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El Emilio


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2014  •  1.797 Palabras (8 Páginas)  •  172 Visitas

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La educación en el niño

La manera en que la educación ha ido transformándose con el paso del tiempo es demasiado grande, ya no se le pone tanta importancia a ello y es lo último que toman en cuenta; al niño solamente se le educa como se puede y no como debería ser correctamente; ya sea porque las madres son solteras, los papás llegan hasta tarde y nunca tienen tiempo de ponerle atención al niño; hay demasiados factores que influyen en el niño y en cómo se va formando su educación.

Desde que empezamos a vivir, empieza nuestra instrucción; nuestra educación comienza cuando empezamos nosotros; la nodriza es nuestro primer preceptor. Por eso la palabra educación tenía antiguamente un significado que ya se ha perdido; quería decir alimento (Rousseau, 2000:16).

Volviendo al tiempo ¿Cómo se debería educar correctamente a un niño? Principalmente Rousseau postula que la mujer es la encargada de ello y destaca que es importante atender la vida del niño desde que nace; amamantándolo primeramente y que sea su madre la que haga este trabajo; ya que si se le deja a los cuidados de una nodriza como se hacía en tiempos anteriores los resultados son muy diferentes que cuando se le educa su verdadera madre. Los cuidados que tienen los padres influyen directamente en su forma de pensar y en la forma en la cual actúa el niño. Principalmente no se le debe de fajar a un recién nacido porque no lo deja ser libre de movimiento y esto es muy indispensable para su desarrollo físico, como para el emocional que tendrá en un futuro; desde el momento en que se le hace eso empieza a perder libertad no dejándolo estirarse a la manera que él quiera, se le tiene de cierta forma amarrado y no debe ser así, porque lo único que se les hace es daño dañándoles sus partes físicas.

Dícese que dejando a los niños libres pueden tomar posturas malas y hacer movimientos que perjudiquen a la buena conformación de sus miembros. Este es uno de tantos vanos raciocinios de nuestra equivocada sabiduría, que nunca se ha confirmado por la experiencia (Rousseau, 2000:20).

Se le debe dejar ser al niño de una manera que sienta su libertad, que no tenga miedo al hablar, al moverse, al querer experimentar el solo, a través de sus propias experiencias el aprenderá y podrá comenzar a ver que lo perjudica y que no; no se le debe callar al querer expresarse porque se vuelve temeroso al creer que todos lo harán, tampoco se le debe gritar, castigarlo, amenazarlo o llegar hasta al punto de golpearlo porque se tiene que tomar en cuenta que todo lo que el niño vaya aprendiendo desde pequeño lo mirara como un ejemplo y lo único que se lograra es que el trate de imitarlo tal y como se le impuso. Es por ello que se debe pensar antes de actuar, pero siempre pensando en el bien de él; si él se tropieza de alguna manera aprenderá a levantarse por sí solo, en ocasiones necesitara ayuda pero a fin de cuentas el algo que debe lograr por si mismo.

Antes de hablar, ya manda; antes de poder obrar, ya obedece; y a veces le castigan antes de que pueda conocer sus yerros, o por, mejor decir, antes que los pueda cometer. Así es como se infunden pronto en su joven corazón las pasiones que luego se imputan a la naturaleza, y después de haberse afanado en hacerle malo, se quejan de lo que sea (Rousseau, 2000:26).

Es muy importante la manera en cómo se irá encaminando de cierta forma al niño para que sea un hombre de bien, pero se debe tener muy en claro que no se le debe exigir nada obligatoriamente y tampoco dejar que el niño manipula las situaciones; ya que se le está enseñando a ser sometido o a mandar en el momento que él quiera. Es decir, no ser tan tolerantes ni permitir que el niño tome el dominio; porque en cada momento tratara de hacer este tipo de berrinches si se le deja pasar este comportamiento.

Pero los quehaceres, los asuntos, las obligaciones… ¡Ah, las obligaciones! Sin duda que la del padre es la postrera. No hay porque admirarse de que un hombre, cuya mujer no se ha dignado de criar a sus pechos el fruto de la unión, se desdeñe de educarlo. No hay pintura que mas embelese que la de la familia; pero un rasgo solo mal trazado desfigura todos los demás. Si a la madre le falta salud para ser nodriza, al padre el sobraran asuntos para ser receptor (Rousseau, 2000:27).

En el caso del padre no debe malcriarlo haciendo que el niño haga lo que quiera con tal de que no se le moleste, no debe permitir que se le falte al respeto porque desde ahí se pasa del limite el cual está marcado, se le debe ayudar pero diciéndole y enseñándole en donde puede usar sus fuerzas dependiendo su edad por supuesto. También no debe sobreprotegerlo porque si lo hace de esta manera, en el momento que lo deje salir al mundo será un completo inútil e ignorante porque no sabrá que hacer conforme lo que le vaya sucediendo; se le debe dejar que tenga contacto con su naturaleza, ayudarles a entender ciertas cosas pero también dejándolos que ellos de alguna manera se den cuenta de cómo resolver los problemas que le vayan sucediendo a lo largo

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