Actividad II.3 4 Semestre

Actividad II.3

Conclusión

El texto habla sobre que toda acción y elección parecen tener algún bien, habla sobre si en nosotros existe un fin en nuestros actos querido por nosotros mismos y los demás, y que no siempre elegimos una cosa en vista de otra porque es claro que ese fin será entonces un bien soberano. Que el bien de qué hablamos es de la competencia de la ciencia soberana y más que todas de la arquitectónica, que la ciencia política es la que determina cuales son las ciencias necesarias en las ciudades y cuales las que cada ciudadano debe de aprender y hasta donde llegar. También sobre que la política se sirve de las demás ciencias prácticas. Nos dice que cada quien juzga acertadamente de lo que conoce, que cada asunto especial demanda una instrucción adecuada, juzgar en conjunto solo puede hacerse si cada quien posee una cultura general. Que esta es la causa de que el joven no sea oyente de las ciencias políticas porque nosotros no tenemos experiencia de las acciones de la vida, que los jóvenes son secuaces de sus pasiones y nosotros no le pondremos atención a esta doctrina la desaprovecharemos. También menciona sobre la felicidad y que puede ser como lo mismo que vivir bien y obrar bien que ser feliz, la felicidad la escogemos siempre por sí misma y jamás por otra cosa, nadie escoge la felicidad por causa de aquellas cosas que no queremos, que la felicidad es algo final y suficiente y es el fin de cuanto queremos y hacemos. También habla sobre que la estabilidad es lo que encontramos en el hombre feliz y que es lo que será lo que queríamos para toda nuestra vida, siempre o casi siempre obraremos y contemplaremos las cosas en que son conformes con las virtudes. Que la sabiduría, la comprensión y la prudencia; morales, la liberalidad y la templanza y a todas esas disposiciones dignas de alabanza las llamamos virtudes. Y que si elegimos una virtud perfecta tendremos una vida completa.

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