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DESCRIPCION DE LA TEORIA CARTESIANA DEL CONOCIMIENTO EN LA MEDITACION METAFÍSICA II (Descartes: 1596-1650)

mariojose12Apuntes22 de Febrero de 2018

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UNIVERSIDAD DE LIMA  (Semestre 2012-2. Curso: FILOSOFÍA)

DESCRIPCION DE LA TEORIA CARTESIANA DEL CONOCIMIENTO EN LA MEDITACION METAFÍSICA II (Descartes: 1596-1650).

Luego de haber reflexionado sobre algunos textos filosóficos de contenido mixto (Platón, Wittgenstein, Heidegger y Aristóteles), nos ocuparemos ahora de una rama de la filosofía teorética que estudia el origen, la estructura y los límites del conocimiento humano: la gnoseología o teoría del conocimiento.

En el libro VII de La República (alegoría de la caverna) hemos visto cómo Platón sostenía que todas nuestras ideas son a priori, es decir, que se originan totalmente en la razón y, por ende, no guardan vinculación alguna con la experiencia sensorial. Esta teoría del conocimiento es denominada racionalismo. Aristóteles, el discípulo más importante de Platón, afirmará, por el contrario, que el pensamiento humano tiene su origen en los datos de los sentidos y que no poseeríamos ideas si es que careciésemos de experiencias sensoriales. Esta teoría aristotélica del conocimiento es denominada realismo.

La filosofía de la edad moderna se abre con dos  teorías del conocimiento paralelas en el tiempo, pero muy disímiles entre sí: el racionalismo cartesiano (que es, en realidad, un racionalismo platónico moderado), y el empirismo de Hume (que es, a su vez, un realismo aristotélico exagerado). Del racionalismo cartesiano vamos a ofrecer aquí sus características gnoseológicas esenciales, y lo mismo haremos con el empirismo humeano en la segunda parte de este semestre académico. En último término, lo más importante será que el alumno comprenda los lineamientos básicos de las dos teorías del conocimiento más significativas en la historia de la filosofía y sepa diferenciarlas con claridad.

Antes de entrar en el contenido de la II Meditación de R. Descartes, se presenta aquí una introducción que abarcará un doble panorama:

  1. Características fundamentales del racionalismo gnoseológico o,  lo que es lo mismo, de la teoría racionalista del conocimiento.
  2. El método cartesiano: descripción de sus tres fases escépticas y de su “primera verdad”.

 1.-Tres características fundamentales del racionalismo gnoseológico

El racionalismo moderno representa la puerta de entrada a la filosofía moderna, de la que Descartes es fundador merced a su Discurso del método (1638). Si bien no reinan criterios unánimes para afirmar cuándo comienza la edad moderna en la historia de la humanidad, en la historia de la filosofía no caben dudas de su inicio y de su término (1638: publicación del Discurso del método, y 1831: muerte de Hegel en Berlín).

El racionalismo de la modernidad -asumiendo, como rasgo no esencial, una aproximación a su origen y desenvolvimiento geográficos: se trata de una filosofía “continental”, al contrario del empirismo moderno, que es una filosofía “insular” y es denominada, por ello, “empirismo inglés” -, posee tres características fundamentales, de cuya breve descripción nos ocuparemos ahora.  Conviene entender estas tres características en un orden secuencial, puesto que son recíprocamente complementarias y, por ende, el enunciado final del racionalismo gnoseológico no podrá prescindir de ninguna de ellas.

  1. El anti-escepticismo

El racionalismo sostiene, en primer término,  la posibilidad de conquistar la verdad (tanto en lo referente a las ciencias de la naturaleza como a los saberes que trascienden el mundo de lo físico). Se trata, por lo tanto, de una teoría optimista del conocimiento (J. Ortega y Gasset, haciéndose eco de una larga tradición, la llamará “dogmatismo) que defiende el hecho de que, en principio, la posesión de la verdad resulta accesible para los seres humanos. Y ello no sólo en lo que concierne a los objetos que afectan a nuestros sentidos y que, por lo mismo, incumben a la física y a las ciencias naturales, sino también a los objetos de la metafísica general (el ser) y de la metafísica especial (el mundo como totalidad, el alma, Dios).  A esta característica se la denomina anti-escéptica, ya que su contraparte el escepticismo (del griego skepsis, que significa búsqueda) asegura que es imposible acceder a la verdad y que el hombre, por ello, se encuentra “sin salida” ante los problemas científicos y filosóficos (recuérdese la aporía platónica).

