EN QUE CREEN LOS QUE NO CREEN

¿EN QUÉ CREEN LOS QUE NO CREEN?

INTRODUCCIÓN

El presente escrito es un ensayo basado en el libro de Umberto Eco llamado, ¿En qué creen los que no creen?

En este libro se observa el diálogo llevado a cabo, mediante cartas que son publicadas en una revista, entre un clérigo (Carlo Maria Martini) y un filósofo (Umberto Eco), en el que se plantean en su mayoría interrogantes por parte del filósofo y que son respondidas por el clérigo, al final el clérigo realiza una pregunta la cual, además de ser respondida por Eco, recibe respuesta de otros dos filósofos, dos periodistas y dos políticos.

Se abordan diversas temática que tienen que ver sobre todo con la diferencia de opiniones entre la gente religiosa y lo gente laica; en un inicio Eco aborda el tema del apocalipsis y se pregunta si acaso existe una noción de esperanza que sea común a creyentes y no creyentes; después habla del tema del aborto y de cuándo puede decir la religión que empieza la vida; a continuación comenta su punto de vista acerca de la equidad entre hombres y mujeres, y se pregunta cuál es la postura actual de la iglesia en cuanto a que una mujer pudiera ordenarse como sacerdote; por ultimo toca el turno a Maria Martini, él se plantea la cuestión de en qué creen las personas que no creen en Dios o en la iglesia; es a esta pregunta a la que se plantean diversas respuestas de acuerdo a la opinión de diversas personas.

DESARROLLO

En cuanto a la cuestión de si puede haber un punto en común entre creyentes y no creyentes acerca de la esperanza, se habla de que actualmente son los laicos los más preocupados por un inminente apocalipsis, todo esto debido a acontecimientos naturales que se han ido dando en el último siglo, como es el calentamiento global; el apocalipsis ya no es esperado como se hacía anteriormente basándose en las escrituras del nuevo testamento en el que se describen una serie de eventos catastróficos que se presentaban justo antes del final de los tiempos; ahora la gente lo ve como una manifestación de la naturaleza, la cual llevará hacia un nuevo orden social. En este sentido la gente manifiesta de diversas maneras la esperanza que tiene acerca del futuro de la humanidad, estoy de acuerdo con algo que menciona Maria Martini en su respuesta cuando dice que debe haber un punto en común, en su concepción de esperanza, entre creyentes y no creyentes, ya que como el menciona “en la práctica se puede ver como hay creyentes y no creyentes que viven su propio presente confiriéndole un sentido y comprometiéndose con el constantemente”; esto quiere decir, desde mi punto de vista, que al final tanto religiosos como laicos esperan que aun cuando llegue el fin, si es que llega, la humanidad va a tener una segunda oportunidad, y a su manera, cada uno de estos grupos hace esfuerzos por mejorar el futuro de la humanidad.

El tema que se aborda a continuación es un tema que llama en mayor medida mi atención, se cuestiona cuando es que comienza la vida humana, en que momento del embarazo se puede decir que el producto es ya un ser humano; en este tema hay incontables opiniones basadas en diversas teorías e investigaciones, lo cierto es que sería muy difícil llegar a un acuerdo, tal vez sea porque yo misma no me considero una persona católica o de ninguna otra religión, pero la respuesta que da María Martini de que se debe valorar una vida en tanto que es de Dios mismo, no me convence; creo que lo que se debe tomar en cuenta son las decisiones de los que podemos tomar decisiones, finalmente el no nacido no puede decir si quiere nacer o no; y si, lo mejor sería evitar un embarazo no deseado desde un principio, pero cuando ya ha sucedido, es responsabilidad de la madre sobre todo, y del padre si es que está presente, decidir si quieren traerlo al mundo o no, ya que es su vida la que se va a ver afectada por toda la serie de cambios que conlleva un hijo.

El tema del que se habla en la siguiente carta, trata fundamentalmente de la concepción de la iglesia acerca de las mujeres en comparación con los hombres; me pareció muy interesante la postura de Eco al iniciar esta carta, en la que muy acertadamente plantea las premisas en las que se basa para hacer sus preguntas, de manera general lo que le quiere decir es que cada quien es libre de creer lo que quiera y de actuar

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