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Enviado por   •  17 de Enero de 2014  •  1.593 Palabras (7 Páginas)  •  204 Visitas

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PLANTEAMIENTOS FILOSÓFICOS SOBRE EL SER HUMANO EN UNAMUNO

José Manuel González *

... pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto...

Rubén Darío.

La sociedad moderna se transforma, corre por una línea de significados cada vez más impersonales, demanda respuestas inmediatas y a veces instintivas, limitando el cuestionamiento o razonamiento de leyes por la asunción de su propia dinámica de mercado a todo aquel que quiera entrar a su real círculo social. El sujeto entonces, se convierte más en una construcción social, arbitrariamente configurado por la dinámica del capital, que en sujeto conciente. Es más un objeto construido, al que se le niega existencia y preeminencia, hasta convertirlo en una entidad cosificada, capaz de prestar un servicio o consumir una necesidad creada con el objeto de hacerlo sentir un sujeto viviente.

Vivir es ahora como en otros tiempos seguir un estandar marcado por situaciones externas a la misma vida, es someterse a procesos de simbolización que el mismo hombre ha creado, es volverse esclavo de sus invenciones, imposibilitado a salirse de ellas y conforme a alimentarlas y replicarlas hasta desconocerse. Vivir es entonces esa confrontación conflictiva del ser “normal” siguiendo patrones incuestionables de la sociedad capitalista; o ser “a-normal” al cuestionarlas y tratar de modificarlas; cayendo, algunas veces, en la depresión de volver al mismo punto por la invalidez de la razón que se encuentra sometida. Las pasiones, la vitalidad humana, el conocimiento, el trauma de la existencia misma del hombre, son sentimientos que afloran y desembocan en razonamientos actuales y que marcan el paso del ser “normal” o “a-normal”. El ser humano animal enfermo que posibilita un conocimiento reflexivo, el conocer del conocer mismo esclavo de ese conflicto interno del ser racional o el ser sentiente.

El hombre como construcción inconclusa, mutable, inestable, inexacta, capaz de definirse de acuerdo al contexto que en sí mismo configura, es el verdadero objeto de estudio de la filosofía, desde el origen del pensamiento hasta hoy; es el punto focal, el centro de atención de tres grandes pensadores modernos quienes, desde su propia visión de mundo y contextos epistemológicos y sociológicos, coinciden en abordar la configuración del ser humano concreto, el hombre viviente; aunque difieren en otras particularidades de ese objeto de estudio filosófico.

Este es entonces la propuesta de este escrito: realizar un acercamiento al pensamiento filosófico de Miguel de Unamuno. Unamuno ha abordado en sus escritos y reflexiones el problema del sujeto concreto en la realidad, una realidad definida por la época pero a la vez, por la presencia activa de la persona. Una realidad que es fruto y combinación de hechos, situaciones y problemas que afectan al individuo y en gran parte lo re-definen; una realidad transfigurada en tiempo, entendido este ultimo como relación del sufrimiento diversificado en las respuestas existenciales del sujeto.

Miguel de Unamuno

La contradicción como principio filosófico del hombre

Elige la vida, elige un trabajo,

elige un fututo,

elige un televisor grande que te cagas...

Trainspotting, La Vida en el Abismo

Aun cuando Unamuno parece haber perdido la fe religiosa, su obra se enfoca paradójicamente en convertir la angustia producida por el descreimiento en una especie de nueva forma de “fe”, una fe angustiada, agónica, pero a la vez confirmada por la voluntad de la vida eterna.

Por lo anterior, la filosofía de Unamuno, parece moverse en la negación de cualquier sistema de pensamiento, para confirmar la fe en “sí misma”; es ahí donde se encuentra la verdadera idea de inmortalidad, en “vivir de tal forma que nuestra muerte sea injustificada”, la necesidad de mantener la existencia aun después de la misma muerte(1). En su exposición sobre el sentido trágico de la vida, destaca esa idea de inmortalidad. Obviamente la muerte física, la muerte de cuerpo, es ineludible, incluso la ciencia solo ha podido dilatar este proceso pero no evitarlo o vencerlo. Pero aun cuando la vida se termina, la necesidad de inmortalidad se enriquece cuando es la mente la que sobrevive. Al respecto, Unamuno parece concluir que para poder vivir realmente, es necesaria la muerte; una concepción contradictoria en alguien que ha perdido la “fe religiosa” concebir que “ hay que morir para vivir...” pero razonable finalmente si se percibe la conciencia humana como epicentro de la preocupación existencial de Unamuno.

Unamuno coloca al ser humano como principal centro de su filosofía, un hombre que vive, que siente, que sufre y agoniza; pero que actúa continuamente y en ese accionar consolida el conocimiento. Una apuesta antropológica del conocimiento que le da crédito o dominio

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