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Cantos Divinos

rees122 de Agosto de 2013

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Cantos Divinos de Anáhuac Canto a Huitzilopochtli

Huitzilopochtli, el joven guerrero, el que obra arriba, ya andando su camino…

-“No en vano tomé el ropaje de plumas amarillas: porque yo soy el que ha hecho salir el sol”.

El portentoso, el que habita en región de nubes: ¡uno es tu piel!

El habitador de fría región de alas: ¡se abrió tu mano!

Al muro de región de ardores,

se dieron plumas, se va disgregando, se dio grito de guerra… Ea, ea, ho, ho! Mi dios se llama Defensor de hombres.

Oh, ya prosigue, va muy vestido de papel, el que habita en la región de ardores, en el polvo, en el polvo se revuelve en giros.

¡Los de Amantla son nuestros enemigos! ¡Ven a unirte a mí!

Con combate se hace la guerra: ¡Ven a unirte a mí! ¡Los de Pipitlán son nuestros enemigos! ¡Ven a unirte a mí!

Con combate se hace la guerra: ¡Ven a unirte a mí!

Canto al guerrero del sur

¡Ahay! “En la casa de los dardos está mi jefe…” De este modo es lo que oigo. El hombre me avergüenza. Yo creo que soy el Terrible, ¡Ahay! Yo creo que voy junto al guerrero. Aún se ha dicho: “En la casa de los dardos esta mi jefe” Ríen, gritan: -Ea, la casa de mi Noble. Jadeante el morador de Tocuilezco, ropajes de águila se diferenciaron en Huitzetlan…

¡Ahay! Entre los donceles de Oholoapan emplumado fue mi cautivo. Tengo miedo, tengo miedo… emplumado fue mi cautivo.

¡Ahay! Entre los donceles de Huitznáhuac, emplumado fue mi cautivo.

Canto a la madre de los dioses

Amarillas flores abrieron la carola: Es nuestra madre, la del rostro con máscara. ¡Tu punto de partida es Tamoanchan!

Amarillas flores son tus flores, Es nuestra Madre, la del rostro con máscara. ¡Tu punto de partida es Tamoanchan!

Blancas flores abrieron la carola: Es nuestra Madre, la del rostro con máscara. ¡Tu punto de partida es Tamoanchan!

Blancas flores son tus flores, Es nuestra Madre, la del rostro con máscara. ¡Tu punto de partida es Tamoanchan! La diosa está sobre el redondo cacto: Es nuestra Madre, Mariposa de Occidiana.

Oh, veámosla: En las Nueve Llanuras, se nutrió con corazones de ciervos. ¡Es nuestra Madre, la Reina de la Tierra! ¡Oh, con greda nueva; con pluma nueva esta embadurnada!

Por los cuatro rumbos se rompieron dardos. En Cierva estas convertida. Sobre tierra de pedregal viene a verte Xiuhnelli y Mihmich.

El enigma de vivir

Lloro, me aflijo, cuando recuerdo que dejamos las bellas flores, los bellos cantos.

¡Ahora gocemos, ahora cantemos, del todo nos vamos y desapareceremos en su casa!

¿Quién de vosotros, amigos, no lo sabe? Mi corazón sufre, se llena de enojo: ¡No dos veces se nace, no dos veces es uno hombre: sólo una vez pasamos por la tierra!

Si aún por breve tiempo estuviera con ellos y a su lado…

¡Nunca será, o nunca tendré placer, nunca gozaré! ¿Dónde es el sitio de vivir de mi corazón? ¿Dónde está mi casa, donde esta mi hogar durable?

Aquí en la tierra solamente sufro. ¿Sufres, corazón mío? ¡No te angusties en esta tierra: ése es mi destino: tenlo por sabido! ¿Dónde merecí yo venir a la vida, dónde merecí ser hecho un hombre? ¡Acción suya fue! Allá se hacen las cosas ondulando donde vida no hay. Es lo que dice mi corazón.

¿Y el dios, qué dice? -No en verdad vivimos aquí, no hemos venido a durar en la tierra. Oh tengo que dejar el bello canto; la bella flor y tengo que ir en busca del Lugar del Misterio. El pronto habrá de hastiarse: prestado tenemos sólo su bello canto.

Incertidumbre del fin

¿A dónde iré, ay? ¿A dónde iré?

Donde está la Dualidad… ¡Difícil, ah, difícil! ¡Acaso es la casa de todos allá donde están los que ya no tienen cuerpo, en el interior del cielo, o acaso aquí en la tierra es el sitio donde están los que ya no tienen cuerpo! Totalmente nos vamos, totalmente nos vamos. ¡Nadie perdura en la tierra! ¿Quién hay que diga: Dónde están nuestros amigos? ¡Alegráos!

Misterio de la muerte

¿En que estáis pensando, en qué meditáis, oh amigos míos? ¡Ya no meditéis: junto a nosotros nacen las bellas flores!

Así dan deleite al autor de la vida. Todos meditamos, todos recordamos, nos entristecemos aquí en la tierra. Es el modo con que son forjados los príncipes todos: con dolor y angustia. Ven acá, mi amigo: ¿qué es lo que piensas, qué es lo que meditas? No te pongas triste, yo el dolor conozco: con dolor y angustia vivimos siempre en la tierra.

Llegó acá el enojo, la amargura del que da la vida; dentro de él vivimos. ¡No haya llanto por las Águilas y tigres: todos iremos desapareciendo: nadie quedará!

Pensadlo, vosotros príncipes huexotzincas, podrán ser oro, podrán ser jade: todos se irán, al dominio del misterio.

Nadie quedará.

Lloro y aún me aflijo.

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