El Abogado Como Orador

El Abogado como orador.

Para comenzar a hablar del abogado como orador debemos definir que es abogado y que es oratoria para así enlazar ambas definiciones para un entendimiento más claro de dicha frase:

Abogado: del latín “advocatus” (llamado en auxilio) es aquella persona que a lo largo de la historia ejercer profesionalmente la defensa jurídica o legal de una persona en procesos judiciales o administrativos ocasionados o sufridos por ella. Es además un asesor o consultor en materia jurídica.

Oratoria: oratoria deriva del latín “orare” que significa hablar. Se llama así al arte de hablar con elocuencia con la finalidad de llegar a una audiencia para persuadir, deleitar, ilustrar, motivar o dejar una información de interés a la misma. Lo que pretende la oratoria es convencer de algo y hasta de cambiar una emoción en el caso de los buenos oradores. Todo discurso está conformado por una introducción un desarrollo y una conclusión. Un orador es aquel que habla ante un público, pronuncia un discurso o imparte una conferencia

Dicho esto la oratoria jurídica podemos definirla con una clasificación que tiene por objeto especifico el triunfo de la justicia, el abogado debe emplear determinadas herramientas el decoro, las buenas costumbres, la moral, la cortesía, el decoro; los cuales debe aplicar con sencillez, honestidad, persuasión, lógica y brevedad.

Este estilo jurídico es definido como el modo de expresión de la ley conforme al derecho el cual debe tener un sentimiento de equidad y con las reglas de la gramática.

La oratoria jurídica tiene dos aspectos relevantes que son:

a) Discurso forense: tiene por objeto de con la debida inteligencia convencer a los jueces y así mover su voluntad para decidir si un hecho se ha realizado o no, si una persona es o no culpable de una acción o acontecimiento, o si se aplica o no una regla jurídica.

b) La clase oral: es la herramienta que en la oratoria la determina el discurso que es una forma de lenguaje escrito o hablado, es un mensaje por medio de un acto verbal y oral a la vez para dirigirse a una audiencia.

El abogado como todo bueno orador debe reunir las siguientes cualidades o características a la hora de hablar ante un público o jurado:

a) Presencia: una vestimenta formal, acorde al lugar, la hora y la ocasión pero con la cual además, debe sentirse cómodo para así proyectar la seguridad requerida para convencer y captar la atención de los presentes.

b) Conocimiento y credibilidad: el abogado debe tener una amplia información sobre el tema, dominar el tema da control sobre los nervios, imprime una seguridad a la exposición y así retiene la atención de los oyentes lo cual nos da como resultado que al momento de disipar una duda no se improvisa con una respuesta que pueda poner en tela de juicio la credibilidad.

c) Dinamismo: el uso de técnicas audiovisuales avanzadas contribuye a que la audiencia procese de una manera fácil y rápida la información.

d) Comunicación verbal: el lenguaje usado debe ser acorde a la audiencia que está presente para que así el mensaje llegue con claridad y sin

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