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Un tesoro escondido llamado alteridad


Enviado por   •  23 de Enero de 2019  •  Ensayos  •  2.082 Palabras (9 Páginas)  •  86 Visitas

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“UN TESORO ESCONDIDO LLAMADO ALTERIDAD”

(Ensayo)

Por Nubia Ibarra Preciado.

La exploración pedagógica debe considerarse como un elemento fundamental en la labor educativa; en la

medida que una práctica del ejercicio docente sin reflexión, sin cuestionamientos y sin lecturas de la

realidad que la circunda, carece de vida y se torna; por lo tanto, vacía y mecánica. En este sentido, adelantar

una maestría en educación ofrece la oportunidad de conocer y andar el camino de la investigación como

herramienta que aporta valiosas soluciones a diversas problemáticas que se evidencian hoy, en la Institución

Educativa.

Los tres años de trayectoria en la I.E.D María Medina del Municipio de Fosca-Cundinamarca han

proporcionado en mi quehacer pedagógico y disciplinar una serie de cuestionamientos plasmados

básicamente en la inquietud de lograr, que el enfoque pedagógico del Proyecto Educativo Institucional

denominado “enseñanza para la comprensión” se visualice en el aula y fuera de ella desde “la aprehensión

misma de las disciplinas, hasta la apropiación de valores que garantizan la convivencia, la comprensión de sí

mismo y de los otros; así como la transformación de la realidad de manera que el desarrollo humano

ocurra.”1 De este modo, la construcción pedagógica del conocimiento viene dada principalmente por

conocer primero al “otro”2, su discurso y el contexto en el que se mueve para transformar y transformarnos.

En este orden de ideas, pretendo adelantar una investigación que apunte a la reorientación pedagógica en

el marco de una educación pensada en el reconocimiento del “otro” como medio de aceptación de la

diferencia; que responda al cómo lograr la aprehensión del conocimiento desde la alteridad y dé cuenta de

la importancia del por qué construir conocimiento significativo desde la voz del “otro” (la o el estudiante:

que es afro, indio o blanco; ateo, cristiano o católico; el que es alto o bajo, robusto o delgado, de cabello

largo o corto, el que dice no, si o tal vez, el que obtiene uno, tres o cinco; el que piensa igual o diferente).

Los anteriores interrogantes implican un reto que puede ser orientado desde la línea investigativa

denominada “discurso, contextos y alteridades” impartida por la Universidad Pedagógica Nacional; pues a

nivel general, el docente se enfrenta a un contexto específico que vale la pena analizar e investigar para no

caer en el error de ajustar la práctica pedagógica a un contexto que carece de lectura; como cuando se

coloca una ficha de rompecabezas en el tablero equivocado; y más aun, se le deforma para que encaje.

En consecuencia, pretendo realizar los estudios en educación no sólo con el fin de buscar respuestas a los

múltiples cuestionamientos que son resueltos desde las herramientas precisas que ofrece la investigación o

mejorar mi remuneración salarial; sino también por el interés propio de realizar un aporte en la educación

de los estudiantes fosqueños.

Estas motivaciones me conducen a tocar una puerta que brinda la oportunidad de formar y preparar al

docente que no busca llanamente la enseñanza de un saber específico; por ejemplo, para el caso particular,

lenguaje y literatura, sino que centra su atención en la construcción del diálogo de la alteridad como el

discurso de la escuela, desde la disciplina que imparte.

1 STONE, Martha. La Enseñanza Para La Comprensión. Buenos Aires, Editorial: Paidós. 1999, 441 pág.

2 Término que hace alusión a absolutamente todos los estudiantes desde lo diferente, sin excepción, y a los

demás actores del proceso educativo de la institución educativa María Medina.

Desde esta perspectiva, y como lo afirma Valera “el territorio escolar es visto como un espacio de

posibilidades para pensar y desarrollar otros modos de subjetivación pedagógico, para construir otros

tejidos de significación”3 .

El proceso educativo no puede seguir siendo en una sola dirección y destinado a un grupo “normal”, sino

que debe complementarse y ampliarse hasta la experiencia del “otro” para lograr la construcción del

conocimiento significativo y diverso, pero incluyente. Por consiguiente, es necesario y urgente reconocer el

término alteridad, más que en un sentido denotativo, en el espejo de las acciones y la práctica.

Alteridad es la capacidad de "ser" otro. […] es el principio filosófico de "alternar" o cambiar la

propia perspectiva por la del "otro" considerando y teniendo en cuenta el punto de vista, la

concepción del mundo, los intereses, la ideología del otro; y no dando por supuesto que la "de uno"

es la única posible.4

Esta es la invitación al replanteamiento reflexivo de la práctica pedagógica, puesto que en el aula no se parte

de la ideología, la concepción del mundo o los intereses del estudiante, son los estándares el punto de

partida; cuando se debería optar por la realización de un proceso inverso, que no se queda en la

consecución de lo básico y, que por el contrario, fluye a la trascendencia naturalmente sin someterlo, ni

forzarlo.

En síntesis, este ensayo hace tres llamados a los profesionales de la educación. El primero, se fundamenta

en la necesidad que tiene el maestro de prepararse, de leer, de investigar constantemente, de escribir y

escribirse, de salir de la zona de confort y atreverse a darle sentido a su labor, de empezar a ver a los

estudiantes con los ojos de la sensibilidad para lograr que los niños y niñas sean protagonistas. Por ejemplo,

el municipio de Fosca con sus niños y niñas mantiene latente una serie de significados, fruto del devenir del

pueblo que, si bien sustentan un sentir propio como comunidad, necesitan ser estudiados para que no

sucumban en el olvido.

Por tal motivo, debe ser la escuela la institución que promueva esta vivencia en las surgentes generaciones,

para que los nacientes protagonistas de la sociedad no desconozcan su territorio, las expresiones de sus

gentes y, por tanto, no se desconozcan así mismos. En esta dirección, es necesario reconocer que los niños

como habitantes y actores de la educación, también son portadores de un conocimiento; construyen

significados como usuarios del espacio urbano y rural fruto de

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