La crisis de valores: Su impacto en la economía y la sociedad
hec.ab27 de Junio de 2014
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Se dice que el mundo no es como debe ser porque no se encuentra en presencia plena de valores; vivimos acumulando cada vez más antivalores en lugar de buscar alcanzar lo valioso. Esto se comprueba al visualizar la distribución desigual de la riqueza y cultura en el mundo.
Una historia análoga a la situación en la Tierra, explica que mientras haya caos todo funciona (mal, pero funciona); y que al cambiar de a lo virtuoso todo se viene abajo.
Además, se cree que esta crisis de valores es la verdadera causa de la crisis económica.
Estas tres ideas unidas entre sí generan dudas o contradicciones: ¿por qué no buscamos lo valioso?, ¿qué es lo que debería ser?, ¿así seguirán las cosas?, ¿cuáles son posibles fallas?, etc. se pretenden discutir en este ensayo.
Desarrollo
Ciertamente el mundo no es como debería, refiriéndonos al “deber ser” como lo ideal o perfecto. Es una minoría de la población la que se encuentra en lucha constante hacia lo valioso. Aun así*, considero que nuestra aldea es como debe ser, en presencia de antivalores, sigue siendo como debe ser por las siguientes razones:
• Lo perfecto e ideal no existe ni existirá en su totalidad, podemos acercarnos por mucho a la excelencia axiológica, más siempre estaremos en constante cambio, como en un sube y baja.
• Si el mundo careciera de antivalores no tendríamos pasiones (negativas) que combatir, situaciones que mejorar, dejaríamos de aprender y perseverar pues los aspectos negativos no existen.
• La contraparte del bien es el mal y juntos forman un equilibrio. Una persona debe conocer ambas partes y cada día tomar decisiones por un camino u otro. Así, cuando se equivoca, experimenta y aprende y cuando acierta, se acerca más a lo divino.
Simplemente necesitamos los antivalores para poder aprender y vivir los valores. Como dicen, es más fácil aprender lo correcto experimentando lo contrario.
Por lo anterior, no se me ocurre otra razón de nuestra existencia en este mundo que la de experimentar, aprender y aportar. Experimentar equivocándonos así como haciendo el bien, aprender o alcanzar los valores, y aportar o dar lo mejor de ti al mundo sin importar si el prójimo vive diferente a ti.
Un ejemplo claro de los antivalores en el mundo es la historia de la colmena, donde la palabra caos predomina. El engaño, la avaricia y los vicios abundan; el poder dirige. Es verdad que esta estructura anti valiosa funciona: la economía sigue en marcha, hay generación de riqueza, hay trabajo, etc. El problema es que solo funciona para los más fuertes al igual que en la naturaleza y hay que sobrevivir cada día.
Esta mentalidad de Mandeville acerca del caos creado cuando las abejas se arrepienten tiene un gran sentido. Al cambiar a mentalidad positiva aunque sea de una persona, poco a poco va contagiando hasta que tiene que haber un nuevo acomodo de la sociedad, pues el anterior ya no encaja. Esto válida el hecho de que para que haya creación debe haber destrucción; es decir, debe caer lo viejo para que nazca lo nuevo. Y así como el mal se contagia por debilidad de mente, también el bien lo hace por fe y esperanza.
Por último no es de sorprender que la economía esté en crisis cuando los valores están en crisis. Pues es una actividad humana, y al estar el hombre en crisis también lo estarán cada una de las expresiones en las que se desarrolle, como lo es la economía. No podemos esperar algo diferente.
Conclusión
La idea del “deber ser” es relativa; es posible que el mal deba ser para permitirnos comprender el bien. Todo funciona a través de un equilibrio. Las estadísticas confirman que el antivalor crece en el mundo y no tenemos control sobre ello ya que, cada persona es dueña de sus decisiones y no podemos controlar más que las nuestras. Y al decidir positivamente en nuestra vida podemos contagiar
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