DUALISMO ANTROPOLOGICO. TEORÍA DE LA REMINISCENCIA

DUALISMO ANTROPOLOGICO. TEORÍA DE LA REMINISCENCIA

El enunciado de esta redacción nos invita a reflexionar sobre la concepción platónica del ser humano y su relación con la teoría de la reminiscencia. Como observamos a continuación, la posibilidad de conocer las Ideas, (conocimiento indispensable para el futuro filósofo gobernante) depende de la concepción platónica del ser humano. Todo esto nos suscita las siguientes cuestiones: ¿Qué concepción tiene Platón del ser humano? ¿Qué concepción tiene Platón del alma humana?, ¿cómo puede llegar el alma humana a conocer las Ideas si estas pertenecen a otra realidad distinta a la sensible?, ¿qué relación hay entre la antropología, la psicología (teoría del alma) y la propuesta política de Platón? Para resolver estas cuestiones seguiremos el siguiente orden: primero desarrollaremos la concepción dualista del ser humano de Platón, más tarde expondremos como Platón traslada en la República este conflicto entre el alma (razón) y el cuerpo (pasiones y deseos) y la divide en tres partes y su correlación con las tres partes del Estado y por último la teoría de la reminiscencia.

Platón responde a estas cuestiones en diálogo con la tradición filosófica anterior a él. Se ve influenciado por los pitagóricos para llegar a su concepción dualista del ser humano. Platón dice que el ser humano esta compuesto por dos realidades distintas y separadas. Por una parte esta el Alma que es de origen divino, inmaterial e inmortal y tiene prioridad sobre el cuerpo. También da vida al cuerpo y posibilita el conocimiento (razón). Ha preexistido (antes de unirse a un cuerpo mortal) en el mundo Inteligible y allí había contemplado (conocido) las Ideas, y a causa de una culpa cometida vino del otro mundo.

Por otra parte esta el cuerpo que es material e inmortal y la sede de las pasiones y los deseos, esta en continuo cambio con el alma y la razón. Inclina a el hombre hacia el mundo sensible hacia lo material, las riquezas, la fama, la ambición (“Vanas sombras del Bien”). Es una cárcel para el alma: una pesada carga que el alma debe dominar si quiere encaminarse al mundo inteligible.

Platón traslada en la República este conflicto entre alma (razón) y el cuerpo (pasiones, desos) y divide el alma en tres partes: la parte racional que es la sede de la inteligencia, su función propia es el conocimiento, la sabiduría, la parte irascible que es la fuente de las pasiones humanas (coraje) y por último la parte apetitiva que es la fuente de deseos y apetitos más innobles. Platón pretende con esta división explicarnos dos cosas: la primera que todos tenemos las tres partes, pero siempre predomina una sobre las demás. La parte que predomina determina nuestro carácter y aptitudes. La segunda es que Platón relata obras diferencias entre los seres humanos en el “Mito de los Metales”(libro V de la república). Este dice que todos los humanos hemos sido moldeados por metales, el oro representa la parte racional, la plata la parte irascible y el bronce la parte apetitiva. Por tanto dependiendo de nuestros dotes estaremos destinados a una función social.

En definitiva para Platón la justicia en el alma consistirá en una “armonía entre las partes”: es decir, un alma será virtuosa cuando la parte racional domine y controle a las otras partes (apetitiva/ irascible). Cuando esto suceda cada parte del alma desarrolla su propia virtud: la parte racional, la sabiduría; la parte irascible, la valentía y la parte apetitiva, la moderación.

Ahora bien, el camino para alcanzar la justicia y la armonía entre las partes del alma es el conocimiento: sólo el hombre sabio (filósofo) que conoce las Ideas de justicia y Bien debe gobernar su alma con justicia y conducirse rectamente tanto en su vida privada (ética) como en la pública (política). Es él quien debe gobernar (doctrina del filósofo gobernante).

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