Inteligencia de género
Illium15Trabajo29 de Agosto de 2022
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FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
INTELIGENCIA DE GÉNERO
AUTOR:
Acosta Castillo, Alondra Mariel
Hidalgo Fernández, Jose Mauricio
Montoya Rodriguez, Alisson Daniela
Marroquín Córdova, Olenka Gabriela
Sevillano Villanueva, Allison
DOCENTE:
Guzmán Robles, Luis Alfredo
CICLO:
VIII
Trujillo – Perú
2019
ÍNDICE
1. Componentes Biológicos 2
2. Inteligencia de Genero en el contexto organizacional. 5
2.1. Diferencias anatómicas y funcionales entre hombres y mujeres 6
2.2. La plasticidad o capacidad para el cambio cerebral 6
2.3. El rostro masculino y el femenino responden de diferente modo a las emociones 7
3. Diferencias de género según estudios: 8
REFERENCIAS 11
Componentes Biológicos
De acuerdo a Núñez (2018), dos cromosomas son determinantes en el sexo de los seres humanos: el cromosoma X junto al cromosoma Y, estos deciden si el sexo de un individuo será femenino o masculino y se determina por el espermatozoide paterno. Durante la etapa fetal, ambos géneros lucen Igual hasta la octava semana de embarazo pues se produce una elevación súbita de hormonas: si el feto es masculino se eleva la testosterona, lo que provoca la masculinización del embrión; sin embargo, si esta hormona es progesterona, el feto se desarrollaría como femenino. Asimismo se entiende también que en esta etapa ocurre en el varón un aumento en los circuitos cerebrales que indican la exploración el control motor y habilidades espaciales; es así que en la corteza parietal (qué es el área donde se regula la percepción especial) sería más grande en los hombres; de igual manera, en el cerebro femenino, la falta de testosterona favorece a la génesis de células en los centros comunicativos y en áreas donde se procesan emociones, estos cambios son amplificados por las hormonas femeninas durante la adolescencia; esto resulta que el género femenino sea más experto en interpretar expresiones faciales tonos de voces y emociones en las personas.
La estructura cerebral y el género en un individuo no es solamente una construcción social sino que la observación natural y la ciencia han demostrado que las distinciones entre masculino y femenino son profundas y abarcan todo nuestro ser; desde el momento en que se desarrolla el feto el cerebro de hombres y mujeres se desenvuelven en forma distinta, los circuitos cerebrales que poseen son distintos, las hormonas (aunque son iguales en ambos) se presentan en diferentes niveles y estos patrones de secreción varían de acuerdo al género, de igual manera las funciones que se realizan y los circuitos que se usan también son distintos. Aunque circuitos cerebrales masculinos y femeninos son bastante parecidos, la forma en que cada género logra una misma meta tarea es con frecuencia mediante circuitos neuronales diferentes; una investigación enfocada en el estudio del cerebro de adolescentes de diferentes géneros observó que los circuitos cerebrales que resultaron ser diferentes corrían de norte a sur en el cerebro masculino, mientras que en el femenino lo hacían de este oeste (Inghalhalikar et. al., 2014) cuando estás adolescentes cumplían la mayoría de edad (es decir de 17 a 22 años) aunque las diferencias eran menos marcadas, todavía persistían.
Cuando se realiza una comparación del cerebro de ambos géneros, se observa que el cerebro masculino tiene 6.5 más cantidad de materia gris (que está compuesta por cuerpos neuronales y prolongaciones que no tienen mielina y su función es procesar información) mientras que el femenino tiene 10 veces más materia blanca (formada por las prolongaciones de los cuerpos neuronales, es decir de los axones con mielina), estos axones constituyen la red de conexiones que permiten más comunicación entre neuronas, la diferencia entre mayor sustancia gris en los hombres y mayor sustancia blanca las mujeres no establece ninguna distinción en grados de inteligencia. (University of California, 2005)
Ahora bien las diferencias que se han mencionado pueden explicar por qué los hombres tienden a sobresalir en tareas en donde el proceso cerebral se localiza en un área del cerebro en específico, por ejemplo: procesar matemática o física, mientras que las mujeres se destacan en áreas donde resulta necesario integrar y asimilar información: como sucede con el lenguaje; por otro lado, el área cerebral donde reside la materia blanca y la materia gris es diferente según el género, en la mujer el 84% de la materia gris y el 86% de la materia blanca están alojados en los lóbulos frontales, mientras que el hombre es sólo el 45% de la materia gris y el 0% de la materia blanca que están ubicadas en dichos lóbulos pues encuentran más dispersas en el cerebro masculino.
