Texto sobre una autobiografia

Mi viaje
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Me llamo María Angélica Rojas Díaz, nací el 18 de febrero de 1996, soy colombiana y recuerdo como si fuera hoy, el día que viajé a San Andrés. Esta hermosa isla con su mar de siete de colores, sus maravillosos paisajes y exquisita gastronomía.

Esperaba con emoción nuestro viaje, pues era la primera vez que iba a montar en avión, me sentía tan ansiosa y emocionada a la vez que no quería que terminara ese momento.

Eran las 10:00 am y ya era el momento de ir a abordar el avión. No puedo explicar lo que sentía, me habían dicho tantas cosas sobre los aviones que me imaginaba cantidad de cosas.

Mi abuela y mi tía, mis compañeras de viaje, no se cansaban de preguntarme en cada momento como me sentía, ellas sabían que era mi primera vez en avión, pero yo, para no preocuparlas y hacer que disfrutáramos el viaje, me hacia la fuerte y siempre les decía que estaba bien. Nos encontrábamos listas y el avión ya se estaba preparando para despegar, pero justo en ese instante me di cuenta que mi abuela, que ya había montado varias veces en avión, estaba más nerviosa y asustada que yo, que era mi primera vez. En ese momento mi abuela me dice: ¿Quieres cambiar de silla?, pensé un momento y respondí, que sí, pero sentía que el corazón se me iba a salir, porque la silla que ocupa mi abuela estaba justo en la ventana.

Ahora sí, era el momento verdadero de despegar, y sentía que todo me temblaba, en ese momento vino a mi mente, cada una de las cosas malas que me habían dicho sobre los aviones, todos los accidentes que habían sucedido, es decir, mi mente estaba completamente invadida de todos esos momentos catastróficos. Respire, me tranquilice, todo parecía estar bien, pero de un momento a otro, el avión empezó a andar más rápido, y justo pensé: “hasta aquí llegue”.

Pero, al momento me di cuenta que estar ahí en ese avión, no era todo eso que me había imaginado, ni tampoco todo lo que me habían dicho. Disfruté cada segundo, cada hora y gracias a mi abuela que me cedió su lugar, porque fue lo que más disfruté, el poder ver esos paisajes tan maravillosos.

12:00 del mediodía, y llegamos a nuestro destino, la hermosa isla de San Andrés. Nos dirigimos a recoger nuestras maletas y a tomar el taxi para ir al hotel. Ese momento en el que salimos del aeropuerto para coger el taxi, sentimos el cambio del clima inmediatamente, estaba haciendo mucho calor y nos sentíamos pegajosas, solo queríamos llegar al hotel rápido, para así podernos cambiar y colocarlos algo más cómodo y fresco.

Llegamos al hotel, y nuestra sorpresa fue que nuestro cuarto no estaba listo, y que nos tocaba esperar una hora para que estuviera listo. Pero no nos queríamos quedar con esa ropa, así que como pudimos abrimos nuestras maletas y nos cambiamos en el baño del hotel. Luego de estar listas pasamos a almorzar, de hecho, esa comida estaba deliciosa.

Por fin nuestro cuarto estaba listo, así que nos fuimos a instalar y a terminar de cambiarnos, y colocarnos nuestro traje de baño, para ir a la playa.

Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo, era tan hermoso, tan fresco como el aire, con sus siete colores, tan largo como el infinito, un ambiente de tranquilidad, ese es el mar uno de mis lugares favoritos. El lugar indicado para relajarse y para olvidarse de todo.  

Me sentía muy feliz de poder estar ahí, compartiendo con mi tía y mi abuela. Caminamos sobre la orilla del mar, nos tomamos fotos, nos reímos y después de eso, nos metimos a nadar. Nadamos hasta que nos cansamos. Eran las 5:00 pm, así que ya nos teníamos que salir, nos dirigimos al hotel para ducharnos y arreglarnos, para salir a conocer la isla y luego ir a cenar.

Al día siguiente, nos levantamos muy temprano para seguir disfrutando del mar, luego pasamos a desayunar y después de eso nos fuimos a recorrer la isla. Después de llegar, fuimos a almorzar y nos fuimos a dar un paseo en lancha. Y cada día que pasaba hacíamos algo diferente, conocíamos lugares, paseábamos en lancha, montábamos en las motos acuáticas, salíamos a la playa y muchas otras actividades.

Cada momento que pasamos en la isla lo disfrutamos mucho, no había día que no saliéramos a conocer. Disfrutamos cada lugar al que nos llevaban a conocer.

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