Educational Evaluation and Policy Analysis
roswanEnsayo9 de Abril de 2014
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Los docentes desde siempre han sido un factor clave del proceso educativo y de los resultados de aprendizaje de los estudiantes. En razón del rol constitucional que define al Estado como responsable de la provisión de una educación pública de calidad. Este ensayo pretende reflexionar sobre la calidad de un docente necesario, que es prioritaria en el sistema educativo formal. En el ensayo se intenta llevar a cabo desde una óptica nueva. Esto es, enfrentando la educación a las necesidades educativas de la sociedad, como consecuencia de los problemas ocasionados por las actividades inadecuadas de los seres humanos.
Siendo considerada la educación como la clave para cambiar el comportamiento humano, este ensayo pone su acento en la " calidad del docente necesario", pieza básica del cambio; pese a existir otros factores que, también, inciden en la mencionada calidad. Sobre todo cuando, según Ball (1990), estamos entrando en la Era de la Educación. Mediante este análisis crítico-reflexivo, el trabajo propone algunas alternativas congruentes con los planteamientos del mismo. Calidad no es un concepto estático, es una característica de las cosas que indica perfeccionamiento, mejora, logro de metas. Calidad no es igual a perfección. Ninguna acción humana y por lo tanto, ningún sistema educativo puede ser perfecto, pero sí puede y debe aspirar a mejorar.
Cuando hablamos de una calidad de educación se requiere de un docente de calidad que antes que otra cosa sean educadores y no ejercer por hacerlo sino que antes debe conocer lo que es educar, el diccionario de la Real Academia Española dice que el docente es una persona que “enseña”. La vida, en cambio, demuestra que ser docente es más que “enseñar” un concepto, un axioma, un procedimiento o alguna destreza manual. Mediante sus responsabilidades cotidianas. La docencia por lo tanto es una profesión de verdadera vocación, que se adecúa día a día a las exigencias del presente, pero especialmente al futuro, de hecho lo construye en sus aulas.
Es por esto que la vocación del docente requiere algo más importante que títulos, cursos, diplomas, conocimientos y técnicas. Ahora bien, educar es fundamentalmente enseñar a aprender, ayudar a aprender, de tal forma que el educando vaya adquiriendo la capacidad de acceder a un pensamiento cada vez más personal e independiente que le permitirá seguir aprendiendo siempre Pérez (1999).
Por otra parte, en esta dimensión de enseñar a aprender, supone enseñar herramientas de aprendizajes, en esta condición la labor de los docentes debe centrarse en la utilización de adecuadas estrategias para enseñar a los estudiantes a aprender y lograr de esta manera que la educación se convierta en verdadera promotora del desarrollo, que conduzca al educando más allá de los niveles alcanzados en un momento determinado de su vida, propicie la realización de aprendizajes que superen las metas ya logradas y forme las competencias integradas que requieren los profesionales en la sociedad actual.
Finalmente la tercera dimensión del docente de calidad necesario, el docente debe ser un profesional crítico y activamente comprometido en la gestación de una democracia de calidad. Educadores activamente entregados a la gestación de esa democracia integral que hace compatibles igualdad con libertad, diversidad con diferencia. Frente al intento de reducir la educación a mero asunto gerencial y administrativo, centrado únicamente en cuestiones de eficiencia y control, donde los docentes son reducidos al papel de técnicos, se necesitan educadores que legitimen las escuelas como lugares de vivencia y construcción de genuinas relaciones democráticas Pérez (1999).
A modo de conclusión, hoy se tiene mayor claridad de los factores que condicionan el desempeño docente, más allá de la formación y de los incentivos económicos y se comienza
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