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El hombre en busca de sentido . Viktor Frankl

Grupo CarfResumen20 de Octubre de 2017

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INTRODUCCION

El autor da inicio a su trabajo con una aclaración que resulta sin más ni más interesante, nos dice que su obra no pretende ser un relato de los sucesos en los campos de concentración nazis, ni describir las vivencias del prisionero típico, mucho menos el punto de vista personal y las repercusiones en la psicología propia de su persona; por el contrario para hacer una valoración adecuada del impacto psicológico de esta experiencia requirió procurar un distanciamiento tratando de ser lo menos subjetivo posible, por ello  habla de la necesidad de pasar a terceros el estudio para que lo despersonalicen y lograr el aporte verídico al análisis científico de la psicopatología en los campos de concentración; se enfoca en encontrar cómo era afectada la mente de los individuos prisioneros que vivieron libres al final, quienes al pasar por situaciones tan hostiles y con un absoluto sentido de supervivencia, sobrepasaron el miedo a los horrores de exterminio que amenazaban con terminar la vida de cualquiera y la pérdida de condición humana.

Él asegura los prisioneros eran un número, sin nombre ni apellidos, los que sobrevivían, a la larga eran quienes estaban dispuestos a hacer lo que sea con tal de sobrevivir, “los mejores de entre nosotros no volvieron a casa”, dice el autor.

Por esto es que escribe sobre tres fases en las reacciones mentales de los prisioneros; la fase que sigue a su internamiento, la vida en el campo de concentración y la fase después de su liberación, que explicado de otro modo estas tres fases son: la fase que sigue a la situación difícil, la vida en la situación difícil y la superación de esa situación.

Lo que da pasó a la explicación sobre los aspectos básicos de la Logoterapia: la frustración existencial, el sentido de la vida, el sentido del sufrimiento, y el suprasentido.

ÍNDICE

Internamiento en el campo1

La vida en el campo3

Después de la liberación 8

Conceptos básicos de la logoterapia 9

Introspección 12

Reflexión final 13


OBJETIVO

Al hacer una introspección sobre los objetivos que se desean cumplir en la vida, es necesario nutrir la mente y la espiritualidad con diferentes aspectos.

En este caso la lectura del libro “El hombre en busca de sentido” me lleva a plantearme diversos cuestionamientos sobre el significado de la existencia humana, como entender el sentido que tiene la vida del hombre, verdaderamente en qué reside la felicidad de las personas, el sentido que tiene mi vida y cómo lo trabajo cada día.

Por lo que al final de la lectura preciso formular algunas respuestas, en base al ensayo de este psiquiatra austriaco, sobreviviente de los campos de exterminio nazi y fundador de la escuela psicológica logoterapia.



RESUMEN

  1. Internamiento en el campo

Al inicio de la lectura se relata el horror de los prisioneros mientras son transportados en tren al campo de concentración. Tras eso fueron conducidos a unas filas donde un hombre elegía que camino debían tomar, el de la izquierda (a la cámara de gas) o a la derecha (trabajos forzados). El protagonista fue llevado a los trabajos forzados, pero antes pasando por la sala de desinfección, donde perdió todas sus joyas y fueron desnudados, por lo que tenían su existencia desnuda en el sentido literal de la palabra y posteriormente duchados. Tras un tiempo, iban perdiendo la ilusión pero intentaban bromear con un humor macabro, además del humor, también tenían curiosidad por lo que les pasaría, algunos hombres tomaban la decisión de suicidarse lanzándose contra la alambrada electrificada, puesto que no sabían lo que les deparaba el futuro.

Donde el psiquiatra expone que el síntoma característico de las personas que ingresaban al campo de concentración (o lager) era un shock muy intenso y que solía presentarse antes de entrar al mismo.

Los prisioneros sentían una leve esperanza de que aquello no sería tan cruel o de que serían liberados de inmediato, en último término de que todo terminaría con un final feliz. "Éramos incapaces de captar la auténtica realidad de nuestra condición y se nos escapaba el significado de los acontecimientos"

Luego de su llegada al campo se realiza la primera selección, "el primer veredicto sobre nuestra aniquilación o nuestra supervivencia". Allí, cerca de un noventa porciento de las mil quinientas personas que habían viajado hacia Auschwitz, hacinadas en los vagones de un tren, fueron ejecutadas en los "baños" o cámaras de gases y de allí eran conducidos a los hornos crematorios. De allí los pocos que habían sobrevivido eran llevados a la cámara de desinfección, en donde eran desnudados y afeitados, y como si ello fuera poco, desprovistos de las pocas cosas de valor que habían conseguido conservar, como el anillo de bodas o alguna medalla, el autor señala que lo único que poseían era su desnudez, la cual nadie podía despojársela.

