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El Valor De Educar

sevia13 de Julio de 2012

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“EL VALOR DE EDUCAR”

INTRODUCCION

En este libro Fernando Savater hace una reflexión sobre la educación y su importancia como base de una moral y de una ética, en esta obra el autor quiere hacer énfasis en el gran compromiso y el inmenso valor que tiene el proceso de educar. Así como darle la importancia necesaria a todos y cada uno de los miembros que participan en este proceso.

En su prólogo hace mención en que la tarea de ser maestro para es más destinada al genero femenino, ya que es quien tiene mayor sentimiento de maternidad y cuidado por los niños; sin embargo no significa que se haga a un lado al genero masculino pues todos somos capaces de enseñar.

Fernando Savater habla del valor de educar en el doble sentido de la palabra “valor”: ya que quiere decir que la educación es valiosa y válida, pero también que es un acto de coraje, un paso al frente de la valentía humana ya que es la tarea más sujeta a quiebras psicológicas, a depresiones, a una fatiga acompañada por la sensación de sufrir abandono en una sociedad exigente pero desorientada.

El libro lo divide en seis capítulos, los cuales presento una breve síntesis de cada uno de ellos.

CAPÍTULO 1

El aprendizaje humano

Como Fernando Savater afirma, el ser “humano” es también un deber, la solidaridad es un rasgo propio de las personas “muy humanas”. Habrá pues quien ni siquiera intente ser humano o quien lo intente y no lo logre, junto a los que triunfen en ese noble empeño. Nacemos humanos pero no basta: tenemos también que llegar a serlo, y podemos fracasar en el intento o rechazar la ocasión misma de intentarlo. Graham Greene utiliza la palabra “humano” como una especie de ideal y no sencillamente como la denominación específica de una clase de mamíferos. Los demás seres vivos nacen ya siendo lo que definitivamente son, mientras que los humanos nacimos para la humanidad. Hay que nacer para humano, pero sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian su humanidad a propósito. Llegar a ser humano del todo es siempre un arte. Todos los nacimientos humanos son en cierto modo prematuros: nacemos demasiado pequeños hasta para ser crías de mamíferos respetables. Desmond Morris, denomina la humano como “mono desnudo” es decir, mono inmaduro.

Neotemia significa pues “plasticidad o disponibilidad juvenil” El niño pasa por dos gestaciones: la primera en el útero materno, y la segunda en la matriz social en que se cría.

Por medio de los procesos educativos el grupo social intenta remediar la ignorancia amnésica con la que naturalmente todos venimos al mundo. Ser humano consiste en la vocación de compartir lo que ya sabemos entre todos, enseñando a los recién llegados al grupo cuanto deben conocer para hacerse socialmente válidos. Enseñar es siempre enseñar al que no sabe. La primera titulación requerida para poder enseñar es haber vivido. El hombre llega a serlo a través del aprendizaje.

La vida humana consisten en habitar un mondo en el que las cosas no sólo son lo que son sino que también significan; pero lo más humano de todo es comprender que si bien lo que sea la realidad no depende do nosotros. Kant constata el hecho de que la educación nos viene siempre de otros seres humanos y señala las limitaciones que derivan de tal magisterio: las carencias de los que instruyen reducen las posibilidades de perfectibilidad por vía educativa de sus alumnos.

El primer objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes.

La verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa y este momento reflexivo exige constatar nuestra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes.

CAPÍTULO 2

Los contenidos de la enseñanza

El aprendizaje a través de la comunicación con los semejantes y de la transmisión deliberada de pautas, técnicas, valores y recuerdos es proceso necesario para llegar a adquirirla plena estatura humana. La genética nos predispone a llegar a ser humanos pero sólo por medio de la educación y la convivencia social conseguimos efectivamente a serlo.

Lo primero que la educación transmite es que no somos únicos, que nuestra condición implica el intercambio significativo con otros parientes simbólicos que confirman y posibilitan nuestra condición; y lo segundo es que no somos los iniciadores de nuestro linaje. El tiempo es nuestro invento más característico más determinante y también más intimidatorio.

El manejo del tiempo es la fuente de nuestra grandeza y el origen de nuestras miserias, y es un componente esencial de nuestros modelos mentales. La enseñanza está ligada intrínsecamente al tiempo. No hay aprendizaje que no implique conciencia temporal y que no responda directa o indirectamente a ella.

