Alumnos Mediadores
JulissaVermudez21 de Julio de 2013
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Programa de ALUMNOS MEDIADORES
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN INSTITUCIONES
EDUCATIVAS
COMENIUS 1.3.
Manuel Angosto Martínez y
María del Carmen Julve Moreno
Zaragoza
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1.- MARCO TEÓRICO GENERAL
Participar en actividades prosociales como la que proponemos
supone una apuesta por una mejora cualitativa de la convivencia para la
comunidad escolar y un aumento del autoconcepto y la autoestima en los
alumnos voluntarios.
A diario vemos como la violencia y las conductas agresivas se van
incrementando en nuestra sociedad. Este fenómeno no es casual ni
pasajero, algunos estudiosos y observadores indican que se está
instalando en la cultura de este fin y principio de siglo y de milenio,
donde las necesidades de consumo, poder y de imagen han adquirido
dimensiones hasta ahora desconocidas, en la que también han cambiado
los valores y las formas de encarar las situaciones cotidianas. La escuela
está inmersa en la sociedad y por lo tanto refleja este fenómeno.
Cotidianamente los docentes y equipos directivos deben arbitrar en
conflictos con alumnos, docentes, padres o comunidad educativa.
Tradicionalmente el camino para resolver los problemas ha sido,
con mucha frecuencia, la confrontación antagónica, la vía del
enfrentamiento, en la que unos ganan y otros pierden. Pero el conflicto
no se resuelve, no se logran acuerdos, no se encuentran intereses
comunes ni se reduce la hostilidad. Suele producirse más bien todo lo
contrario; las relaciones interpersonales y profesionales se deterioran,
las posturas siguen enconadas y se entra en una espiral de
incomunicación. Es decir que se orientan los conflictos hacia el
enfrentamiento de las partes más que a la solución del mismo. Se hace
necesario buscar vías constructivas para afrontarlos: la mediación puede
ser una de ellas.
Nuestro Proyecto nace de la preocupación de un grupo de
profesores, entre los que se encuentran los firmantes, que piensan que la
función de las instituciones escolares no es sólo instruir sino también
formar personas. El profesorado del siglo XXI cada vez más entiende que
no puede limitarse a enseñar matemáticas, lengua o historia, porque al
mismo tiempo que enseñamos esas materias, estamos manteniendo una
relación interpersonal con los alumnos, en los ámbitos emocional,
afectivo e intelectual. Por otro lado estas mismas relaciones se producen
también entre los estudiantes.
Esta nueva concepción de la educación contempla el conflicto
como un espacio educativo. Se considera el conflicto como un hecho
cotidiano de la vida y una oportunidad constante de aprender. El
conflicto se produce ante una situación de incompatibilidad, real o
percibida como tal, que interfiere en la realización de una intención. En
sí no es negativo ni positivo. Debe ser entendido como una oportunidad y
no un obstáculo en la tarea educativa.
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Se ha de diferenciar entre el conflicto en sí y el cómo se aborda,
se trata y se soluciona. Es necesario encontrar una vía alternativa que
favorezca la convivencia armónica en la institución, por ello en nuestro
Proyecto optamos por una resolución cooperativa de los conflictos en los
que el acuerdo y la negociación ocupan lugares prioritarios y en el que
serán los propios alumnos los que asuman el protagonismo y la
responsabilidad en el proceso de resolución de los conflictos actuando
como mediadores.
Consideramos que la introducción de las técnicas de resolución de
conflictos en los centros educativos son una forma de educar en valores.
Se relacionan con los temas transversales que forman parte de los
Diseños Curriculares, entre ellos la Educación para la Convivencia y la
Paz.
Por otra parte una de las previsiones más acertadas que puede
hacer la escuela es la de preparar a todas las personas para afrontar
constructivamente los conflictos que se les presentarán en el curso de
sus vidas. Tener capacidades para interrelacionarse con los otros es una
cualidad cada vez más necesaria para la evolución democrática de
nuestras sociedades.
