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Cultura De La Legalidad


Enviado por   •  17 de Octubre de 2013  •  3.348 Palabras (14 Páginas)  •  410 Visitas

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Cultura de la legalidad

Derecho es un medio de socialización basado en el consentimiento y en la obligación a través de las sanciones y penas que puede imponer, pero su utilización exclusiva, sin otras medidas más profundas, es incapaz cuando falla el consentimiento y sólo queda el uso de la fuerza convencimiento, de la adhesión razonable a los valores principales del sistema legal, desde la idea de dignidad humana hasta las de libertad, igualdad y solidaridad y sus concreciones; como la tolerancia, el rechazo de la violencia y la defensa de la solución pacífica de los conflictos. En la formación recta de las conciencias, que es condición de la comprensión sobre el valor de la obediencia al derecho, la educación se convierte entonces en un instrumento indispensable.

La educación, facilitando la formación y la información, prepara al hombre para participar de forma activa en la sociedad. Es una forma central de socialización, es decir, de inserción de la persona en los valores y en la cultura de una determinada sociedad, dotándola de una preparación adecuada para servir a la sociedad y para realizarse en su profesión. Es por ello que en el ideal educativo también se sitúa como prerrogativa el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales. Así la educación tiene junto a su misión en la formación de cada persona, de su razón y de su sensibilidad, una misión complementaria, pero no menos importante de inserción de la persona en la sociedad y en las instituciones políticas.

En consecuencia, se busca por medio de la formación de la cultura de la legalidad que los ciudadanos se apeguen voluntariamente a la legalidad y se convenzan de su utilidad para vivir junto con otras personas con necesidades y derechos similares, pero compuesta de igual forma de una diversidad digna de respetar; asimismo, que desarrollen una actitud crítica frente al desempeño de sus representantes en la vida pública y sepan emplear los mecanismos que la propia ley les otorga, para hacer cambios que contribuyan al mejoramiento social.

El término cultura de la legalidad suele ser confundido con la denominación de cultura jurídica, siendo ambas categorías elementos diferentes. Cuando se habla de cultura jurídica se hace referencia al conjunto de conocimientos que se derivan de la existencia misma del Derecho como objeto real del conocimiento, y que se relacionan con el contenido técnico-profesional que ha de desarrollarse en una formación especializa del profesional de las Ciencias Jurídicas. Es decir, la cultura jurídica se identifica con el contenido particular, objeto del proceso de enseñanza aprendizaje del jurista, que requiere de estudios más rigurosos y profesionalizantes en relación con las exigencias particulares del ejercicio de la profesión.

Mientras tanto, la cultura de la legalidad es una noción más general, no tan específica del conocimiento de las normas de Derecho y sus instituciones. Trasciende al objeto de estudio del Derecho como profesión, y se extiende a un ámbito más sociológico en cuanto implica el grado de conocimiento general que debe poseer cada ciudadano sobre el sistema legal y su funcionamiento, sin que necesariamente sea un abogado. Este conocimiento resulta relevante en cuanto el Derecho, como ciencia y profesión, es una de las disciplinas que más trascendencia tiene en la vida del hombre. El Derecho es parte de la misma esencia de la naturaleza humana; concierne, incumbe, afecta a todos los campos de la vida; pero además, el Derecho es una herramienta poderosísima de cambio social. Dada su importancia, el Derecho ha de ser parte de nuestra cultura no solo como parte de un conjunto de conocimientos, ideas o teorías que se han conjuntado y sistematizado desde una ciencia en particular, sino incorporado a nuestra vida cotidiana.

Gerardo Laveaga*, entiende por cultura de la legalidad: el conocimiento que un pueblo tiene de su Derecho, así como los esfuerzos que hacen grupos y facciones, principalmente el gobierno, para difundir o no difundir tal conocimiento, las variables del proceso mediante el que un pueblo acata las normas que lo rigen, los efectos concretos que este ejercicio tiene en la sociedad civil y los límites a los que se circunscribe. De este concepto se comprende que la cultura de la legalidad se encamina a la difusión y cumplimiento del derecho por parte de la sociedad. Por tanto, implica la socialización jurídica, ya que ello representa para el individuo la sujeción de su conducta a la conformidad y obediencia al ordenamiento jurídico, así como su participación como elemento social para preservar y difundir la legalidad. De ahí que también cultura de la legalidad significa que la ética y pensamientos dominantes en una sociedad simpatizan con la observancia de la ley.

*(Abogado, periodista y escritor mexicano, Gerardo Laveaga es director general del Instituto Nacional de Ciencias Penales y ha publicado libros sobre materia penal, así como sobre personajes históricos y políticos)

Suárez Larrabure**, por su parte afirma que la cultura de la legalidad se refiere a ideas, actitudes, expectativas y opiniones acerca de la ley, mantenida por las personas en una sociedad dada. Es la red de valores y actitudes que determinan cuando, por qué y dónde la gente apela a la ley o al gobierno o se aparta de él.

(Suárez Larrabure, María Dolores: Hacia La Socialización Jurídica. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT – Argentina) **

Según el criterio de esta autora, se puede comprender que la cultura de la legalidad, es la fuente inmediata del cambio legal, sea cual sea la fuente última, ya que el término cubre esos pensamientos e ideas que actúan como motivos o incentivos del comportamiento legal, el comportamiento orientado hacia o en contra de las reglas jurídicas, las instituciones del derecho y el uso o no de la ley. Es decir, la cultura de la legalidad abarca no solo el conocimiento del sistema legal y su funcionamiento, sino actitudes y valoraciones, que aún en los grupos desprovistos de conocimientos correctos, existe una cultura legal en la medida en que sostienen orientaciones y actitudes específicas respecto de la ley.

Para Sánchez Cordero***, la expresión cultura de la legalidad trasciende a cualquier concepción que pretenda designarla solamente como cultura jurídica o Estado de Derecho. Para esta autora cultura de la legalidad significa, sí, imperio de la ley; pero también significa obediencia de la ley, y la obediencia requiere, necesariamente: conocimiento de la ley. Reconoce de esta manera el papel fundamental de la formación para tal propósito. La autora también plantea que de la misma manera, la cultura de la legalidad implica necesariamente el conocimiento

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