Origen de la retórica y la importancia de la elocuencia
ArlineRuizzEnsayo25 de Octubre de 2015
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RETÓRICA Y ARGUMENTACIÓN JURÍDICA.
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ORIGEN DE LA RETÓRICA Y LA IMPORTANCIA DE LA ELOCUENCIA
RESPONSABLE DE LA ASIGNATURA:
ALUMNO:
Contenido
INTRODUCCIÓN.
DESARROLLO.
Orígenes de la Retórica.
Importancia de la elocuencia.
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
INTRODUCCIÓN.
En este ensayo se plantea una revisión de la historia de la retórica y la importancia de la elocuencia. Ya que sin lugar a dudas en estos días de movimientos sociales los discursos, la libertad de expresión y la oratoria han adquirido una importancia sin precedentes.
Se considera, como conocimiento generalmente admitido, que la retórica nació en la antigua Grecia alrededor del año 485 a. de C. en la ciudad siciliana de Siracusa debido a que Gelón y su sucesor Hierón I, expropiaron las tierras a sus ciudadanos para adjudicárselas a miembros de su ejército personal. Más tarde, con la llegada de la democracia y el derrocamiento de los tiranos, los perjudicados pretendieron recuperar sus propiedades. Esta situación provocó una serie de pleitos en los que se puso de manifiesto la importancia de la elocuencia en la consecución de las recuperaciones pretendidas. Su origen primario no tiene ningún vínculo con la literatura, es claramente judicial (Murphy, 1988: 9-13)
Orígenes de la Retórica.
La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puesto al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa.
Tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, en palabras de los tratadistas clásicos, como el ars bene dicendi, esto es, la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario.
Según la antigua historia que recogen Aristóteles, Cicerón y Quintilano. Nació como disciplina aprendible hacia el año 485 a. C. en la Grecia antigua, cuando dos tiranos sicilianos, Gelón y su sucesor Gerón I, expropiaron numerosas tierras a ciudadanos de Siracusa en favor de los mercenarios que formaban su ejército personal. Los perjudicados se sublevaron democráticamente y quisieron volver al statu quo anterior, lo que les abocó a innumerables procesos legales para probar que eran propietarios de los terrenos arrebatados. Ello creó la necesidad de personas que supiesen hablar bien ante la asamblea de jueces para poder defender los derechos de los antiguos propietarios de esas tierras. Los primeros maestros que se dedicaron a esta disciplina fueron de allí, Córax de Siracusa, primero en escribir un tratado sobre el tema, y su discípulo Tisias, que lo divulgó.
Las figuras de estos dos primeros maestros de retórica son bastante oscuras. Ningún escrito de ellos ha llegado hasta nuestros días. Se conoce su existencia por menciones de rétores posteriores.
Si nos remontamos a los orígenes griegos de la tradición occidental, Platón define la retórica, como el arte de la palabra, el arte de crear persuasión mediante la palabra, o sea el arte de la argumentación o la técnica del discurso persuasivo.
Los primero pasos de la retórica están marcados por oposiciones elementales: como sistema de teorías, técnicas y preceptos, y a la vez, se contrapone a la elocución como virtud espontánea, y se rige, en su interior, por la confrontación y el contraste entre lo que es y lo que se cree que es verdad
Aunque Córax Tisias son importantes, no debemos olvidarnos de los principales transmisores de las doctrinas retóricas en sus inicios, los sofistas.
Los sofistas.
Sofista significa portador de la verdad. Emprendieron la tarea de enseñar la sabiduría (como Sócrates) o la elocuencia misma (como Gorgias) o una combinación de ambas (como Isócrates).
Para los sofistas la filosofía es retórica porque ellos creen que todo es relativo entonces creen que la verdad se encuentra en el poder de convencimiento que ellos tienen al hablar si convencen a todos por medio de argumentos (no importa sin son falsos) quiere decir que esa es la verdad no hay una única verdad (encontrar la verdad es el trabajo del filósofo) es decir, la verdad es todo aquello que yo haga ver como verdad si mis palabras tienen fuerza para persuadir a quien me escucha.
Una de las prácticas llevadas a cabo por los sofistas era la de instruir a grandes grupos de jóvenes para ayudarles a perfeccionar sus propias capacidades. Esta práctica era completamente antagónica a la realizada por otras escuelas filosóficas más antiguas, las cuales instruían a grupos muy reducidos de jóvenes preparándolos de forma mucho más elitista.
