Ensayo de Hegel.

Hegel y la dialéctica

La dialéctica antigua

Los caracteres más llamativos de la dialéctica antigua son dos: el de referirse en el campo del conocimiento y el de fundarse en el principio identidad. De rechazo, la dialéctica nueva, o moderna, se distinguirá por los caracteres opuestos, es decir, por ser ontológica al referirse a la realidad exterior al pensamiento, y por fundarse en el principio de contradicción.

1. La dialéctica antigua se refiere al campo del pensamiento. La dialéctica se refiere al pensamiento, a los mecanismos de la razón cuando dialoga, convence y refuta; nada nos dice del comportamiento del comportamiento de la realidad exterior. Los de la realidad exterior y de la dialéctica son dos niveles del todo heterogéneo, sin relación entre sí. Pues bien, esta falta de relación entre ambos niveles se mantuvo, con alguna excepción muy discutible, hasta la nueva lógica, inaugurada por Hegel.
2. La dialéctica antigua y el principio de identidad. La palanca de la dialéctica como discusión y diálogo es el principio de identidad o de no contradicción. El principio de contradicción señala los limite y el final del dialogo dialectico. Si la contradicción es el punto final de la dialéctica antigua, la contradicción es el punto de partida para la dialéctica hegeliana.

La razón como espíritu absoluto en Hegel

La dialéctica moderna de Hegel

1.  La dialéctica hegeliana y la realidad. Si la dialéctica antigua se refería exclusivamente al campo del pensamiento, sin mezclarse para nada con la realidad exterior al pensamiento, la dialéctica hegeliana gobierna ambos sectores. En cierto sentido, pues, Hegel fusiona la dialéctica antigua que se refería sólo al pensamiento, y la  teoría de los contrarios  de Heraclito, con vigencia sólo en la realidad exterior. La dialéctica de Hegel es  lógica y ontológica. La razón de esta fusión es la siguiente. Hegel es idealista y, en cuanto tal cree que la realidad en general está regida, más aun, constituida por ideas y, en definitiva, por la razón. Luego las leyes que rigen la razón cuando razona tiene plena vigencia en el desarrollo en general.
2.  El principio de contradicción en la dialéctica hegeliana. La dialéctica nueva ve la contradicción en las cosas mismas, las cuales con y no son al mismo tiempo. Más aun, hace de la contradicción el motor de la actividad y del despliegue de los seres, sin el cual éstos languidecerían hasta anonadarse. Según la dialéctica moderna, todo acontecimiento, todo hecho se explica a base de la contradicción existente entre los protagonistas del hecho; estos han de negarse el uno al otro para que el acontecimiento pueda tener lugar.

Hegel y el idealismo

El idealismo de Hegel es un idealismo universal y omnicomprensivo, donde toda la realidad queda reducida al despliegue de una razón absoluta.

Tanto Berkeley como Kant reduce parte  de la realidad al pensamiento subjetivo e individual. Es, en resumidas cuentas, la razón o facultad perceptiva individual y subjetiva la que constituye la realidad. Hegel rompe con este esquema: en Hegel, la razón se objetiviza y se absolutiza, es decir, no se trata ya de la razón humana individual y de cada hombre, sino de una razón, o espíritu, absoluta y exterior respecto del hombre. Este << espíritu absoluto>> hegeliano es el origen de cualquier otra realidad, incluido el hombre. De este modo, la razón humana no es más que un momento o fase del despliegue de esa razón o espíritu absoluto.

El espíritu absoluto Hegeliano

Hegel cree que esa espontaneidad de la razón debe universalizarse y hacerse absoluta. La razón originariamente humana, deja de ser la razón del hombre para transformarse en una expresión y manifestación de una especie de espíritu cósmico, el  espíritu absoluto hegeliano. Pero el espíritu absoluto ya no es la razón humana, sino algo que la ha precedido desde el principio de los tiempos. La naturaleza de ese espíritu cósmico o absoluto de Hegel. Hay razones muy fuertes para identificarlo con la divinidad.

