ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Educacion


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  4.548 Palabras (19 Páginas)  •  144 Visitas

Página 1 de 19

[pic 1]

¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN?

PRUEBA ONLINE BECAS EUROPA X

Marina Ortega Mira


Siete horas al día, cinco días a la semana, aproximadamente ocho meses y medio por curso. Eso hace un total de unas 1.190 horas.

Durante nuestra etapa escolar, asistimos a clase nada menos que 1.190 horas anuales, adquiriendo los conocimientos que la humanidad ha tardado miles de años en obtener. Esta oportunidad, no obstante, solo se presenta ante unos pocos afortunados, mientras se oculta silenciosa en muchos lugares del mundo, esperando su momento. A esta oportunidad, a menudo le damos con la puerta en las narices, impasibles, incapaces de percibir lo que puede hacer por nosotros. Sin embargo, en un mundo tan competitivo y diversificado, cada vez somos más los que tratamos de sacar el máximo provecho a nuestra etapa escolar.

Pero, si de las 8.674 horas con las que cuenta un año, apenas permanecemos algo más de una octava parte en la escuela, ¿qué hacemos el resto del tiempo?

Algunos pasarán las tardes en otros centros que les aporten nuevos tipos de conocimiento, como conservatorios, academias o clubes deportivos; otros continuarán reforzando lo aprendido en el colegio; otros quedarán con sus amigos, viajarán, jugarán con sus hermanos, estarán con sus padres y abuelos o harán una mezcla de todo lo anterior. De todas las horas con las que cuenta una tarde, un fin de semana, un período vacacional, el mundo ofrece infinitas posibilidades de aprender fuera del colegio. Empleamos incluso el tiempo que pasamos durmiendo, pues sirve para asentar toda la información recibida durante el día en ese lugar tan misterioso que es nuestra mente.

¿Acaso piensas que son los libros los únicos que pueden mostrarte el mundo? Un libro puede enseñarte física, historia, biología, geometría… pero jamás te enseñará a reír, a llorar, a saber decir que sí, que no, a compartir, a hacerte la cama cada mañana, a lavarte los dientes, a perder el miedo a perder, a ser humilde, honesto con uno mismo… Un libro, en definitiva, no puede enseñarte a vivir.

Son tus padres, tu familia, tus amigos y todas las personas con las que te has relacionado las que te han enseñado algo tan complicado como es la convivencia, la tolerancia y el respeto a los demás, tratando de imitar lo que has considerado como un buen ejemplo y de evitar lo que no. Son tus errores los que te enseñan a mejorar, son tus malas experiencias y tus momentos de dolor los que te han enseñado a permanecer fuerte ante la adversidad, y son tus sentidos los que te muestran, desde siempre y para siempre, la belleza del mundo en el que vivimos.

De las 8.674 horas del año, te puedo asegurar que no nos perdemos ni una. Nuestra mente es una esponja que absorbe sin descanso los estímulos que captamos del exterior y los retiene, permitiendo que nos adaptemos y que aprovechemos al máximo lo que la vida nos ofrece.

Ya tenemos claro que la educación no viene únicamente de los libros, pero ¿sigues pensando que la escuela sólo te educa en ese sentido?

Desde el origen de la humanidad, la educación ha estado presente en nosotros. Tal vez de formas más rudimentarias, pero siempre ha estado ahí. Sin embargo, fue el sistema educativo entendido como maestro y discípulo el que permitió a las sociedades avanzar a pasos agigantados. Podemos encontrar ejemplos en el antiguo Egipto, en la India…y en Grecia.

                                [pic 2]

En la película de Alejandro Magno se nos muestra como Aristóteles instruye a un joven e inquieto Alejandro en distintas materias que le serán de utilidad en un futuro. Sin embargo, hay otras cosas que Alejandro y el resto de alumnos del polímata aprenden casi sin darse cuenta y, entre ellas, la más importante es la capacidad de reflexión.

Pensar… algo que en teoría hacemos siempre. Es cierto, todos pensamos, constantemente, pero no todos razonamos voluntariamente hasta llegar a conclusiones personales.

Aristóteles les plantea una pregunta  a sus alumnos y, posteriormente, les ofrece una hipótesis. En ningún momento da una información por válida, sin razonarla previamente, sólo porque algunos lo den por cierto o porque alguien lo escribiera una vez en un libro. No. Los alumnos de Aristóteles no son procesadores informáticos, no son máquinas que copian y pegan información, para después repetirla como loros durante el resto de su vida, creyendo así conocerlo todo sobre el mundo. Sólo hace falta escuchar lo que le dice el filósofo al pequeño Alejandro cuando éste le plantea que si los mitos también hablan de esos lugares existentes, será porque todo lo que dicen los mitos es cierto. Le responde que la gente que cree en cualquier cosa no es gente sabia. Le muestra a Alejandro la finalidad de su enseñanza, que no es otra que huir de la mera aceptación de lo que se dice y tratar de llegar a conclusiones propias. Le muestra la importancia de reflexionar, de no dar por sentado nada sólo porque alguien así lo afirme. Una mentira dicha mil veces… bueno, sigue siendo mentira.

[pic 3]

La gente vulgar cree en cualquier cosa. Estamos aquí para educarnos en contra de tales pasiones.

[pic 4]

Si las leyendas se han transmitido de generación en generación, alguna verdad habrá en ellas, ¿no?

Los alumnos de Aristóteles disertan, comienzan a hacerse preguntas partiendo de lo que él les dice. Llevan a cabo sus propios razonamientos a partir de los conocimientos que han adquirido. Aristóteles les guía, sí, pero son ellos los que llegan a sus propias conclusiones.

Lo dice la propia palabra: pedagogo. En griego, paidos significa niño, y gogos, conducir.

Un buen pedagogo es quien conduce al niño hacia el conocimiento, no quien se lo impone; un buen pedagogo acompaña a su alumno durante el largo camino del aprendizaje. Lo acompaña, no lo arrastra. Aristóteles era un buen pedagogo.

Por tanto, en mi opinión, la enseñanza de esta escena es la capacidad de razonar, de disertar.

Además de esto, Aristóteles también educa a sus alumnos en valores. Le pregunta Nearco a su maestro: “¿Por qué los persas son tan crueles?”. Y, básicamente, lo que le responde es que escasean en moderación.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (27 Kb)   pdf (570.7 Kb)   docx (671.3 Kb)  
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com