Yo Soy Rodrigo Diaz De Vivar

Yo soy Rodrigo Díaz de Vivar, mejor conocido como Mio Cid Campeador.

El juglar que cuenta mis hazañas, comienza presentando mi relación con mi señor el rey don Alfonso. Antes fui fiel servidor de mi señor don Sancho. Mi señor me amaba y me apreciaba como un gran guerrero. Pero un día en la región de Zamora, mi señor fue muerto. El reino no se podía quedar sin gobernante. Le correspondía el trono a Alfonso. Muchos pensaron y acusaron a Alfonso de haber ordenado la muerte de Sancho para heredar el trono. Por eso lo obligué a jurar en la iglesia de Santa Gadea que no tuvo nada que ver en esa matanza. Esto creó resentimiento en Alfonso hacia mí. Como yo era un buen guerrero y aunque no tenía el favor del rey me mantuve como soldado en batalla.

El rey Alfonso me da por esposa a doña Jimena. Cuando regresaba de cobrar los impuestos al rey moro de Sevilla, mis enemigos pensaron que me había quedado con dinero que pertenecían a mi rey. Muy enojado , el rey me destierra.

¡Qué triste destierro, qué gran injusticia! Me sacan de mi amada tierra, me quitan a mi esposa e hijas. Mis vasallos no pueden acompañarme. Me resta salir solo, solo en las manos de Dios.

No importan mis sufrimientos, continúo luchando a favor de mi rey. Mi fidelidad y lealtad son más grandes que las injusticias que pueda sufrir. Con el triunfo de las batallas contra los moros, con mi respeto al rey entregando los mejores tesoros, ganaré nuevamente el favor de mi rey.

Mi rey don Alfonso, me hace el honor de casar a mis hijas con los infantes de Carrión. Todos pensamos que sería un buen matrimonio. Pero no fue así. Estos infantes eran familia de mis enemigos y como no tenían el espíritu batallador, eran unos cobardes. No se enfrentaron al león, se escondieron en la batalla. Mis fieles vasallos y guerreros se burlaron de ellos. Provocaron en los infantes resentimiento y deseos de venganza. En la afrenta en el robledal de Corpes se vengaron con lo más que me dolía: mis hijas. Las golpearon, las desnudaron, las dejaron casi muertas.

Como buen vasallo no tomo la venganza en mis manos. El rey Alfonso casó a mis hijas, el rey Alfonso les devolverá su honor.

El rey Alfonso entonces convocó a las Cortes de Toledo. Allí se reunieron los amigos del Cid y sus enemigos. Los enemigos del Cid apoyan a los infantes de Carrión, pero se presentaron pruebas en su contra y el rey Alfonso pauta un combate entre los hombres del Cid y los infantes. El bien triunfa sobre el mal. Mis hijas recuperan su honra y honor. El rey Alfonso me toma nuevamente como su fiel vasallo.

El personaje del Cid es uno digno de emular. Sus cualidades reflejan a un hombre fiel, amoroso, digno, valiente y compasivo aun con sus enemigos. Sus enemigos lo llaman Mio Cid Campeador que significa Mi señor batallador. Hasta sus enemigos reconocen su dedicación a la batalla. Los enemigos

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