Yukio Mishima, La Nostalgia De Un Samurai
hipothesen14 de Noviembre de 2012
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Yukio Mishima, la nostalgia de un samurái.
El 14 de enero de 1925 nació en Tokio, en el seno de una familia de samuráis, el escritor Yukio Mishima. Su verdadero nombre era Kimitake Hiraoka pero se lo cambió siendo adolescente.
Después de estudiar leyes en la universidad de su ciudad natal, se dedicó por completo a la literatura.Desde su adolescencia estuvo obsesionado por violentas fantasías que narró con detalle en sus obras. Algunas de ellas tienen un profundo tono autobiográfico y reflejan su pasión por el masoquismo y la preocupación por el cuerpo físico. La fascinación por la sangre, la muerte y el ritual son patentes en toda su carrera.
En 1944 publicó su primer libro, un volumen de cuentos, poco antes de ser convocado por el Ejército para una misión suicida en la que finalmente no se le admitió. Al terminar sus estudios entró en la administración pública, pero pronto abandonó su carrera de funcionario para dedicarse profesionalmente a las letras. Mishima, que era bisexual, en su obra inicialmente analiza los problemas de la generación de posguerra y otorga especial atención a los temas del amor y del sexo. En 1952 emprendió un largo viaje por América y Europa y en 1958 contrajo matrimonio.
En medio del gran florecimiento industrial y consumista Mishima hacia un llamado en contra de los que olvidaban el "auténtico y verdadero Japón" y se lamentaba de ver que su país "se aleja de sus fundamentos" y "entrega su futuro a las potencias extranjeras". El literato se veía a sí mismo como renovador espiritual del Japón e invitaba a sus compatriotas a reflexionar sobre si mismos y a devolver al Emperador y al ejército todo el poder. Su sentido estético de lo heroico lo llevó a defender siempre un retorno a las antiguas y ancestrales virtudes del pasado, así como al austero patriotismo del Japón imperial. “¿Cómo es posible denominar "hombre de acción" –escribió- a quien por su trabajo de presidente en una empresa hace ciento veinte llamadas telefónicas diarias para adelantarse a la competencia? ¿Y es tal vez un hombre de acción el que recibe elogios porque aumenta las ganancias de su sociedad viajando a países subdesarrollados y estafando a sus habitantes? Por lo general, son estos vulgares despojos sociales los que reciben el apelativo de hombres de acción en nuestro tiempo. Revueltos entre esta basura, estamos obligados a asistir a la decadencia y muerte del antiguo modelo de héroe, que ya exhala un miserable hedor. Los jóvenes no pueden dejar de observar con disgusto el vergonzoso espectáculo del modelo de héroe, al que aprendieron a conocer por las historietas, implacablemente derrotado y dejado marchitar por la sociedad a la que deberán pertenecer algún día.”
En 1955 inició un completo programa de pesas y mantenimiento muscular con la obsesión de que el paso del tiempo no dejase huella en su cuerpo. Se hizo experto en karate y kendo. En 1968 formó una milicia llamada Sociedad del Escudo, comunidad al estilo de los samuráis con la que intentaba devolver a Japón sus raíces más tradicionales. No logró su objetivo y el 25 de noviembre de 1970 se hizo el sepukku o haraki-ri que, como es sabido, es el suicidio conforme al Bushido, el antiguo código de honor de los samuráis. Tenía 45 años.Seguramente el drama personal de Mishima no es explicable solamente por su inconformidad política sino que lo agobiaban otras ansiedades. Un especialista en su obra, el profesor Takashi Inoue, afirma que “la cuestión más importante para Mishima era cómo solucionar el vacío que él sentía interiormente. Él se sentía marginado de su propia vida, lo que, a su vez, originaba un profundo vacío en su espíritu. Se sentía apartado de lo que es vivir y buscaba una solución a esto (...). Para superar ese estado se dedicaba a la literatura y escribía obras
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