Actualidad En Sociedad Y Religión En Nuestros días
kariinaGz10 de Junio de 2014
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Nuestra sociedad humana, desde tiempos remotos fue capaz de discernir entre muchas cosas, para saber cuáles de ellas eran mejor para sí mismo. Con el paso del tiempo, el ser humano por naturaleza, tiene ese pequeño aspecto en su vida a lo que podemos llamar “curiosidad”, el cual siempre se ha puesto en práctica cuando queremos descifrar el origen de la vida, el nuestro y el de todas las cosas en sí.
Al evolucionar el conocimiento que tenemos de las cosas, y también sobre las que no tenemos explicación, el ser humano encontró y/o descubrió dos conceptos que son de gran complejidad e importancia en nuestra era (actual): lo sagrado y lo profano, o sus considerados sinónimos mejor conocidos: lo divino y lo humano, los cuales podemos entender por elementos antagónicos que nos encontramos constantemente al escudriñar las profundidades de nuestra religión.
“Lo divino” es aquella dimensión que se asocia con Dios; Dios, para nosotros es perfección, totalidad, amplitud, belleza, amor, es decir, todo lo bueno que exista y haya por existir. Por otra parte, podemos definir lo humano con lo que de la naturaleza se considera fallido/falible o imperfecto, relativo y condicionado.
A pesar de que existen grandísimas diferencias entre estos dos aspectos que se manejaron antes: divino y humano, cabe mencionar que dichos conceptos no se pueden desligar completamente uno del otro, puesto que es algo con lo que hemos tenido que convivir día a día. Mucha gente considera esta relación con la divinidad como un ansia que solo en los tiempos modernos se desprecia y se acalla mediante la ignorancia y el abuso de las sensaciones y placeres.
La relación, al considerar a Dios como toda perfección sobre lo bueno, debe ser como Él la desea: que el ser humano busque el bien por sobre todas las cosas, y cumpla los mandamientos que Él ha puesto para y por nosotros, para que en un futuro nuestra alma al partir y cumplir su propósito en este hogar a lo que llamamos Tierra, pueda alcanzar sus brazos, sus manos, su esplendor, en el reino de los cielos, por toda la eternidad.
Pero cabe mencionar que la relación divino-humana, se basa entre un dios, en este caso Dios, y nosotros, los humanos, pero esa relación prácticamente y en la mayoría de los casos está controlada, manejada e incluso monitoreada por una institución a la cual nosotros podemos llamar: iglesia.
La iglesia, como se sabe y se tiene dato de, sabemos que al principio fue una institución la cual quería tener poder político en lo que confiere a un país, nación y sus derivados, al argumentar que ellos debían ser quienes lideraran cierto lugar puesto que ellos venían del origen divino, venían del paraíso y eran considerados como los “soldados de Dios”, pero la sociedad con el paso de los años y de los avances que en ella hubo, pudo aprender a discernir entre una cosa y otra, y entre las cosas que quedaron claras, era la intención de tal institución; al paso del tiempo la iglesia fue perdiendo poder, tanto, que fue retirada del ámbito político, dejando única y exclusivamente a las personas que saben gobernar y/o saben lo que tal hecho conlleva.
La iglesia, ahorita, sigue siendo considerada la casa del señor, no importe la religión a la que pertenezca, aunque también como una institución. El papel que la misma desempeña actualmente es el que Dios le ha brindado: ser un ambiente en el cual se pueda sentir su presencia y en la cual se halle la tranquilidad y la paz que el ser humano busca en su interior, sólo eso, puesto que como se mencionó antes, el poder político que tenía lo ha perdido en la mayoría de los lugares de los que se tiene conocimiento, a excepción del tan mencionado y aclamado Vaticano.
A pesar de la pérdida del poder que tenía, la iglesia sigue siendo de vital importancia para los distintos tipos de sociedad en el mundo, por la razón que antes se mencionaba.
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