Este nuevo tipo de enseñanza alcanzó un gran éxito, sobre todo, en la Atenas de Pericles, donde se buscaba ardientemente la preparación de una nueva clase dirigente que estuviera basada en nuevos elementos y en otras bases. En este sentido, los sofistas, que eran unos grandes maestros de la elocuencia, abrieron las puertas del éxito a muchos de los políticos de la época.
La época de los sofistas estuvo caracterizada, sobre todo, por una nueva disciplina, la retórica, que colocaba al valor instrumental de la palabra en un lugar de vital importancia. Para los sofistas, el término "retórica" no sólo implicaba el hecho de hablar de forma atractiva y hermosa, sino también el hecho de hacerlo de forma correcta, sabiendo componer un discurso concluyente y lógico.
De esta forma, para los sofistas la utilización de la retórica debía servir, fundamentalmente, para ayudar a exponer los discursos con un mayor rigor y coherencia, además de con el atractivo que les otorga el cuidado estético y formal. El paso del tiempo ha demostrado, también, que si los sofistas mostraron un gran amor por la crítica y la paradoja lo hicieron con la clara intención de profundizar en la investigación científica, y no para disminuir su vigor.
Se distinguen tres grados o grupos de sofistas.
- Los sabios que transforman su sabiduría en leyes.
- Los estadistas, que aplicaban el saber a sus asuntos prácticos
- Los que tratan de enseñar a transmitir sabiduría o elocuencia.
Gorgias.
El Gorgias es un diálogo considerablemente más largo que los que se escribieron antes. Dentro de toda la obra platónica es el cuarto en extensión. Su estructura es distinta a todos los otros. En este diálogo intervienen sucesivamente Gorgias, Polo y Calicles.
Gorgias dice que la retórica es persuasión. Le dice a Sócrates que se debe hacer uso justo de la retórica, pero que si alguien no lo hace no hay que culpar a su maestro por ello. Sócrates le pregunta si para hacer a alguien orador es necesario que éste sepa lo que es justo e injusto, y Gorgias lo afirma así. Luego le pregunta si el que sabe lo que es lo justo actúa de forma justa, y Gorgias dice que sí. De ahí, Sócrates concluye que si un orador es injusto es porque su maestro no le enseñó a ser justo, por tanto el maestro es culpable.
Sócrates dice que la retórica no es un arte, sino una habilidad, es adulación. Dice que es fea, y por ello es mala.
Sócrates afirma que es peor cometer injusticia que recibirla, pero Polo se muestra contrario a pensar esto. Sócrates dice que es más feo cometer injusticia que recibirla, y lo feo es malo, por tanto es más malo cometer injusticia que recibirla. Luego dice que pagar la pena es justo y bello porque tal como se hace una acción así se ve afectado lo que la recibe. Como condenar a un castigo es justo y bueno, el que recibe el castigo se ve afectado por algo justo y bello, y por tanto es bueno esto. El más feliz es el justo, y luego viene el que ha pagado su pena por haber sido injusto.
Calicles dice que es justo por naturaleza que el mejor sea el más poderoso y el más fuerte, y sea el que hace las leyes. Sócrates le pregunta si la multitud es más fuerte y más poderosa que uno solo, él lo afirma, de lo que deriva que las leyes de la multitud son las de los mejores, lo cual contradice lo que decía Calicles al principio.
La conclusión del diálogo es que debemos precavernos más de cometer injusticia que de recibirla, que si hacemos algo malo debemos ser castigados, y que se debe hacer uso justo tanto de la retórica como de cualquier otra actividad o habilidad.
En él Elogio de Elena, se identifican figuras como el isocolon (miembros de la frase de igual longitud), el parison (paralelismo sintáctico), el paroemoeon (aliteración), el homoeoteleuton (semejanza entre dos palabras en el discurso).
Que forman parte del repertorio de figuras clasificadas por primera vez por Gorgias. Este tenía una obsesión de utilizar sonidos para conseguir esta o aquella reacción por el oyente.
Isócrates.
Hizo de la retórica una asignatura básica. Creó su propia escuela en la que impuso un sistema de educación global a sus alumnos por medio del cual podían convertirse en hombres de éxito, al dominar todos los resortes necesarios para obtener el triunfo dentro de su propia casa y en el Estado. En su escuela, el estudio y dominio de la retórica tenían así un papel destacado (con ello, no hacía más que seguir las bases educativas de los sofistas).
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