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Derecho Penal


Enviado por   •  12 de Marzo de 2014  •  1.418 Palabras (6 Páginas)  •  274 Visitas

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Importancia de la filosofía jurídica en la formación de los abogados.

Los abogados están llamados a ser directores de hombres, a ejercer una función de gravísima responsabilidad como es la de dar consejo al prójimo en asuntos que tienen repercusión social y cuyas consecuencias perjudiciales y trágicas en ocasiones, dependen en buena parte del consejo dado. Por tanto, sólo desconociendo esta función social y moral de la abogacía, puede sostenerse que al jurista le basta conocer el derecho positivo y dar en cada caso la solución legal a los problemas que se someten a su juicio Todas las profesiones liberales tienen que ver con la moral desde el momento en que toda actividad humana está regida por principios morales.

No basta que el ingeniero conozca a fondo su ciencia y la sepa aplicar en los casos concretos que se le plantean, ya se trate de la construcción de una carretera, de un puente o de una casa; se requiere, además, que proceda con honradez al ejecutar sus obras, que sea leal a sus clientes y no los explote traicionando la confianza que han depositado en él otro tanto cabe decir del médico, de quien se exige que tenga ciencia y conciencia, así como verdadero espíritu de caridad para sus pacientes. Pero en el abogado, aparte de que su profesión debe ejercerla con honradez y lealtad, el conocimiento de su disciplina no es completo, si no relaciona el derecho con la moral. La palabra misma “derecho” implica la idea de rectitud, y este concepto no se explica satisfactoriamente si no se relaciona con los principios racionales de la conducta humana, con los principios éticos. No basta ni interesa fundamentalmente la solución Legal de un caso, sino la solución justa; y es claro que quien se satisface con la primera, frecuentemente ni siquiera acierta con el verdadero punto legal.

En cambio, quien trata de que la solución legal coincida con la solución justa, insistiendo y prolongando el estudio de un asunto, casi siempre alcanza el objetivo propuesto y» de paso, descubre que el primer punto de vista legal considerado, ni siquiera representaba una estricta solución legal. El abogado que interviene como legislador o consejero de Legisladores, como juez y como postulante, sabe muy bien que para cumplir debidamente con su misión en cada uno de estos casos, no le basta saber lo que se puede hacer legalmente, sino lo que es justo hacer. No faltan intelectuales dispuestos a formular proyectos de ley injustos, o a dar forma legal a hs arbitrariedades de los déspotas o poderosos en turno, pero a nadie escapa que quienes así proceden no ejercen la abogacía sino un simple celestinaje intelectual, Algo parecido cabe decir de los, jueces que se olvidan de la justicia y prestan oídos a preocupaciones puramente formulistas —no se confunda el formulismo con el formalismo, o a influencias de otra índole.

En cuanto al abogado postulante, se le consulta como director: y es claro que deja de serlo, si se convierte en simple instrumento técnico al servicio de la voluntad de su cliente, con lo cual pierde, de paso, su dignidad. Es precisamente la filosofía jurídica. la que ahondando en el estudio de los problemas fundamentales del derecho, descubre al estudiante la naturaleza o esencia de lo jurídico y sus primeros principios de ética, permitiéndole formar de este modo un verdadero criterio jurídico a la luz del cual podrá apreciar no sólo la legalidad de las situaciones que le sean planteadas desde el punto de vista del derecho positivo, sino también la legitimidad de las leyes o instituciones que con carácter jurídico traten de imponerse o de hecho se impongan a la sociedad en que vive.

Esta disciplina es, en consecuencia, más que informativa, formativa, No está por demás recordar aquí las palabras con que Brentano terminó su famosa conferencia sobre El Origen del Conocimiento Moral, nuestra vida política, con sus numerosos defectos, rio se encaminará hacia su mejoramiento, como no se procure enérgicamente dar a los juristas una educación filosófica en consonancia con su alta misión.

En la actualidad la filosofía del Derecho ha ingresado con fuerza en la formación universitaria de los futuros abogados, situación que en décadas pasadas no fue así. Hace algunos meses dialogué sobre este tema con un letrado perteneciente a la generación pasada, y efectivamente me decía que la influencia que tuvo de la filosofía del Derecho en su formación universitaria fue mínima, por no decirlo nula. Con lo expresado no pretendo

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