Cleo Virginia Andrews

Introducción

Cleo Virginia Andrews, mejor conocida como V. C. Andrews, nació el 6 de junio de 1923 y fue una escritora estadounidense originaria de Portsmouth, Virginia.

Cuando era niña sufrió una caída que le produjo lesiones que le obligaron a permanecer el resto de su vida en una silla de ruedas; sin embargo esto no le impidió sobresalir en la vida, pues a los quince años sobresale en la escuela y recibe un beca para escribir una parodia, obteniendo un diploma. Esto le motiva a estudiar por correspondencia un curso de arte.

Virginia buscó siempre la liberación creativa a través de la escritura; su primer manuscrito fue una autobiografía que posteriormente destruye. En 1972 completa su primera novela titulada “Dioses de Green Mountain”, pero no es hasta 1979 que su trabajo gana reconocimiento y fama internacional.

El mencionado escrito llevó por nombre “Flores en el ático”, que debido a la gran aceptación obtenida, se convierte en el primer de 5 tomos de una saga denominada “Dollanganger”.

V. C. Andrews escribe las siguientes 4 novelas pero enferma de cáncer, esto le impide terminar la última obra llamada “Jardín de las Sombras”, por lo que las casas editoras se vieron en la necesidad de buscar otro autor que la concluyera.

Virginia Andrews muere a los 63 años de edad el 19 de Diciembre de 1986, dejando un legado muy vasto de escritos y un gusto en la gente por el género de terror gótico y la temática de los secretos familiares.

Como ya se mencionó, el primer tomo de la saga Dollanganger es el libro titulado “Flores en el ático”, el cual constituye el objeto de análisis en la presente opinión literaria. Esta novela cuenta con 480 páginas y fue traducido al español por la Editorial DEBOLSILLO en el año 2003.

Notas esenciales

La trama de la novela es narrada por Cathy, la segunda hija de Corrine y Christopher Dollanganger; esta comienza a contar su historia, introduce relatando la vida feliz que solía tener con su familia antes de que su padre falleciera en un accidente automovilístico. A partir de allí, todo da un giro y tiene que mudarse, junto a su madre y a sus hermanos, a la casa de la abuela. Al llegar a la gloriosa mansión, Cathy y sus hermanos son puestos bajo el régimen estricto de la abuela y son confinados a vivir en una habitación solitaria y abandonada que está conectada con el ático. Lo que solo eran unos días dentro de aquel lugar, se convierten en semanas y meses. El tiempo pasa y dentro de ése ático suceden muchas cosas; se encuentran respuestas bastante dolorosas a las preguntas que Cathy hace con tanta curiosidad.

“La tempestad de ira que una vez estallo en mi interior ha ido creciendo, de manera que ahora ya puedo escribir, espero, con una veracidad y con menos odio y prejuicio de lo que habría sido posible hace unos años”

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