  1. El método introspectivo

Ahora bien, dicha conquista de la verdad se realiza bajo la condición de usar un método o camino correcto (recuérdese que la palabra método se origina en dos términos griegos: meta=“conforme a”, y odé=“camino”). El método racionalista se convierte, por consiguiente, en la condición sine qua non para llegar a la verdad y, lo que es equivalente, en la característica más relevante del racionalismo gnoseológico. Expresado de otro modo: sin el método correcto, la verdad no será accesible al conocimiento.

Dicho método (o euporeía: “buena salida” hacia la verdad) consiste, fundamentalmente, en "meterse uno dentro de sí mismo"  (intus ire: “ir hacia adentro”) y, empleando los "ojos de la razón" (esto es, el theorein especulativo), encontrar en dicha introspección verdades que sean evidentes por sí mismas. (Una verdad evidens per se -“evidente por sí misma”- es, en Descartes, la que no necesita del recurso demostrativo experimental, sino que es “verdadera para la razón”, es decir, resulta siendo una verdad a priori-. En clase se puso un par de ejemplos sobre estas verdades que Euclides denominó “axiomas”).

Racionalistas ha habido desde los orígenes de la filosofía y no resulta algo desproporcionado afirmar que los habrá siempre. Podría afirmarse, en términos generales, que las diversas teorías del conocimiento se diferencian unas de otras por el peso que conceden al poder y a los ámbitos de la razón. Con el fin de comprender mejor el método del racionalismo moderno, recurrimos ahora a un racionalista cristiano de la Edad Media: San Agustín (muerto en el año 430), pensador al que Descartes debe buena parte de sus planteamientos gnoseológicos, pero al que su método le prohíbe citar. Escribe San Agustín: "No salgas fuera de ti; mira dentro de ti mismo. Pues en el hombre que mira dentro de sí mismo habita la Verdad" (in interiore homine habitat Veritas). (De vera religione, cap.39, n.73).

Desde luego que cuando San Agustín habla de Veritas (con mayúscula y acentuada esdrújulamente) su referente es Dios, pero en su metodología se diferencia de Sto. Tomás de Aquino al advertir que a Dios se le encuentra dentro de uno mismo y no en caminos o “vías” que se fundamentan en las cualidades del mundo externo. (Recuérdese, como contraparte, el dicho que figura en varias tabernas y bares del viejo continente: In vino veritas, lema procedente de los romanos y que parece que pusieron en boga determinados estudiantes universitarios en la Edad Media).

La aceptación del método racionalista introspectivo implica afirmar la existencia de las ideas innatas o, lo que es lo mismo, sostener que el interior del hombre viene "equipado" desde su nacimiento con conceptos que no proceden de los sentidos o del mundo externo, dependiendo del uso correcto de un método introspectivo (intra spectare: mirar hacia adentro) el que dichas ideas sean encontradas. Descartes no afirmará -como Platón- que todas las ideas son innatas (esto es, a priori, ínsitas en la naturaleza misma del "espíritu" y, por ende, “connaturales” al ser humano), pero que sí lo son las tres ideas de la metafísica especial ("alma", "Dios" y "mundo como totalidad"), puesto que se las encuentra "buceando" en el espíritu humano porque previamente estaban dentro de él y, consiguientemente, su hallazgo es llevado a cabo con total independencia de la experiencia sensorial. Si bien en la I Meditación se ofrecerá la explicación del método cartesiano y en la II Meditación se enunciará la “primera verdad” (la existencia y esencia del alma), las seis Meditaciones metafísicas conforman una reflexión racionalista sobre los tres ámbitos temáticos de la metafísica especial y, por ende, ha de llegarse a sus tres objetos de estudio (alma, Dios, mundo como totalidad) empleando el método introspectivo.        

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