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El hombre desde la prehistoria


Enviado por   •  29 de Mayo de 2014  •  Ensayos  •  2.430 Palabras (10 Páginas)  •  263 Visitas

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ORIGENES:Se reconoce como el origen de las artes plásticas a las pinturas ruprestes en las cuevas de altamira.

El hombre desde la prehistoria comienza a interpretar sus vivencias con dibujos acerca de la actividad de cazar; pintaban con sangre de animales.

Todas las civilizaciones antiguas daban real importancia a las artes plásticas, tanto sea en la pintura como mencione antes o en la creación de esculturas y utensillos para la guerra o la comida; otras civilizaciones también realizaban magnificas obras de arte funerario decorando las tumbas.

Lo importante a tener en cuenta es que lo que trata de expresar el hombre antiguo en su arte es la importancia que se le daba a la espiritualidad en este estadio de la historia. Por eso se ven interpretaciones de dioses ( por lo general estas civilizaciones eran politeistas ), mitos y la vida después de la muerte ( por ejemplo para los egipcios ). También es muy importante el hecho de cumplir con las necesidades básicas, como ser el comer y la vestimenta. Por eso las pinturas en que se representa la caza de algún animal, y las decoraciones en las vestimentas ( esto se ve mucho en los ropajes de las culturas preincaicas y posteriores de la cultura americana ).

-VIRREYNAL:Con la llegada de los españoles al territorio peruano la activa producción de elementos simbólicos-representativos andinos (al que hoy en día llamamos arte prehispánico) sufrió un revés sin precedentes. La incompatibilidad entre las percepciones españolas (basadas principalmente en el realismo) y las tradiciones andinas (basadas en el simbolismo) hizo que, ante la incomprensión del mensaje, los españoles destruyeran casi todas las formas de representación local. Las quilcas o tablillas pintadas, los quipus, los tocapus o los dibujos simbólicos de los incas no fueron entendidos por los peninsulares, pues no encontraban ningún elemento cercano a sus tradiciones visuales.Con este bagaje visual, los españoles utilizaron las imágenes de Cristo, la virgen María, Santos, etc. para llevar a cabo las primeras evangelizaciones en el vasto territorio peruano, ante la estupefacta mirada de los indígenas. Lo que probó ser una medida muy efectiva, pues logró facilitar el entendimiento de la fe cristiana a los vernaculares.El arte durante los primeros años virreinales fue exclusividad de los religiosos y su uso tuvo un fin práctico principalmente en el adoctrinamiento. No sólo pinturas o imágenes estuvieron presentes en esta tarea. Esculturas de diversos tamaños y retablos fueron herramientas imprescindibles para los misioneros católicos.

La ciudad de Lima jugó un rol preponderante en el desarrollo del arte en el virreinato del Perú. Su rápido crecimiento urbano, la acumulación de riqueza por parte de los encomenderos y la construcción de templos e iglesias fueron motivos para la demanda de pinturas y esculturas de las principales ciudades de los reinos españoles. Especial preferencia se tuvo por las obras provenientes de Flandes e Italia, aunque las obras sevillanas y andaluzas tuvieron igualmente gran demanda.Lima como centro político del más importante virreinato durante el siglo XVI fue plaza importante para destacados artistas que no dudaron en venir y ofrecer su arte a la iglesia.

- REPUBLICANO: La declaración de la Independencia en 1821 y la victoria de los ejércitos libertadores en Junín y Ayacucho, sellaron el fin de un régimen político de más de tres siglos. Pero el sistema colonial, que había definido las formas culturales de toda una sociedad, de sus costumbres y de sus instituciones, no se deshizo abruptamente con la Independencia. Los cambios tampoco se dieron por igual en todos los campos, ni se efectuaron al mismo ritmo.

La inestabilidad institucional del temprano Estado republicano impidió que se iniciaran proyectos de largo aliento. Las grandes comisiones cesaron abruptamente. Así, los géneros que dependían del poder político y eclesiástico, como la arquitectura, la escultura monumental y la pintura, prácticamente no se renuevan hasta mediados de siglo. Es tan solo en la segunda mitad del siglo XIX que, con los recursos generados por el guano, se emprenden nuevos proyectos. Además, la pintura en los centros, y particularmente en Lima, se renueva bajo la influencia del arte contemporáneo de Francia y de Italia, en busca de una modernidad que pudiera señalar su independencia cultural frente al reciente pasado español. En cambio la pintura creada en la periferia, así como aquella producida para el consumo popular, mantiene elementos de continuidad con sus precedentes coloniales. Así, en los campos donde el Estado y la Iglesia no tenían una participación directa, las formas coloniales se prolongaron por largo tiempo. La secularización fue una de las consecuencias más evidentes de la ruptura colonial. Pero existe también un abrupto cambio de giro en la geografía del país. La preeminencia de Lima marca, a partir de la Independencia, el sino un centralismo que llega a producir una diferencia notable de desarrollo económico y cultural con respecto al resto del territorio peruano. Una gran parte de este comercio florece con la apertura de los puertos, que fortalece a ciudades como Arequipa, Lima y Tacna. En este proceso, antiguos centros del sur andino como Cuzco y Huamanga pierden su lugar de predominio regional, al quedar marginados de las antiguas rutas comerciales con las regiones mineras del Alto Perú. La penetración de la región amazónica, iniciadas con el periodo anterior desde las ciudades andinas, sufre entonces también un repliegue significativo. Por ello, la rápida transformación de los gustos artísticos que trajo consigo la apertura y la importancia masiva de productos europeos, afecto principalmente a las ciudades costeras.

Esta escisión republicana conduce a desarrollos desiguales, que aseguran las subsistencia e incluso la profundización de grandes diferencias culturales. Se agranda así el abismo entre las artes “cultas”, ligadas a los escenarios internacionales, y las artes “populares”, asociadas a las tradiciones locales de origen colonial. Incluso se puede afirmar que la noción misma del “arte popular” se crea como concepto diferenciado precisamente en este periodo. Fuera de la capital, el florecimiento de las artes decorativas a lo largo del siglo XIX señala el paso de una producción dirigida por las autoridades. Los historiadores han identificado incluso un proceso de “indianización” republicana, guiado por la recuperación demográfica de las comunidades indígenas, que adquieren mayor autonomía y estabilidad en este periodo. Las tradiciones derivadas de la época colonial, como la pintura devocional, la talle de piedra de Huamanga los mates burilados, la platería, tejidos, queros y otros objetos de uso cotidiano,

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