El Iluminismo Y La Creencia En Dios Rick Wade
Martikus8 de Agosto de 2012
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El Iluminismo y la creencia en Dios
Rick Wade
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Introducción
Solemos vernos tentados a pensar en nuestro propio tiempo como único, un tiempo que presenta desafíos que otros no han conocido. Entre otros desafíos, los cristianos de Occidente hoy tienen que tratar con una cuestión filosófica fundamental: a saber, la cuestión de la posibilidad de conocer la verdad. La mentalidad de nuestra sociedad hoy es de escepticismo o relativismo. El escepticismo dice que existe la verdad, pero no podemos conocerla; el relativismo dice que no existe ninguna verdad fija. Estas mentalidades afectan todas las afirmaciones de verdad, por supuesto, pero son especialmente significativas para los cristianos al buscar proclamar el evangelio a otros y aferrarnos a él en estos días de incertidumbre.
¿Acaso es nuevo el desafío de la pérdida de la verdad? De ninguna forma. Ha habido períodos de escepticismo a lo largo de la historia de Occidente. En este artículo echaremos una mirada a la era conocida como el Iluminismo, ese período de la historia de Occidente que se extiende del siglo XVII al siglo XVIII. Lo que veremos es que los mismos temas que estamos tratando hoy eran problemas tres siglos atrás. Nos interesará especialmente el conocimiento de Dios.{1}
Antes de considerar al Iluminismo mismo, miremos rápidamente el esquema que precedió esta extraordinaria era.
Antes del Iluminismo, creer en Dios en Occidente era como creer en la salida del sol; la respuesta a todas las grandes cuestiones de la vida era Dios (independientemente de que un individuo dado estuviera inclinado a obedecer a Dios o no). La Biblia era la fuente del conocimiento acerca de Él, especialmente el Antiguo Testamento, porque allí uno podía aprender, entre otras cosas, la historia de la humanidad y los propósitos divinos. Aun las cuestiones políticas debían ser resueltas por el Antiguo Testamento.
Se entendía que todo operaba según el plan de Dios. Los sucesos de la historia no eran hechos aleatorios, sino sucesos que servían para llevar a cabo la voluntad de Dios. El universo era relativamente joven, había sido creado por Dios unos 4.000 años antes de Cristo y era mantenido en operación gracias a la participación inmediata de Dios. La Tierra era el centro físico del universo; dado que el hombre era el nivel más alto de la creación, era claro que los propósitos de Dios estaban centrados en él.
Para algunos, esta imagen del mundo significaba un hogar cómodo: lindo, prolijo y ordenado. Sin embargo, el mundo era un lugar misterioso y a veces aterrador. Esto, junto con la creencia que se sostenía en general en "ese Juicio Final donde muchos serían llamadosl pero pocos escogidos",{2} produjo en algunos una perspectiva pesimista. "Ciertamente no hay felicidad alguna dentro de este círculo de carne", dijo Sir Thomas Browne, "ni está en la óptica de estos ojos contemplar la felicidad".{3}
Si bien se conocían las diversas extensiones importantes de tierra, no se conocían otras civilizaciones. Los europeos sabían poco acerca de otras culturas. Era fácil creer que la suya era la civilización más elevada.
Con el crecimiento de la ciencia y el descubrimiento de otras civilizaciones vino una nueva manera de pensar en "Dios, el hombre y el mundo". Considerémosla brevemente.
Un desplazamiento en el pensamiento
La ciencia
En la era del Renacimiento, el mundo comenzó a volverse más grande para los europeos. El conocimiento aumentó rápidamente, y este aumento produjo cambios importantes en la vida. Las diferentes vertientes de cambio se mezclaron en el Iluminismo, culminando en una nueva forma de mirar el mundo.
Hubo un desplazamiento importante en el mundo de la ciencia con el desarrollo de las ideas de personas como Francis Bacon (1561-1627). Bacon, un filósofo y estadista inglés, abandonó la forma clásica deductiva de entender la naturaleza recibida de Aristóteles, y abogó en cambio por un enfoque experimental e inductivo. Rechazó la autoridad de la tradición, y brindó "un método de experimento e inducción que pareció ofrecer un medio infalible de distinguir entre la verdad y el error".{4}
Si bien la ciencia luego se convertiría en la fuente de confianza para la gente de Occidente, en los primeros días los descubrimientos científicos eran inquietantes. Por ejemplo, la invención del telescopio destronó la teoría del universo de Aristóteles, en la que la Tierra --y, por lo tanto, el hombre mismo-- era el centro. Aristóteles enseñó que el universo era una serie de esferas concéntricas, una dentro de la otra. "Copérnico y sus sucesores hicieron añicos este mundo", dice el historiador James Turner.{5}Ahora se entendía que el hombre vivía en un pequeño planeta que giraba en un espacio que no tenía centro. Fue un tiempo de gran confusión. En palabras del poeta John Donne: "Está todo en pedazos, toda coherencia se ha ido".{6}El descubrimiento de que no estamos en el centro del universo hizo que la gente se pusiera a pensar si realmente tenemos algún significado.
