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CONCEPCIONES FILOSÓFICAS ACERCA DEL SENTIDO DE LA EXISTENCIA


Enviado por   •  2 de Abril de 2020  •  Apuntes  •  1.139 Palabras (5 Páginas)  •  121 Visitas

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CONCEPCIONES FILOSÓFICAS ACERCA DEL SENTIDO DE LA EXISTENCIA

Formando parte de las cuestiones metafísicas se encuentran aún hoy en día aquellas preguntas irrenunciables para las que nadie tiene una respuesta cierta, como pueden ser el origen del mal, si la libertad es una ilusión, qué hay tras la muerte o el sentido de la vida. En especial las posibles respuestas a esta última se hallan ligadas a nuestra propia trayectoria y experiencia del mundo. ¿Para qué estamos aquí? ¿Tengo una función que cumplir, algo que aportar? ¿Existe el destino o todo es azar? ¿Y si nada tiene sentido?

        Vamos a tratar estos temas y te vamos a pedir que elabores una disertación en la que argumentes tu propio punto de vista, una vez hayas explorado las distintas concepciones que te presentamos.

        En la tradición filosófica occidental podemos encontrar las distintas visiones agrupadas en torno a tres grandes tipos de respuesta:

  1. La vida tiene sentido:
  1. Si consideramos que ese sentido viene dado por algo que está más allá de esta vida o de este mundo, estaremos hablando de un sentido trascendente.
  2. Si consideramos que el sentido depende exclusivamente de lo que hagamos en esta vida y de cómo la valoremos, estaremos hablando de un sentido de la vida inmanente.
  1. La vida no tiene sentido: estaremos ante una opción nihilista (nihil significa nada en latín).

LA VIDA TIENE SENTIDO

  • SENTIDO TRASCENDENTE:

Esta visión del sentido de la vida lo hace depender de una realidad que sobrepasa nuestra propia vida y que se explica a través de la religión. Dios es el garante del sentido.

  • Esto lo encontramos en el existencialismo cristiano de filósofos como Kierkegaard, que encontraba consuelo a la angustia existencial al entablar un diálogo con Dios, lo cual recorre su obra.
  • Además, el filósofo francés Emmanuel Mounier, el representante más destacado de la corriente del personalismo, elaboró la idea de persona a partir de conceptos cristianos y defendió su estatuto frente al abuso de poder del estado; así, afirmaba que la persona es la suma de vocación (estar dirigida a una tarea o proyecto), encarnación (compromiso, realización en nuestras obras) y comunión (con los demás).
  • SENTIDO INMANENTE:

Esta perspectiva es la defendida por corrientes ateas, ligadas al evolucionismo, el marxismo, el vitalismo e, incluso, el ecologismo.

  • El marxismo defiende una visión humanista, en la que el ser humano es entendido como un ser social que trabaja junto a otros por asegurar la supervivencia y lograr un mundo mejor. Las diferencias de clases han interferido en la meta de alcanzar la justicia social, la consecución de esta mediante la supresión de aquellas será lo que nos devuelva la humanidad. El sentido, pues, está en la lucha social para acabar con “la explotación del hombre por el hombre”.
  • El vitalismo de Nietzsche, por su parte, defiende el amor incondicional a esta vida y a esta tierra, que, según él, son lo único verdadero, ya que niega toda trascendencia, toda creencia en la existencia de otro mundo aparte, más perfecto, más verdadero que éste. Dicha creencia no hace sino daño: juzga y debilita nuestro mundo, le resta valor. Y ha sido elaborada por las personas débiles que no son capaces de soportar esta vida y quieren culparlo. Para Nietzsche, lo trágico forma parte de la exuberancia y la capacidad transformadora y regeneradora de este mundo, que es, ante todo, inocente, creador.

LA VIDA NO TIENE SENTIDO

En la Europa del siglo XX surge el existencialismo, una corriente filosófica que enfrenta la ardua tarea de reponerse de las dos grandes guerras mundiales. Dentro del existencialismo, su rama atea, encabezada por filósofos como A. Camus y J.-P. Sartre, elaborará la idea de que la vida carece de sentido. El ser humano no ha sido creado por ningún ser superior con ningún objetivo, no tiene un destino prefijado ni una esencia definida. El ser humano ha sido arrojado a la existencia sin una finalidad, es una nada, un proyecto por hacer. También es libertad absoluta, libertad de hacerse a sí mismo, de construir su propia esencia. De este modo, Camus compara la existencia humana con el mito de Sísifo: al igual que Sísifo, condenado a empujar una gran roca montaña arriba para luego verla caer y vuelta a empezar, los seres humanos estamos condenados a tomar nuestra existencia y hacernos cargo de ella sin una finalidad. Pero el sin sentido no se queda en la inconsciencia, porque es la posibilidad de la libertad y de la rebeldía. Para Camus, el ser humano es, ante todo, un “hombre rebelde”.

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