Act De Metacognicion

Fragmento de Teetetes o de la ciencia

Platón se sirve de una conversación mantenida por Sócrates, Teodoro y el discípulo de éste, Teetetes, en la que se plantea dicha interrogante. Durante el dialogo, Sócrates se limita a preguntar con el fin de pretender alcanzar la verdad.

Sócrates comienza conversando con Teodoro sobre los jóvenes más aplicados en algunas ciencias con el fin de saber cuáles son los jóvenes que acuden a Teodoro para comentar algunas dudas sobre la geometría y Teodoro le comenta sobre un joven en el cual él tiene mucho interés, no por su apariencia física si no por su valentía y por su vivacidad, penetración y memoria. Sócrates se interesa sobre la vida del joven y pregunta que quien ha sido su padre más sin embargo no pueden Teodoro responderle esa pregunta.

Sócrates al verlo ve reflejada la imagen del padre del joven y logra reconocer de quien es hijo por su apariencia física y le pide a Teodoro que lo lleve junto a él para conversar y así cuestionarlo. Teodoro acepta y lo manda llamar, Sócrates empieza a hacerle preguntas al joven sobre la pintura y otras artes.

Después Sócrates le comenta a Teodoro sobre las dudas que el tiene sobre la ciencia, Sócrates se cuestionaba si se podía explicar en que consistía, y le pregunta que el que pensaba de la ciencia y si le podía aclarar sus dudas sobre ella, Teodoro responde que el no puede contestar eso, que es mejor preguntare a un joven como Teetetes.

Teetetes responde que la ciencia es como la geometría y otras artes y menciona varias de esas, pero Sócrates le dice que está en un error porque él estaba mencionando algunas de las ciencias, no lo que era la ciencia en si.

Sócrates dice que el objetivo de su pregunta no era saber cuáles son los objetivos de la ciencia, porque no se proponía contarlas si no conocer lo que era la ciencia misma y Teetetes comprendió que Sócrates tenía razón y que él estaba en un error con su respuesta

Teetetes propone primero que la ciencia o conocimiento es “la sensación” ya que citando a Protágoras “el hombre es la medida de todas las cosas”, entonces la sensación del individuo conduciría a la verdad. Sócrates explica que la sensación es cambiante, instantánea y puede ser errónea, por lo que no se puede establecer sobre ella el verdadero conocimiento científico. Entonces Teetetes plantea que la ciencia es “la opinión verdadera”, afirmación que también resulta insatisfactoria para Sócrates ya que sí se considera la existencia de la opinión verdadera, hay que considerar también la de la opinión falsa y, por lo tanto, también el error, del cual se tiene que tener conocimiento y definir otra ciencia que pueda discernir entre opiniones verdaderas y falsas para descubrir dicho error. En un último intento, Teetetes argumenta que la ciencia es “la opinión verdadera acompañada de razón”, propuesta que también es refutada por Sócrates.

Conocimiento o ciencia requiere entonces otro nivel de conceptualización, ante el cual el mismo Teetetes concuerda con que el conocimiento verdadero de los objetos sensibles esta fuera de nuestro alcance y se encuentra en un nivel más universal.

Con el término “sofistas” se designa a un grupo de personalidades de la cultura y la filosofía del siglo V a. de C., en su origen el término sofista significaba sabio, hábil, competente y su finalidad intelectual no era la búsqueda de la verdad, sino lograr un alto prestigio en sus discípulos y oyentes y así obtener jerarquía política, social y monetaria.

Su orientación estaba pautada por un gran escepticismo, una inclinación general

Teetetes o de la Ciencia” En este diálogo Sócrates se describe a si mismo como el asistente en el alumbramiento de las almas, aceptando humildemente que el no produce nada pero que gracias a su experiencia y conocimiento de la situación puede distinguir cuando un alma está fecunda y lista para producir. En ese momento, y solo si el alma esta dispuesta, él la ayudará a llegar a la verdad mediante el cuestionamiento continuo. En este proceso, conocido como Mayéutica, el alma no aprende nada de Sócrates sino que ella misma encuentra los conocimientos mediante este cuestionamiento y no mediante la adquisición. Este es el caso de Teetetes de quién Sócrates descubre su alma fecunda y lista para producir y, ante la disposición del muchacho y la advertencia sobre el dolor que produce la búsqueda de la verdad y la producción de algo nuevo, comienzan

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