El Impacto De Los Valores En La Sociedad

Una pregunta que seguramente ronda por nuestra mente todos los días es: "¿Por qué nuestra sociedad se encuentra tan vilmente degradada y corrompida por la violencia, la desigualdad, la corrupción y un sinnúmero de problemas que, lamentablemente, es tan típico verlos a diario?" Preguntas como esta son repetidas una y otra vez por cada uno de nosotros. Tristemente, nos ponemos a buscar incansablemente culpables en los demás cuando, en realidad, los culpables están más cerca de lo que pensamos, así es, nosotros mismos.

Cuando preguntamos a alguien si tiene valores, es normal que nos respondan: "Pero por supuesto, a mí me los han inculcado desde pequeño. Soy una persona honesta, amable, caritativa, (…)" Venga, pero, ¿acaso el que alguien - ya sean tus padres, maestros o, inclusive, alguien aún más ajeno - te haya tratado de enseñar algo tan esencial como lo son los valores, significa que los habéis aprendido? y, si en todo caso, los has aprendido, ¿eso quiere decir que vosotros los ponéis en práctica?

Es normal escuchar a todos decir que tienen una base sólida sobre los valores y que los practica a diario; sin embargo, la mayoría de nosotros lo dice "de los colmillos para afuera". Yo os puedo asegurar que de todos los presentes, muy pocos o quizá ninguno pone realmente en práctica los valores. Inclusive, cosas tan sencillas como un "Buenas tardes, señor/a", o un "Por favor" o un "Gracias" han quedado en el olvido; ¡ni hablar de ayudar a los demás desinteresadamente! Somos unos seres tan viles que, a menos que no veamos que obtendremos algún beneficio más allá del gran tesoro de saber que has hecho algo bueno, no lo hacemos. Se preguntarán: "¿Cómo es posible que diga algo así?" Simplemente porque así suena la verdad, y ésta no siempre es linda. Bueno, seamos justos, díganme ¿Cuántos de ustedes han ayudado a una persona que necesite ayuda y lo han hecho desinteresadamente y por el placer de ser útil? No, ni si quiera me contesten, que me dolería muchísimo ver que, probablemente, nadie lo haga.

He visto padres regañar a sus hijos, les he visto hacerlo con insultos, gritos y golpes, les he visto darles todo y cuanto pidan - se lo merezcan o no -, ¡y todavía se atreven a preguntar porqué su hijo es tan malcriado! ¡y se asustan y se asombran al ver que su niño ha dicho alguna grosería o les ha faltado al respeto! Está de más decir que los niños aprenden todo lo que ven, entonces, ¿no les parece lógico que si un niño ve a diario que sus más grandes ejemplos a seguir hacen y dicen todo tipo de cosas tan hostiles, ellos también lo hagan? ¿No les parece que debemos de ser un poco más conscientes respecto a nuestros actos?

Estamos tan acostumbrado a este tipo de cosas que cada vez nos produce menos impacto ver en las noticias que han matado a alguna persona, o que han asaltado algún lugar, ¡ya forma parte de nuestro día a día! De echo, en lugar de lamentarnos por algún crimen, nos alegramos porque no murieron "tantos". Si nos parece tan normal ver este tipo de cosas, mejor ni hablemos de cuando vemos a un animal muerto o siendo maltratado, que si ni siquiera somos capaces de sentir

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