El fragmento pertenece a la obra Antropología filosófica de Ernst Cassirer (1874 - 1945), un filósofo de origen prusiano muy reconocido en el ámbito de la filosofía de la cultura, temática que abarca esta obra.

Textos básicos de filosofía

4º Comentario. Ernst Cassirer: Antropología filosófica

… ya no hay salida de esta reversión del orden natural. El hombre no puede escapar de su propio logro, no le queda más remedio que adoptar las condiciones de su propia vida; ya no vive solamente en un puro universo físico sino en un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen partes de este universo, forman los diversos hilos que tejen la red simbólica, la urdimbre complicada de la experiencia humana.

Capítulo II. Una clave de la naturaleza del hombre: el símbolo (p. 47)

El fragmento pertenece a la obra Antropología filosófica de Ernst Cassirer (1874 - 1945), un filósofo de origen prusiano muy reconocido en el ámbito de la filosofía de la cultura, temática que abarca esta obra.

En esta parte de su filosofía, Cassirer trata de contestar a una de las preguntas clave de la historia de la filosofía: ¿qué es el ser humano? Los primeros intentos de responder a esta pregunta tienen su origen en la mitología, en el que el ser humano se sitúa en un punto intermedio entre los dioses y el resto de los animales. De esta concepción del ser humano parte la idea de que el conocimiento proviene de los dioses, y que, en ese caso, el ser humano tiene una parte divina, que lo distingue del resto de los animales.

Más tarde, en el siglo XIX, con la aportación de La teoría de la evolución (1859) de Charles Darwin, se necesitaban nuevas respuestas a la misma pregunta, pues en ningún momento se había tenido en cuenta el aspecto biológico del ser humano. En este capítulo, el autor se centra en los estudios del biólogo y filósofo Johannes von Uexküll (1864 - 1944), el cual propone que gracias a los estudios sobre la anatomía de distintos animales se puede conseguir una imagen perfecta de ellos. Por tanto, si el hombre es un animal más, ¿con el estudio de su anatomía se puede lograr una imagen perfecta del mismo? La respuesta a esta pregunta se haya en el fragmento citado, en el cual se hace referencia al símbolo.

Tras infinitos intentos de definir al hombre, como el animal racional y político, de Aristóteles o la imagen y semejanza de Dios proveniente del cristianismo, entre otros, Cassirer propone una nueva definición: animal simbólico. Y es que, partiendo de que cada especie vive en una realidad distinta, el hombre utiliza el símbolo para interactuar con el mundo, ha ido construyendo un mundo simbólico que le proporciona una realidad muy disímil a la del resto de las especies. Este simbolismo es el que permite negar la pregunta anterior, pues simplemente analizando la anatomía humana no se puede determinar la imagen del ser humano, pues no hay nada más humano que el símbolo, y este no se encuentra en su anatomía.

La realidad que ha ido construyendo el hombre a través de los tiempos es puramente simbólica, y el fragmento se refiere precisamente a esto. Es imposible tratar de imaginar un mundo en el que habite el ser humano sin símbolos: olvidar el simbolismo no es una opción para el hombre. El humano aprende por medio del lenguaje, una de las principales herramientas que permiten al hombre interpretar la realidad, razonar y crear los mitos para explicar el mundo que le rodea.

Es posible concluir a partir de estas ideas que al ser humano no le es posible acercarse a la realidad ni interactuar con ella sin recurrir a los símbolos. Todo, nuestro lenguaje, nuestras acciones, deseos… es también simbólico, no existe una relación directa con el mundo. Esta idea se resume muy acertadamente en una frase de Epícteto, que dice que lo que perturba y alarma al hombre no son las cosas, sino sus opiniones y figuraciones sobre las cosas, pues las cosas en sí no tienen más significado que el que nosotros les adjudicamos.

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