Con el paso del tiempo se desvanecían las ilusiones que tenían de salir de ese lugar. Se sentían embargados por un sentido del humor extraño y también de una cierta curiosidad. "Con ella lográbamos distanciar la mente de la realidad circundante y así se facilitaba el contemplar lo real con una cierta objetividad Estábamos ansiosos por descubrir lo que sucedería después de cada acontecimiento"

Lo que en la vida cotidiana resultaba imprescindible, en el campo de concentración no lo era: los prisioneros no dormían el número de horas determinado para poder sobrevivir, no tenían la ropa adecuada para abrigarse del clima frío, no podían higienizarse debidamente "A veces, cuando las cañerías se helaban, pasábamos varios días sin lavarnos, ni siquiera alguna parte del cuerpo y, sin embargo, las heridas y las llagas de las manos, sucias del trabajo en la tierra, no supuraban a menos que se congelasen", no se nutrían bien y acorde al trabajo forzado que realizaba.

En este estado de shock, a todos en algún momento les rondaba la idea del suicidio, pues aquí se perdía el temor a la muerte. "Pasados los primeros días, hasta las cámaras de gas se observaban con un horror atenuado y soportable: al fin y al cabo le ahorraban a uno la decisión y el acto de suicidarse".  Lanzarse contra la alambrada era el método de suicidio más común en el campo, pues a todos los prisioneros se les vino a la mente la idea de suicidarse en más de alguna ocasión.

La reacción de un hombre frente a su internamiento en un campo de concentración supone también un estado psíquico anormal, pero si se juzga objetivamente, en función de la situación en el lager, es una respuesta normal, supone una reacción típica dada la dramática condición de vida.


  1. La vida en el campo  

En esta fase los prisioneros cambian a una fase de muerte emocional en la que el prisionero sentía tortura por añorar a su familia y su casa, además de la fealdad de todo lo que le rodeaba. Además, el prisionero se rodeaba de un caparazón por su insensibilidad. Lo que más les dolía a los prisioneros era la agonía mental causada por la injusticia y lo irracional de aquello. Sobre sus comidas, los prisioneros recibían una ración de sopa aguada y un pedazo de pan y una entrega extra, además, debido a la desnutrición, perdían su deseo sexual.

El autor relata, que en el campo de concentración, todos sufrían una “hibernación cultural” con excepción de la política y la religión. Casi siempre debatían sobre política, creyendo que la guerra acabaría pronto, aunque había algunos prisioneros que se mostraban reacios a creerlo. También se plantea que cuando todo se ha perdido, el amor es la meta última y más alta del hombre, por lo que su salvación está en él. El protagonista comprende como la felicidad puede existir con solo ver a un ser querido. En definitiva, se aferra a la imagen de su amada y es lo que le ayuda a seguir luchando. También la intensificación de la vida interior ayudaba al prisionero a refugiarse contra el vacío, la desolación y la pobreza espiritual de su existencia, devolviéndole a su existencia anterior.

El arte también es muy importante dentro del campo de concentración ya que se aprecia más en contraste con lo horroroso del campo. La irritabilidad se hace patente debido a la falta de sueño, cafeína y nicotina.

El autor señala su experiencia de la última voluntad (de que se comuniquen con su esposa) y cuenta como viajó con un grupo de enfermos a un campo de reposo. A continuación señala que el miedo a tomar decisiones era otra característica del prisionero, ya que adoptaba una postura determinista y relata como una vez, ya con el frente de batalla acosando al campo, desistió de fugarse compadeciéndose de los enfermos que rogaban su presencia. Llegado el último día en el campo, las autoridades ordenaron su evacuación, se endureció los controles por la fuga y rondaba la idea de incendiar a éste. Cuando el psiquiatra se decidía a huir por segunda vez, la Cruz Roja llegó a éste y quedaron bajo su protección.

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