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Ensayo Sobre El Libro CRITICA DE LA FILOSOFÍA DEL ESTADO DE HEGEL


Enviado por   •  30 de Mayo de 2015  •  2.170 Palabras (9 Páginas)  •  209 Visitas

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Critica De La Filosofía Del Estado De Hegel

La crítica que se hace Marx, a la Filosofía del Estado de Hegel, se concentra en varios aspectos. Marx desmiente la concepción hegeliana de la "Sociedad Civil" e invierte la relación existente entre la familia y la sociedad civil frente al Estado. La crítica filosófica se centra en la contradicción que encuentra Marx entre la sociedad civil y familia como grandeza del Estado, como su expresión aparente y al mismo tiempo como esferas ideales del Estado, Hegel dice:

“ Frente a las esferas del derecho y del bienestar privados, de la familia y de la sociedad civil, el Estado es, por una parte, una necesidad externa, el poder superior a cuya naturaleza están subordinadas las leyes y sus intereses y de la cual dependen; pero, por otra parte, es su fin inmanente y su fuerza radica en la unidad de su fin último universal y de los intereses particulares de los individuos, por el hecho de que ellos tienen deberes frente al Estado en cuanto tienen, a la vez derechos”.

La idea de que el Estado es una necesidad externa de las esferas sociales importantes como la familia y que es fundamental para su sostén, se enfrenta a la idea de completa dependencia, de una subordinación total, en donde la leyes son las que deciden si son libres o no. El Estado que describe Hegel se encarga de deliberar en situaciones que sean de orden público para lograr acuerdos objetivos, sin embargo, el Estado ha logrado, para la posición que da Hegel, que cada movimiento que se da en las esferas sociales dependa de las leyes que dicta este mismo. La vida privada llega a ser solo un concepto que depende de las circunstancias, del arbitrio y de la selección de la determinación por parte de las personas que están sometidas al estado.

“La idea real, el Espíritu, que se divide a sí mismo en las dos esferas de su noción, la familia y la sociedad civil, consideradas como su finitud para surgir de su idealidad como espíritu real infinito para sí, atribuye pues, a estas esferas la materia de ésta su realidad finita, los individuos en tanto que multitud, de suerte que en el individuo esta atribución aparece mediatizada por las circunstancias, por el arbitrio y la propia selección de su determinación”.

La familia es considerada como el núcleo del estado, la parte fundamental que hace al Estado, ser el estado, la familia y la sociedad civil. Estos conceptos de familia o sociedad civil, están concebidos como activos, no solo son conceptos trascendentales que construyan al Estado como máxima universal, se piensan de manera activa ya que están en constante movimiento.

Con estos componentes ocurre la transición al estado que lo hacen real, ya que son el espíritu del estado mismo, constituyen su esencia; como si estuvieran determinados a ser el estado mismo. Esta relación no está ligada directamente entre ambos conceptos como correspondientes; antes están ligados a los conceptos universales de necesidad y de libertad. Dicha necesidad es por la dependencia de las esferas sociales hacia las leyes que la sostienen y la idea de libertad por la libre decisión de la propia determinación.

“Que fin del Estado sea el interés general como tal y que en esto, como en su sustancia, resida la conservación de los intereses particulares constituye: 1) su realidad abstracta o sustancialidad; pero ella es: 2) su necesidad en cuanto se divide en las diferencias ideales de su actividad, las que por medio de aquella sustancialidad son también determinaciones reales fijas, poderes; 3) pero esta sustancialidad es precisamente el Espíritu que ha pasado por la forma de la cultura que se conoce y quiere. El Estado sabe, pues, lo que quiere y lo sabe en su generalidad como objeto pensado; el Estado obra y actúa según fines que sabe, principios que conoce y leyes que no son solamente en sí, sino también para la conciencia; e igualmente, en cuanto sus acciones se refieren a circunstancias y relaciones existentes, según el conocimiento determinado que tiene de las mismas”.

En este punto, comparto la crítica que se le hace al pensamiento de Hegel, mantengo la idea sobre la consideración de la vida privada, en el aspecto del pensamiento de las personas, ya que todo se encuentra condicionado por la leyes, y por más que quiera un libre pensador, hacer diferentes las cosas, ya está influenciado por la fuerza de generaciones que han sido mantenidas por el mismo estado, con mayor razón si este estado ha gobernado por décadas con el mismo sistema considerando que es un bien común para el desarrollo de la sociedad. Sin embrago, la experiencia ha demostrado que las personas llegan a cambiar en una sola generación, y que debe ser renovada la manera en que se ven los problemas de la gente, como personas y no como contratos sometidos a leyes, al igual que la manera en que se consideran las penas para la violación de dichas leyes.

Marx dice que. La materia con la que el Estado se mediatiza con la familia y la sociedad civil, está constituida por las “las circunstancias, el arbitrio y la propia selección de la determinación”. Por esto la razón de Estado nada tiene que ver con la repartición de las materias del Estado entre la familia y la sociedad civil. El Estado surge de ella de una manera arbitraria e inconsciente. La familia y la sociedad civil aparecen como el oscuro fondo natural sobre el que se proyecta la luz del Estado. Por materias del Estado se entienden los negocios del Estado, la familia y la sociedad civil en tanto que ellas forman partes del Estado y participan en el Estado como tal.

Marx continúa diciendo que La familia y la sociedad civil son concebidas como esferas ideales del Estado, como las esferas de su finitud. El Estado es el que se divide en ellas, quién las presupone y lo hace “para surgir de su idealidad como espíritu real infinito para sí”. “Atribuye pues a esas esferas la materia de su realidad, de modo que esa atribución, etc., aparece mediatizada”.

La idea llamada idea real está representada como si actuase de acuerdo a un principio determinado y en una intención determinada. Ella se divide en esferas finitas “para reintegrarse en sí, para ser para sí”; lo hace “para sí” y lo hace de tal manera que es precisamente como es realmente.

Hegel mismo dice que el fin del estado se centra en un interés general, ya que forma parte sustancial, de necesidad y del espíritu. En lo particular, esta concepción de estado, pasa el límite de lo que ahora consideramos el estado propio; en un carácter objetivo, la mayoría de las sociedades no se encuentran acorde a el gobierno propio, siempre hay diferencias, más que nada, en el

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