Desde la prehistoria el hombre ha medido el tiempo.

Desde la prehistoria el hombre ha medido el tiempo.

Inicialmente se medía observando el movimiento regular de los astros en el cielo, un ejemplo de ello, los relojes de sol.

La regularidad mostrada por los astros poco a poco se fue simulando con algunos dispositivos de conteo como los relojes de arena, los relojes de agua y los relojes de fuego.

A finales del siglo XIII aparecen los relojes mecánicos y con ellos el oficio del relojero, debido a la necesidad de personas que los pudiera reparar y dar mantenimiento.

Hoy en día son muchas las personas que ejercen este oficio, una de ellas es Jesús María Pérez quien actualmente es el único relojero de Ábrego, N. de S.

Su gusto por la relojería nació desde muy pequeño cuando veía como su padre ejercía esta profesión, llamándole mucho la atención el cómo lograba reparar relojes que ya no funcionaban, llegando al punto que se robaba las máquinas de repuesto para armar y desarmar hasta lograr hacerlo correctamente.

Con el tiempo su padre dejo de trabajar en este oficio.

Siendo ya un joven de 14 años viajó a Bogotá donde trabajo aproximadamente 3 años, luego de este tiempo, regreso a su tierra natal con la idea de aprender el arte tan anhelado desde muy pequeño, por lo cual le pidió a su padre que le enseñara, pero el, siendo dentista en ese momento, quiso que su hijo aprendiera su oficio para que trabajararan juntos en él, Jesús quriendo retomar su sueño insistió e insistió hasta lograr que su padre lo encaminara en la reparación de estas maquinas para medir el tiempo

Después de tres meses de instrucciones, se arriesgo, aunque un poco temereso por su inexperiencia, a abrir las puertas en un pequeño local allí mismo en su casa reparando los reloges de los amigos de su papa, amparado en el buen nombre de este gran Señor ganado con el transcurrir de los años.

Y así poco a poco este mecanico empírico fue adquiriendo práctica decidiendo seguir adelante con esta profesión.

Con la evolución de los años surgieron relojes electrónicos, conocidos como marcapasos, que son mitad mecánicos y mitad electrónicos, desconociendo cómo funcionaba la parte electrónica, se dedicó a trabajar solo con relojes únicamente mecánicos, pero empezó a disminuir la existencia de estos relojes y aumentar los relojes electrónicos, con esto el trabajo fue disminuyendo, por lo cual sintió la necesidad de evolucionar, pero he allí el problema, no había la posibilidad de acceder a un curso que le enseñara el funcionamiento de estas nuevas máquinas.

De pronto llegaron dos nuevos relojeros al municipio de Abrego y con ellos, aun más, la escases de trabajo. despues de un año aquellos relojero decidieron irse, pues el pueblo no daba para tres personas en este oficio.

Como

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