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El delicado equilibrio entre la Mediocridad y la Magnificencia


Enviado por   •  23 de Febrero de 2016  •  Ensayos  •  1.621 Palabras (7 Páginas)  •  167 Visitas

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El delicado equilibrio entre la Mediocridad y la Magnificencia

El equilibrio es el propósito que cada persona debe buscar en la vida, Usted puede conspirar con el universo y provocar el caos, o romper los lazos del tiempo y crear la paz. Debe estar en todas partes, para no estar en ninguna, y debe reconocer que la estulticia humana es tan infinita que hace dudar a cualquiera sobre los límites del cosmos. En este ensayo se buscará dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cuál es el equilibrio que debe tener la mediocridad en el ser humano y cómo lo afecta? Basándose en el libro “El Hombre Mediocre” de José Ingenieros.

En primera instancia se debe conocer que la obra de José Ingenieros involucra varias posturas desde lo sociológico, lo psicológico y lo literario para demostrar una clara divergencia entre el Hombre Mediocre y el Hombre Superior u Original.

Para empezar a buscar el equilibrio, primero se debe saber que José Ingenieros (1913) define a la mediocridad como: “Una ausencia de características personales que permiten distinguir al individuo en su sociedad”. (Pág. 30). Es decir, que todos actúan como maquinas cuyo propósito es el de seguir las palabras y acciones que la sociedad les da, sin preguntarse cuál es el motivo por el que viven o hacen las cosas día a día.

Los Hombres Mediocres son deterministas, es decir pasan su vida culpando al destino de sus errores, cuando ellos son los responsables de no hacer algo diferente para cambiarlo. Es cierto que poseen educación, pero lo que no saben es que esta también es Mediocre. Así lo enuncia Ingenieros (1913): “La educación intenta borrar toda originalidad poniendo iguales prejuicios en cerebros distintos”. (Pág. 62). Los Mediocres nacen gritando y son originales en ese momento, pero pierden esa posibilidad de serlo en el momento en que son enviados a un lugar en donde les enseñan durante dieciocho años o más a estar sentados, callados y a obedecer a una persona con más experiencia en el mundo que les dice cómo deben actuar para encajar en la sociedad, y los padres buscando que sus hijos sean útiles para esa sociedad apoyan esos métodos. Ingenieros (1913) afirma también que: “La educación es el resultado de las múltiples influencias del medio social en que el individuo está obligado a vivir”. (Pág. 46). Es decir, que el Hombre Mediocre está determinado a vivir como mediocre porque la sociedad así se lo afirma y como no busca otra fuente de conocimiento, entonces termina por creerlo y aplicarlo a su vida.

El Hombre Mediocre es necesario para mantener el equilibrio del mundo. Esta afirmación es un claro ejemplo de la Ley de Polaridad del universo, la cual estipula según El Kybalión (siglo XIX) que: "Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi-verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".  La idea de esta ley es encontrar la armonía y la unidad entre todo lo existente.

Para poder explicar la divergencia y el equilibrio que existe entre el Hombre Mediocre y el Hombre Superior hay que tomar la parte de esta ley que dice: “Los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado”. Con esto se puede analizar que ambos se encuentran en diferentes grados de manifestación, es decir cada uno ubicado en un extremo. Ingenieros (1913) lo explica así: “Mientras el uno se concreta a pensar con la cabeza de la sociedad, el otro aspira a pensar con la propia”. (Pág. 51).  Es decir que están el Mediocre que no es capaz de tener ideales propias y vive con el alma de la sociedad y el Superior que es original e imaginativo y vive con un alma individual. Ahora concluyendo la teoría, ambos poseen un pensamiento totalmente distinto, pero en esencia se está hablando siempre del mismo objeto de estudio: El Hombre. Aparentemente son diferentes, pero esto genera que ambos existan y complementen esa existencia en el mundo. Ingenieros (1913)  lo define de esta manera: “Su existencia es, sin embargo, natural y necesaria. En todo lo que ofrece grados hay mediocridad; en la escala de la inteligencia humana ella representa el claroscuro entre el talento y la estulticia”. (Pág. 25).  Así es que, no puede haber luz sin oscuridad y nadie podría ser original si no se conociese la mediocridad.

El propósito de la Mediocridad en el mundo no es el de alabar su existencia, sino el de reconocer que aunque es necesaria, no se debe vivir bajo su influencia. El Hombre Mediocre tiene miedo del conocimiento y del progreso, por eso vive de la ignorancia y de los prejuicios. Ingenieros (1913) les da la siguiente comparación: “Son como esas mulas que por la costumbre de marchar al paso, han perdido el uso del galope”. (Pág. 63). Entonces como buenos ignorantes pasan desapercibidos por la vida y no se detienen hasta que alguien los obliga a ver sus maravillas. Y finalmente llegan al punto de convertir sus vidas en rutinas, lo cual les niega la capacidad de pensar y de reconocer lo real de lo incierto, porque se limitan a ver lo superficial de las cosas y hacen parecer que estuvieran creados para ser sombras de los Hombres Originales, es decir que solo existen para que el universo tenga el equilibrio ideal y mueren ignorando que fueron utilizados para evitar que la Mediocridad desaparezca con el paso del tiempo a través sus rutinas. Ingenieros (1913) lo afirma así: “La Rutina es un esqueleto fósil cuyas piezas resisten a la carcoma de los siglos”. (Pág. 61).

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