En un estudio realizado utilizando resonancias magnéticas por Lane, Jian, Peter y Read (2008) con un grupo de 15 hombres y mujeres se demostró que existía un área en la corteza cerebral llamada lóbulo parietal inferior que era más grande del hemisferio izquierdo en los hombres y más grande del hemisferio derecho a las mujeres, el hemisferio izquierdo es la parte motriz del cerebro es la capaz de interpretar la percepción del tiempo velocidad y probar la habilidad de rotar objetos; se ha demostrado que el género masculino usa ambos hemisferios para resolver tareas visoespaciales mientras que el femenino sólo usa el lado derecho; el hemisferio derecho es mucho más grande en una mujer puesto que es allí donde se ubica la memoria del entendimiento, la percepción de emociones y memoria entre las relaciones espaciales entre objetos; Esta es la misma área que comprende el procesamiento cerebral de información que entra por los sentidos y qué ayuda la atención selectiva (que está asociada la percepción) esa es una de las razones por las que las mujeres pueden captar mejor las emociones (Rodway, Wright y Hardie, 2003)
Cuando se conversa con otras personas, en las mujeres se crea una conexión que no ocurre en los hombres, debido a que el cerebro femenino activa el centro de placer a través de la elevación de dos hormonas, que son la dopamina (quién estimula circuitos de motivación y de placer) y oxitocina, que estimula la intimidad, del mismo modo, las hormonas estrógeno y progesterona (que existen niveles más elevados en las mujeres) poseen capacidad para aumentar aquellas dos hormonas antes mencionadas: oxitocina y dopamina; en contraste, el aumento de testosterona en el varón disminuye su interés de socializar con otras personas, a menos que se relacione con lo del deporte o en la búsqueda sexual. Es claro entonces que las hormonas femeninas preparan a las mujeres para las conexiones y relaciones interpersonales mientras que las masculinas capacitan a los varones en el área del comportamiento agresivo y territorial para cuando necesite proteger y ejercer dominio sobre el territorio.
De esta forma, se percibe una clara diferenciación: mientras que el sexo es una categoría biológica, con el concepto de género se hace referencia a la construcción social del hecho de ser hombre o mujer, las expectativas y valores, la interrelación entre hombres y mujeres y las diferentes relaciones de poder y subordinación existentes entre ellos en una sociedad determinados. La demanda femenina por una mayor independencia tendrá inevitablemente el costo de que en el ámbito de las relaciones personales puede producirse una mayor polarización entre los sexos, no una mejor integración y armonía. Las mujeres deberán renunciar hasta cierto punto a la seguridad del compromiso y el apoyo masculino; en cambio, el hombre se habrá de resignar a reducir su estatus, compartir la tarea de la manutención y expresar más sus afectos, lo que le representará una lucha creciente por no dejar de lado las ocupaciones y desempeños identificados con la programación biológica, gracias a la cual han podido hasta ahora ejercer lo que han entendido como masculinidad. Los hombres tendrán que atravesar por una revolución de creencias y actitudes. Esto requerirá no solamente un reacomodo radical del condicionamiento tradicional, sino también una transformación de los términos en los cuales han estado acostumbrados a encontrar una justificación de sus motivaciones y la realización de sus ambiciones, así como la profunda reapreciación de sus conceptos sobre las mujeres, en especial de sus expectativas acerca de los roles que, según suponen, ellas deben desempeñar en sus vidas. (Aguilar, Valdés, Gonzáles-Arriata y González, 2013)
Inteligencia de Genero en el contexto organizacional.
En el ámbito empresarial, no encontramos con empresas que reconocen esas distinciones biológicas sin la necesidad de construir sobre ellas estereotipados roles de género e integran estrategias laborales que faciliten que las mujeres ocupen cargos de poder, favorecen el trabajo colaborativo entre hombres y mujeres y aprovechan el efecto de dichos intercambios para el bienestar personal de sus equipos de trabajo y para el crecimiento de la organización. (Díaz, 2019).
De igual modo Madrigal (2019) nos dice que no existe la superioridad entre hombres y mujeres, sino más bien existe la complementariedad. Pero la clave para esto está en abandonar esa concentración que se tiene a las diferencias y comenzar a apreciar las particularidades que cada género puede ofrecer, a fin de lograr una unión perfecta que lleve al éxito.
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