Sin embargo, más perturbadores eran los descubrimientos geológicos.{7} Parecía que la tierra era más antigua que la comprensión del Antiguo Testamento de entonces, que parecía decir a algunos que el mundo había sido creado unos 4.000 años antes de Cristo. La Biblia había sido, por mucho tiempo, la autoridad en este tipo de cuestiones. ¿Podría estar equivocada? Cuestionar la Biblia era cuestionar al cristianismo mismo. Dado que el cristianismo brindaba a los europeos su cosmovisión básica, este tipo de preguntas era sumamente perturbador.
Exploración
Los viajes de descubrimiento tuvieron un profundo impacto en la visión de los europeos de su lugar en el mundo y sus creencias cristianas. Los descubrimientos de otras civilizaciones hicieron que los europeos se preguntaran si su civilización cristiana era realmente mejor que las demás. China era un problema especial. Aparentemente, antedataba la civilización europea y, posiblemente, ¡aun el Diluvio! Como los europeos, los chinos se veían a ellos como el centro del mundo. ¡Y China no era cristiana!
Otras sociedades más primitivas presentaban sus propias dificultades. Por ejemplo, los informes sobre cuán apacibles y afectuosos eran los indígenas norteamericanos hizo que la gente se pusiera a pensar en la doctrina del "pecado original". También se preguntaban si Dios habría destruido pueblos como estos en un Diluvio.
Además, si otras civilizaciones pudieron funcionar sin creencias cristianas, tal vez el cristianismo mismo no era tan significativo, al menos en el nivel cultural. Tal vez era sólo una religión entre muchas.{8} Norman Hampson concluye que "el desafío intelectual de las sociedades no europeas fue un desafío mucho más directo y fundamental a las creencias cristianas tradicionales que todo lo que pudiera provenir de los científicos".{9}
Por lo tanto, los descubrimientos de la ciencia y los viajes desestabilizaron inicialmente el mundo ordenado de los europeos, y luego hicieron que muchas personas dudaran de la significación de su religión misma.
La nueva mentalidad
Desplazamiento en el conocimiento
Miremos más detenidamente los cambios en el pensamiento que se desarrollaron durante el Iluminismo.
A principios del siglo XVII, el filósofo francés René Descartes (1596-1650) formuló una filosofía muy racionalista. Su meta principal era producir un argumento lógicamente verdadero a favor de la existencia de Dios. Para hacerlo, empleó lo que llegó a conocerse como el método de la duda. Descartes creía que debíamos dudar de toda idea que no fuera "clara y distintiva". La única idea que él podía sostener de esta forma era que él mismo existía. De ahí la frase "pienso, luego existo". A partir de allí, Descartes desarrolló su filosofía de una forma lógica y racional. Hasta se acercó a la naturaleza desde una perspectiva deductiva y racionalista. Comenzando con principios generales y conocidos de la naturaleza, Descartes dedujo cómo debería ser el resto de la naturaleza.
Si bien la forma de ver el mundo de Descartes fue derribada por el enfoque experimental, su filosofía en general tuvo un impacto profundo. Es considerado por algunos como el primer filósofo modernista, porque buscaba la certeza en el conocimiento dentro del individuo y no de una autoridad externa. La razón se volvió más importante que la revelación.
Sir Isaac Newton (1642-1727) fue una figura inmensamente significativa en el mundo de la ciencia en desarrollo. Su descubrimiento de la ley de la gravedad mostró que la naturaleza podía ser comprendida por el hombre. El hombre ya no estaría a la merced de un mundo desconocido. La obra de Newton fue tan significativa para entender la naturaleza que llevó a Alexander Pope a escribir: "La Naturaleza y las leyes de la Naturaleza estaban ocultas en la noche. Dios dijo: '¡Sea Newton!', y todo fue luz".{10}
John Locke (1632-1704) fue otro importante pensador de la era del Iluminismo. El historiador Norman Hampson dice: "Las nuevas corrientes de pensamiento parecían fluir todas en él".{11}Locke creía que el conocimiento a través de la experiencia es superior a la que se acepta por creencia y confianza --"el flotar de las opiniones de otros hombres en nuestros cerebros", según lo denominaba.{12} Rechazó la teoría de la ideas innatas enseñada por Descartes, y creía, en cambio, que nuestra mente comienza como una tabla en blanco a la que se agrega conocimiento por la experiencia. Locke llevó este
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