La función de la enseñanza está tan esencialmente enraizada en la condición humana que resulta obligado admitir que cualquiera puede enseñar.

Como ya vimos en el capitulo anterior no basta con la intención de educar a otros, lo importante es haber vivido antes que ellos ya que en base al cúmulo de experiencias tomaremos los conocimientos que hemos de transmitir.

El autor en este capitulo hace una profundo reflexión para poder diferenciar y separar la educación de la instrucción.

La educación siempre ha sido considerada con mayor importancia, por que se enfoca en la formación del alma, el cultivo de valores morales y patrióticos, en tanto que la instrucción se ocupa de enseñar destrezas, de conocimientos técnicos mayormente aplicados a un ámbito labora. En la actualidad estas diferencias han cambiado sus roles ya que ahora son mas apreciadas las destrezas y conocimientos técnicos que la formación cívica y ética.

En cuanto a estos conceptos nos dice el autor que no se puede dar una sin la otra, es decir no se puede educar sin instruir ni viceversa; porque par poder instruir se necesita de cierta ética y valores, así como para educar se necesita de destrezas específicas.

La enseñanza nos adiestra en ciertas capacidades que dividiremos en “abiertas y cerradas” ambas son de suma importancia; las cerradas son básicas para nuestra supervivencia tales como caminar, vestirse, asearse, leer, escribir etc.; estas habilidades tienen como característica que pueden dominarse de modo perfecto. Por otro lado las capacidades abiertas son de grado más complejo y de cierto modo infinito; como por ejemplo razonar o hablar. Al principio casi todas las capacidades abiertas se apoyan e incluso fueron primeramente capacidades cerradas; aunque su característica es que nunca podrán dominarse a la perfección, como por ejemplo la misma capacidad de aprender es una capacidad abierta.

Relacionando las capacidades abiertas y cerradas con la educación y la instrucción, de modo que la educación corresponde a las capacidades abiertas por que nunca se podrán dominar a la perfección, es decir siempre habrá algo nuevo que aprender acerca de esta destreza; y la instrucción corresponde a todas las capacidades cerradas que son casi siempre primordiales para nuestra supervivencia.

Tanto la educación y la instrucción, cada una con su muy particulares capacidades deberán ser parte de la tarea de formación de la personalidad de un individuo. Estos conceptos tienen en común que no se adquieren espontáneamente, sino que se requiere de la escuela en donde se desarrollaran para así formar parte de la personalidad.

Ya que dejamos en claro que se necesita de La escuela para desarrollar estas capacidades como parte de la humanización del hombre, también mencionaré que dentro de la escuela como área de socialización es importante que en ella se de el proceso de reconocimiento. El individuo necesita ser reconocido en su condición de ser único e irrepetible para confirmarse en la sociedad sin angustia ni desequilibrio, de modo que entendemos que uno de las principales tareas de la enseñanza es también la de apoyar la autoestima del individuo; por que nadie puede sobrevivir sin ella.

CAPÍTULO 3

El eclipse de la familia

Fernando Savater presenta a la familia como elemento imprescindible para la educación y formación en el ámbito personal del niño, ya que es en este núcleo en donde deberá aprender actitudes tales como hablar, obedecer a sus mayores, en general a convivir con personas de diferentes edades, seguir reglas, compartir, distinguir a su entendimiento lo que esta bien de lo que esta mal según los parámetros de la sociedad en donde se desarrolle, a todo esto se le llama socialización primaria.

Después las escuelas, los grupos de amigos, el lugar de trabajo, etc., llevan a cabo la socialización secundaria, en la que adquirirá conocimientos y competencias de alcance más especializado. En la familia las cosas se aprenden de un modo bastante distinto a como luego tiene lugar el aprendizaje escolar. Los niños felices, no son los niños mimados o superprotegidos.

El protagonismo de la familia en la socialización primaria de los individuos atraviesa un indudable eclipse en la mayoría de los países, lo que constituye un serio problema para la escuela y los maestros.

Es muy importante el fanatismo por lo juvenil en los modelos contemporáneos de comportamiento. Lo joven, la moda joven, la despreocupación juvenil, el cuerpo ágil y hermoso eternamente joven a costa de cualesquiera sacrificios, dietas y remedios, la alegre camaradería juvenil… son los ideales de nuestra época. Cifran dice “quien no muere joven, merece morir”.

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