EL NUEVO CINE EN AMÉRICA LATINA

Institución Universitaria Politécnico Grancolobiano

Facultad de mercadeo, comunicación y artes

Medios audiovisuales

Realización de Cine – Guion

Jose Humberto Mora Aguilar

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EL NUEVO CINE EN AMÉRICA LATINA

                                             “…El hombre para el cine y no el cine para el hombre.”

Hacia un tercer cine

Octavio Getino y Fernando E. Solanas 

¿Cómo llegar a un cine del pueblo? ¿Cómo abordar un cine de descolonización? Un nuevo cine fue posible gracias a ciertos factores político-sociales que ocurrían en la época, con una tendencia a la conflictividad social e ideas políticas, contemplando un debate sobre condicionar al intelectual a lo político sin poder entrar en crítica sobre ello o desvincular por completo al arte de la política. Así entonces, se parte en la búsqueda de vencer la represión y la censura impuesta por el sistema, un sistema que parte de las metrópolis y su filosofía de entretenimiento. Corregir la imagen, la visión sobre Latinoamérica que se imponen a partir de la interpretación de los colonistas extranjeros o de las burguesías locales.

Los países latinoamericanos parten entonces a un camino de la subversión, a la emancipación, al quiebre de una dictadura tanto interna como externa, hablando desde la política como parámetros y regímenes que planteaba el cómo se concebía el arte en el exterior burocrático, sin olvidar la misma sesgada concepción interna.

Vemos entonces como desde Europa, el neorrealismo italiano, con su enfoque sociológico, su búsqueda por una actuación natural y una visión más de documental, en donde se empieza a crear una nueva relación entre el artista y la sociedad, dar testimonio y con posiciones éticas bastantes claras, deja una huella entre los pioneros en la realización de este cine, entre ellos el argentino Fernando Birri quien insistía en cambiar la mentalidad deformada sobre Latinoamérica  y que fundó el Instituto Cinematográfico de la universidad del Litoral.

En pleno fuego generado por la combustión de los movimientos populares, las guerrillas y las rebeliones estudiantiles, con potencia gracias a la revolución cubana, movimientos contra-coloniales en África y gracias a una fuerza muy grande por descolonizarse de los lineamientos de la cultura de las metrópolis, se genera ese cine con una voz e intención clara, la denuncia social, la educación del pueblo, un cine que revele y no esconda. A mi parecer, una intención fantástica, esa búsqueda por recuperar o generar, si no había antes, un lenguaje nacional, un dialogo directo entre el realizador y el espectador, un cine militante que supere la opresión, un cine revolucionario y así también un cine con voz, con un mensaje y un trasfondo crítico que haga dudar al espectador de su realidad y cuestione, un cine que guíe, que no imponga de nuevo parámetros, que no ejecute lo que se trata de dejar de lado, apartar la jerarquía de ser uno quien dirige la mirada de quien nos mira, en cambio, ofrecer la semilla para que se cultive.

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