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El Pensamiento De Ricardo Flores Magon


Enviado por   •  22 de Abril de 2013  •  3.942 Palabras (16 Páginas)  •  757 Visitas

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La figura de Ricardo Flores Magón es imprescindible para comprender el hecho más importante de la historia del siglo XX mexicano: la revolución de 1910-1917. Es en este contexto –junto con Emiliano Zapata–, el prototipo de luchador social indoblegable, de una entereza intelectual y moral excepcionales. Nació el 16 de septiembre de 1873, en el sureste mexicano, en el poblado de San Antonio Eloxochitlán del estado de Oaxaca (Zertuche, 2000: 13). Hijo de una modesta familia de tradición liberal juarista.1 Tuvo oportunidad de convivir de cerca con los indígenas mazatecos, de conocer sus formas de organización social y laboral; esto fue significativo para la formación de su pensamiento, esencialmente comunitarista. En la ciudad de México se instruye académicamente en la Escuela Nacional Preparatoria,2 donde se encontró con las ideas positivistas dominantes en el ambiente intelectual de la época (Blanquel, 1985: 23), y posteriormente toma el camino de la jurisprudencia, estudios que no concluye. El campo de lucha contra la opresión hace que dedique toda su vida, incluso en las duras condiciones de reclusión en México y Estados Unidos, al periodismo. Por la incesante persecución política, vive en Norteamérica desde 1904 y hasta su muerte.

La ruta que sigue su pensamiento parte del liberalismo, que de menos a más se acentúa en radicalismo hasta llegar al anarquismo (Blanquel, 1985: 26). En sus últimos días, preso y con su salud enormemente deteriorada, escribe de una manera propia del poeta, que ya no sólo siente y encarna lo que profesa, sino que “sueña el futuro” (Ibíd: 42).3

Su obra se expresa fundamentalmente en artículos periodísticos, manifiestos y cartas, además de los discursos que fueron registrados y algunos dramas. Ricardo Flores Magón no es un teórico en el estricto sentido de la palabra, es más bien un hombre de acción (Ibíd.: 31)4 que utilizó los recursos a su alcance para educar, organizar y animar al proletariado mexicano en su lucha por la emancipación.

Parte importante de su vida transcurre en las cárceles, tanto de México como de Estados Unidos. En la prisión de Leavenworth, Kansas, EEUU, encuentra la muerte la mañana del 21 de noviembre de 1922 en condiciones sospechosas (Zertruche, 2000: 63)5

La esencia o naturaleza humana

Solidaridad. Este aspecto merece especial atención en el pensamiento de nuestro autor, ya que al sostener la doctrina del anarquismo, la solidaridad pasa a ser eje fundamental, motor de impulso para fundamentar el cambio social y estructurar la nueva sociedad basada en la fraternidad universal. Este importantísimo concepto lo define de la siguiente manera:

La solidaridad es fuerza. Se puede limpiar del dedo una gota de agua; pero se requiere la fuerza del arrecife para resistir el empuje del océano. La solidaridad es progreso, pues la vida significa evolución, y la solidaridad es condición de la vida. La solidaridad es armonía, cooperación entre los seres humanos, gravitación para los cuerpos celestes. ¿Qué es la luz solar? La solidaridad de los siete colores del arcoiris (Zertuche, 2000: 212).

Libertad. Para Flores Magón, la libertad es la aspiración máxima del hombre, aunque es preciso reconocer que la percibe de una manera abstracta, idealizada. Distingue entre libertad económica y libertad política: la libertad económica la define como la “posibilidad de vivir sin depender de nadie” (Flores Magón, 1993: 99), la entiende como la emancipación del trabajo explotado, teniendo como referente obligado la propiedad de la tierra, adquirida originalmente por medio de la violencia (Ibíd.: 11); por lo que respecta a “la libertad política requiere de la concurrencia de otra libertad para ser efectiva: esa libertad es económica” (Zertuche, 2000: 156). La concepción de libertad se ubica en nuestro pensador de una manera absoluta, aspira a “una libertad sin límites, como no sean los límites naturales, esto es, una libertad que no dañe la libertad de la especie” (Flores Magón, 1983: 106). Los ejecutores de la emancipación, de la liberación definitiva, serán los trabajadores (Zertuche, 2000: 233). Es importante hacer notar que esta idea de libertad a la que nos referimos, es la más elaborada y radical, ya que las aproximaciones iniciales que se encuentran es sus primeros escritos se refieren a una delimitación dentro de las posiciones del liberalismo clásico; a medida que radicaliza su análisis, profundiza también en esta importante idea.

La enajenación. La sociedad dividida en clases es la que genera la separación de hombre de la naturaleza, de su “estado originario”; aún así, para Flores Magón se deben hacer a un lado a aquellos que no sean aptos para la transformación revolucionaria de la sociedad. El revolucionario considera que la empresa del cambio social radical debe prescindir de los hombres que no sean capaces de darse cuenta de su propia opresión: “Que mueran borregos de esa naturaleza, está bien. No hacen falta hombres que son un obstáculo a los deseos de libertad de los individuos de su clase.” Y como si fuera un proceso de selección natural afirma que “son un lastre que nos hace caminar penosamente” (Ibíd.: 38-39), por lo que no se debe tener compasión ni derramar lágrima por ellos. Humanizar el trabajo es trabajar para satisfacer necesidades y no para enriquecer al patrón (Flores Magón, 1993: 53).

Postura gnoseológica. No hay en el pensamiento magonista referencias explícitas al problema del conocimiento a la manera tradicional, ni planteamientos concretos sobre abordamientos filosóficos clásicos,6 pero de su enfoque de la realidad se desprende su cercanía al empirismo,7 sin olvidar algunas referencias que plantea sobre la proyección que el hombre puede hacerse para transformar la realidad. “Los pueblos no entran a la razón con frases persuasivas, sino con hechos, y mejor cuando estos hechos son de aquellos que sacuden brutalmente las conciencias, que hieren de crueldad los sentimientos” (Flores Magón, 1983: 47).8 Es de destacar también, la positiva valoración que hace nuestro pensador sobre el filósofo y su labor, cuando reconoce que éste es capaz de ver más allá de lo aparente: “el filósofo, al leer las constituciones de los pueblos cultos, no puede menos que sonreir. La palabra ‘ciudadano’ es un sarcasmo, la palabra ‘libertad’ es una ironía” (Flores Magón, 1987: 239). Se ve pues, el reconocimiento de la filosofía como instrumento para llegar a la verdad. Asimismo, es de imprescindible importancia señalar su cercanía con la praxis marxista, con su preocupación por la separación insalvable entre el pensamiento y la práctica; por ejemplo cuando menciona: “Se piensa de un modo y se obra de otro distinto; ninguna relación hay entre el pensamiento y la acción” (Flores Magón,

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