¿a quien debemos dejar morir?
Daniela Herrera LozanoEnsayo7 de Mayo de 2018
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Ángel Puyol González, autor del artículo “¿A quién debemos dejar morir?”, el cual reseña, expone diferentes pensamientos sobre los requisitos necesarios para otorgarle un trasplante a un paciente. Este artículo corresponde al No. 103 de la revista “claves de razón práctica” publicada en el año 2000, y se encuentra ubicado en las páginas de la 54 a la 59.
Este artículo comienza con la historia de un hombre de 52 años que necesita un trasplante de corazón ya que presenta una grave cardiopatía crónica. El hospital que atendió al señor se negó a incluirlo en la lista oficial de trasplantes por presentar una situación económica y laboral inestable .Sin domicilio y sin trabajo fijo, el enfermo no podía garantizar una adecuada recuperación tras el necesario trasplante. La condición de pobre y no la dolencia física que padecía, fue lo que le cerró las puertas a los servicios públicos.
La decisión de priorizar a pacientes para recibir órganos vitales que pueden salvar sus vidas tiene todas las características de una elección trágica. La elección trágica aparece cuando cualquier tipo de decisión posible provoca un perjuicio inmerecido e irreparable a alguien, como ocurre en este caso.
De las corrientes que están a favor de la decisión de negar el trasplante por razones sociolaborales está el utilitarismo y el liberalismo. El utilitarismo considera que el sistema sanitario justo es aquel que consigue aumentar la salud sumada de todos los ciudadanos. Los utilitaristas de la salud utilizan el criterio de los años de vida ajustados por calidad (AVAC), este es una combinación entre la cantidad de años de vida que una persona puede ganar gracias al tratamiento médico y la calidad de vida que este le deja a la persona. En una persona que tiene condiciones sociolaborales inestables tiene el efecto de disminuir el beneficio sanitario, ya que su situación tiene mayor probabilidad de presentar problemas de recuperación y de respuesta al tratamiento, situándose así en la cola de prioridades, esta persona se considera un acumulador ineficiente de AVAC . El liberalismo también apoya la idea anterior, considerando que solo las personas con capacidad de pago pueden acceder a una asistencia sanitaria.
De las corrientes que están en contra de la decisión de negar el trasplante por razones sociolaborales está la justicia distributiva, el libertarismo y el Rawlsiano. Estos enfatizan en la idea de que el valor de la igualdad se protege mejor cuando el acceso al sistema sanitario se abre por igual a todos los ciudadanos que acuden con una igual necesidad médica, de manera que, si hay que priorizar el acceso, tendrán más preferencia los más enfermos y no los que puedan pagar de su bolsillo la atención que van a recibir o los que son capaces de extraer un beneficio sanitario mayor por ejemplo medido en AVAC. En conclusión, el derecho a la atención sanitaria debe llegar a todos, pero el acceso debe ser prioritario para los más enfermos.
Este artículo toca diferentes puntos de vista basándose en la salud de las personas. Por lo cual, debe primar el derecho a la vida antes de tomar como prioridad las circunstancias socioeconómicas de la persona que requiere el trasplante. En el artículo presente, no muestra que no solo debe primar el derecho a la vida si no que hay unas condiciones necesarias para la adquisición de un trasplante, estas dependen de su condición social, laboral y económica de dicha persona, para que así haya una buena recuperación después de la intervención. En este caso nos preguntamos ¿si no tengo dinero entonces no voy a tener un tratamiento? Ahí se puede evaluar el punto de vista médico al poner en primer lugar la salud del paciente, esta situación hace que en múltiples ocasiones les haga pensar si se hace lo correcto al trasplantar un órgano, debido a que estos son recursos escasos.
Si se analiza la situación,
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