Contribución Desde Mi Aula A Revertir La Situación De La Educación Peruana

¿Cómo contribuyo desde mi aula a revertir la situación de la Educación Peruana?

Por el Lic. Jaime Sánchez Glorio

En las últimas décadas, se habla bastante acerca de la baja calidad de la educación en nuestro país, considerándosela como la principal causa que impide nuestro desarrollo. Para ser más exactos; en realidad, el debate busca responsables a la crisis educativa en nuestro país, busca chivos expiatorios y centra la atención en los maestros. Pero más allá de buscar responsables creo que los docentes debemos preguntarnos si es que es posible contribuir a revertir la situación de la educación peruana desde lo que está a nuestro alcance, nuestras aulas.

Considero, y estoy convencido que los docentes tenemos un poder, que es el acceder permanentemente a un grupo humano que llega a nuestras manos a formarse y construirse para recibir a la futura sociedad. Por lo tanto si los docentes nos ponemos a la altura de las exigencias de nuestra época proyectándonos al futuro estaremos contribuyendo desde nuestras aulas a revertir la situación de la educación peruana.

La educación como parte de la cultura es fiel reflejo de la base económica social. Nadie puede negar que económicamente la sociedad peruana se caracteriza por las grandes desigualdades que existen entre las clases sociales. Que por un lado, existan personas que cuentan con lo necesario para brindarles a sus hijos una educación de calidad en escuelas privadas A1. Mientras que, por otro lado, la mayoría de los peruanos no puede siquiera alimentar apropiadamente a sus hijos para que estos rindan académicamente en los colegios estatales, los que a su vez, carecen de la infraestructura básica necesaria para la enseñanza. Así se mantienen las grandes brechas de desigualdad entre las escuelas estatales y las no estatales, entre las mismas escuelas no estatales, las urbanas y las rurales, las polidocentes y las multigrado. Esto merece una especial mirada del sector y de la sociedad en su conjunto, pues si lo que se busca es el desarrollo democrático del país, se deben realizar los mayores esfuerzos para lograr equidad en el servicio educativo que se traduzca en hechos concretos en el aula y la escuela.

Sin embargo el problema se agrava con el desinterés del gobierno, el cual designa un presupuesto insuficiente para la educación. Esto no permite que las reformas necesarias se lleven a cabo.

A lo ya dicho le sumamos las causas políticas y los malos manejos que los últimos gobiernos han prestado a las políticas educacionales.

No podemos soslayar las precarias remuneraciones de los maestros que casi nos ata de manos para poder desenvolvernos a dedicación exclusiva, pues tenemos que laborar adicionalmente en otras instituciones u oficios para poder completar la canasta básica familiar. En estas condiciones ni que hablar de actualizarse, estudiar una especialización o un post grado sin atentar con el pan de nuestros hijos.

Frente a todas estas adversidades económicas y sociales que como reflejo caotizan la situación educativa, está el nivel de conciencia del maestro que entiende sus rol como encargo social y un compromiso con el futuro y con la historia de nuestra nación, de tal manera que ajustando el cinturón familiar y el suyo propio invierten en su capacitación, en otros casos se autocapacitan, construyéndose de acuerdo a las exigencias de estos tiempos para poder brindar lo mejor a sus estudiantes, con la idea de transformar su sociedad para una verdadera democracia.

En conclusión, Sí es posible contribuir a revertir la situación de la educación peruana desde nuestras aulas comprometiéndonos desde nuestro propio cambio según las exigencias de nuestra época. Así podemos afirmar que la cultura también puede cambiar la base económica y social, siempre que sumemos esfuerzos en remar en el mismo sentido.

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