El método dialéctico de Hegel

La insuficiencia esencial de lo parcial según Hegel

1.  En el mundo del pensamiento. Desde el punto de vista del pensamiento, lo parcial recibe el nombre de abstracto: << se abstrae cuando se piensa aisladamente aquello que no está hecho para existir aisladamente. Lo concreto, por oposición, es una realidad que puede existir por sí sola. >> toda consideración abstracta, o parcial, contiene contradicciones nos veremos obligados a acudir a otra idea menos abstracta y m{as completa. En fin el proceso terminara únicamente cuando lleguemos a la “Idea absoluta”, o “Espiritu absoluto”, que según Hegel, no tiene contradicciones ni ulteriores desenvolvimientos.
2. En el mundo de las cosas. Según Hegel, cualquier ser aisladamente considerado es algo fragmentario e incapaz de existir por sí y sin el complemento del mundo restante. Del mismo modo que en anatomía comparada, se ve, mediante un hueso aislado, la clase de animal a que ha pertenecido el conjunto, así ve el metafísico, según Hegel, mediante una pieza de la realidad, lo que ha de ser la realidad total, por lo menos en sus grandes líneas. No debemos extrañarnos de la coincidencia de los dos mundos, el del pensamiento y eel de las cosas, para Hegel pensar y ser una misma cosa. La comprensión de cualquier cosa particular exigiría, para que fuera completa, la comprensión del todo. Por otra parte, si la comprensión parcial es esencialmente insuficiente, como quiere Hegel, ello es debido a que el todo está de algún modo en cada parte. Ese todo vuelve a ser el  espíritu absoluto hegeliano.

Dialéctica y casualidad

Un procedimiento para explicar las cosas y los hechos. Mas tradicionalmente, hasta Hegel, esa función explicativa era atribuida a la casualidad; hasta entonces, no había otro medio para conocer y explicar cualquier cosa o fenómeno que el principio de casualidad, de tal modo que se definió el saber ideal como conocimiento de las cosas y de los hechos por sus causas.

Objeciones de Hegel contra la causalidad:

1. El principio de causalidad es aplicable a cualquier ser aislado: todo ser determinado es causa de otro ser. Por tanto, ese principio es acreedor de la insuficiencia de lo parcial. La parcialidad es inseparable de la causalidad.
2. El principio de causalidad no tiene en cuenta para nada el otro principio, irrenunciable para Hegel, de que el mundo en su desarrollo ha de comportarse de un modo análogo al despliegue dialéctico de la razón.
3. El ser se desarrolla cualitativa  y  cuantitativamente. Para Hegele, el método causal sólo podría explicar el aspecto cuantitativo de la realidad, de la realidad, y no el cualitativo.

Razón analítica y razón dialéctica

Se ha dado en llamar <> a la que, en términos generales, pretende conocer y explicar el mundo sirviéndose del método causal, mientras que por <> se entiende la razón en cuando utiliza el método dialectico con la misma pretensión. Por el hecho de que la razón analítica se fundamenta en la causalidad, esa razón adolece de los mismos defectos que Hegel atribuía, al principio de causalidad. Por eso, la razón analítica sufre la insuficiencia propia de lo parcial, descuida el aspecto cualitativo de la realidad y, sobre todo, no es “racional” en el sentido de que razonar no se ajusta al comportamiento típico de la razón. Este comportamiento aparece en la razón cuando dialoga, cuando la razón es dialéctica.

Tesis, síntesis y antítesis.

El desarrollo lógico de los conceptos se lleva a cabo por medio de las contradicciones y que éstas consisten en una afirmación y en su negación. Pero, una vez que  aparecen la afirmación y su negación, la razón busca inmediatamente una conciliación  de esos dos extremos; busca mediante el dialogo la eliminación  de la contradicción existente entre la  afirmación primera y se negación. En consecuencia, el desarrollo lógico de la razón consta de tres momentos: una afirmación, una negación  de la afirmación y una superación de la contradicción así constituida. Tesis, antítesis y síntesis especialmente cuando se trata del desarrollo de la realidad.

La realidad en general no se despliega linealmente, como quería la razón analítica al fundarse en la causalidad, sino en una serie indefinida de <> a nivel real, las triadas cobran la forma de lucha ente los opuestos, es decir, entre la tesis y la antítesis; la síntesis representa el resultado final de esa lucha. La síntesis no es final de proceso, sino que, que una vez que se ha establecido, se constituye en tesis necesitada de una antítesis; entre las nuevas tesis y antítesis se establece de nuevo la lucha, la cual, a su vez, termina en una síntesis que vuelve a transformarse en tesis, y así sucesivamente y sin fin.

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