Los Programas de Mediación Escolar llenan de contenido una de las
bases sobre las que se sustenta la educación integral de las personas; es
decir la formación y construcción de actitudes y valores. Pensamos en la
mediación como un proceso transformador que encierra una experiencia
de aprendizaje para quienes participan en ella, conectando a las
personas con sus valores, sentimientos, respeto por el otro, generación y
evaluación de sus opciones, dando así ocasión de adquirir nuevas
herramientas para enfrentar futuros conflictos.
A través de la Mediación los estudiantes pueden abordar las
situaciones de conflicto escolar de una manera nueva y más efectiva,
responsabilizándose en una participación comprometida con los cambios
consensuados, a partir de sus propias demandas. No sólo poniendo en
evidencia y movilizando las potencialidades de los involucrados sino
tendiendo hacia una autonomía que ofrezca un desarrollo y evolución a
la vida de la institución y a cada uno de ellos en particular como
persona.
La existencia de un Programa/Servicio de mediación en las
instituciones escolares es una instancia de prevención por sí misma, ya
que admite la presencia de fenómenos conflictivos y abre una vía
pedagógica para afrontarlos positivamente.
Inicialmente partimos de una definición muy escueta de la
mediación que iremos precisando a medida que avancemos en nuestro
trabajo: un procedimiento en el cual un tercero neutral ayuda a las
partes a resolver sus conflictos.
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El mediador es aquella persona que contribuye a disminuir las
hostilidades, a mejorar la comunicación, a renovar las relaciones
interpersonales, a fomentar el pensamiento creativo y a modelar el
trabajo cooperativo para llegar a generar consenso. La idea de que los
estudiantes pueden afrontar los propios conflictos y asumir su
responsabilidad, es un principio básico en los programas de mediación y
resolución de conflictos.
En España existen ya algunas experiencias, que se están
generalizando a otras escuelas, en las que son los mismos estudiantes los
que actúan como mediadores. Citamos la realizada en el Instituto de
Formación Profesional de Barrotialde de Gernika y recogida por M.
Uranga en Aula de Innovación educativa número 65. (En este momento
existen algunas más que precisaremos más adelante)
En el planteamiento inicial de nuestro trabajo han estado siempre
presentes las siguientes ideas:
1. Podemos aprender a afrontar nuestras vivencias cotidianas con
espíritu de diálogo y cooperación. Desde el constructivismo se
considera que la persona tiene un papel activo en la construcción del
conocimiento y en tanto que proceso eminentemente dialógico la
mediación incide directamente en esta construcción cooperativa.
2. La formación integral de las personas incluye la búsqueda de
sentido en el proyecto de realización personal. En el informe que
J.Delors y colaboradores (1996) realizan para la UNESCO sobre la
“Educación para el siglo XXI” se afirma que para poder cumplir con su
misión, la educación ha de sustentarse en cuatro pilares básicos:
aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y
finalmente aprender a ser. Toda acción educativa que ignore alguno
de estos cuatro pilares queda incompleta. Iniciado el siglo XXI hemos
de plantearnos cómo hemos de aprender a ser y a vivir juntos con la
seguridad de que además revertirá directamente en los otros dos
ámbitos del proceso enseñanza-aprendizaje. La mediación como
proceso contribuye a la construcción de vivir juntos y revierte en los
demás.
3. El diálogo y la convivencia pacífica constituyen la base de una
educación transformadora, en la línea que señala P. Freire.
4. La transformación del entorno social es una tarea a compartir
entre los diferentes actores de la comunidad educativa. En este punto
nos apoyamos en los planteamientos de la Pedagogía Institucional que
toma como objeto de estudio a la institución escolar y su
replanteamiento. Plantea una institución que básicamente tiene dos
componentes:
- objetivo: lo instituido, las normas, las reglas
4- subjetivo: lo instituyente, es decir aquella fuerza que significa el
poder del grupo y de los actores institucionales tanto para mantener
la dinámica de la institución como para provocar un cambio desde la
comunicación, el compromiso y la colaboración; elementos presentes
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