con cuatro salas permanentes y tres temporales, auditorio,
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