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Análisis del tercer capítulo “Yo adentro, Yo afuera” Las preguntas de la vida


Enviado por   •  24 de Agosto de 2019  •  Ensayos  •  1.274 Palabras (6 Páginas)  •  2.565 Visitas

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Análisis del tercer capítulo “Yo adentro, Yo afuera”                        Las preguntas de la vida

Maria Claudia Pinzón Sánchez       Estudiante                

Decimo 2                                         Grado

        Ana Yolanda Zambrano  Ramírez                                           Docente

2019


Nos dice que de acuerdo nosotros nos conformamos con saber por qué creemos lo que no creemos, que pudiéramos ser cerebros flotando en un frasco, que los extraterrestres nos estuvieran haciendo percibir un mundo que no existe, un mundo inventado por ellos con falsos paisajes  y que si nos hubiesen creado en un laboratorio hace poco tiempo con los fingidos recuerdos de una vida anterior inexistente.  Por muy fantástica que sea esta hipótesis, explicaría también todo lo que creemos ver, oír, palpar o recordar.                                                                                                         Descartes no menciono a los extraterrestres, ni tampoco de cerebros en frascos, el planteo la hipótesis de que todo lo que consideramos real puede ser solo un sueño y que las cosas que nos pasan o que podemos percibir solo son incidentes de ese sueño. Un sueño en el que soñamos dormirnos y también a veces despertar, lleno de personas soñadas y paisajes soñados, Descartes propuso otra hipótesis que dice que quizás somos víctimas de un genio maligno, poderoso como un dios y mala como un demonio, dedicada a engañarnos, haciéndonos ver, tocar, oler, sentir lo que no existe. Según la primera hipótesis nos engañamos solos y según la segunda nos engaña el genio poderoso.                                                                                                            Nos dice que pueden que no haya árboles, mares, ni estrellas que puede que no haya otros seres humanos semejantes a mí en el mundo que puede que no tenga la apariencia física que creo tener. Nos dice que si nos equivocamos como si acertamos es por que existimos. También nos dice que quizá la palabra “yo” no sea el nombre de una cosa, pensante o no pensante sino una especie de localizador verbal como los términos “aquí” o “ahora”. Que decir “yo pienso, yo percibo, yo existo” es como asegurar que se piensa, se percibe, se existe.                                                                                                      Descartes estaba pensado en su alma, el alma es una noción  cargada de referencias religiosas. Según descartes el alma es una realidad separada y totalmente distinta al cuerpo. También nos dice que cada uno estamos convencidos de que de algún modo poseemos una cierta identidad algo permanece y dura a través de nuestras sensaciones, deseos y pensamientos. Yo soy yo porque me mantengo a través del tiempo y por qué eme distingo de los demás. Pero como puedo estar seguro de que sigo siendo el mismo de cinco o diez años, pero la verdad es que he olvidado la mayoría de las sensaciones en incidentes en mi vida pasada, nos dan este ejemplo: supongamos que me muestran una foto mía de hace años de la que no recuerdo absolutamente nada. La veo y digo complacido “sí, soy yo” a pesar de mi radical olvido. No solo siento y percibo, sino que puedo preguntarme qué siento y percibo, así como indagar lo que significa para mí cuanto siento y percibo. Mi “yo” no solo está formado por ese fuero interno o mental del que venimos hablando. Esa dimensión interior o íntima también viene acompañada por una exteriorización del yo en el mundo percibido, fuera del ámbito de lo que percibe: mi cuerpo. Del mismo modo que considero mía mi conciencia aunque en ella haya lagunas de olvido o interrupciones inconscientes, también tengo a mi cuerpo por mío aunque sufra transformaciones. Somos nuestro cuerpo, no podemos reír ni pensar sin él, pero la risa y el pensamiento tienen dimensiones añadidas (¿espirituales?) que no lograremos entender por completo sin ir más allá de las explicaciones meramente fisiológicas que dan cuenta de su imprescindible fundamento material.                                                            Descartes nos dice: yo soy, yo existo. Pienso luego existo. Nos dice que somos un cuerpo en un mundo de cuerpos, un objeto entre objetos, y me desplazo, choco o me froto con ellos, pero también sufro, gozo, sueño, imagino.                                                                                                   Nos dice que nos  rodean seres aparentemente semejantes a mí  pero de los cuales solo conozco sus manifestaciones exteriores, gestos, exclamaciones.

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