Emilio o de la educación. Jean-Jacques Rousseau

EMILIO O DE LA EDUCACIÓN

JEAN-JACQUES ROUSSEAU

POR: MARIBEL GARCÍA GONZÁLES

Rousseau por medio de “EMILIO” desarrolla sus ideas generales acerca del hombre y su educación. Al inicio se maneja la idea de que el ser humano está dotado de conocimientos y al ponerse en relación con lo externo va desarrollando una maduración, que le llama “naturaleza”

La naturaleza es buena, el mal procede cuando el hombre ejerce contra ella, el ideal de la educación natural es todo lo que poseemos por nacimiento y las necesidades que se den ya cuando seamos mayores, las cubrirá la educación. Entonces el ideal educativo consiste en tomar su desarrollo primero, como supremo criterio pedagógico, adecuando a él la educación.

Rousseau busca demostrar como el hombre natural pueda vivir bien en sociedad, pero controlando algunas características, específicamente se refiere al egoísmo que lo hace perder todo interés ajeno para beneficio del propio.

Y ni imaginar que todo comience con el nacimiento… Pues para Rousseau la educación inicia desde que llegamos al mundo y le damos nuestra propia visión con el uso de los sentidos. Para apoyo al niño se le debe de dar toda la libertad posible, sin ninguna vestimenta que impida su movimiento natural, teniendo a la madre cerca para que se ocupe de su crecimiento, pero sin impedir su desarrollo.

Llega a nosotros Emilio; un educando imaginario con ciertas características: Noble, rico, huérfano, europeo, sano y robusto, educado en el campo y por ultimo joven, para así ser compañero del alumno. Estas características con un fin propio, su educación

El autor regresa con el tema del niño recién nacido. Jamás hay que dejar que el niño imponga su voluntad, ni nosotros imponerla sobre ellos, es conveniente seguir atentamente sus manifestaciones, ya que a esta edad disimular resulta imposible. Por ultimo menciona el aprendizaje de la lengua, en donde defiende que basta con hablar claro y articulando bien para que el niño entienda y tenga un aprendizaje satisfactorio. Esto resulta curioso, ya que cuantos de nosotros nos convertimos en unos retrasados mentales, al estar enfrente de una criatura de 2 años o menor, es en donde me pongo a juzgar, que desde un inicio lo venimos haciendo mal.

Después se maneja la etapa desde la infancia hasta los 12 años, en donde se insiste demasiado en la de idea de no sobreproteger a los niños, puesto si bien aún cuentan con una edad temprana, ya son capaces de muchas cosas, y no necesitan apoyo extra que al final solo los puede volver unos pobres dependientes. Pero que tan razonable nos parece esto, en mi opinión es en la infancia cuando necesitamos un buen apoyo para ir abriéndonos camino, y más aún como alumnados. Un pilar, es el apoyo incondicional del padre y la madre, o algún tutor, si bien ayudar en sus actividades es gran mérito, sirve como impulso que tendrá fruto en la vida futura. La infancia tiene su propia razón de ser, se justifica por sí misma, tiene su propia madurez y sus propias leyes. Educa bien al niño sin querer entender a un niño con los moldes de un adulto porque sería atentar contra el orden de la naturaleza.

Rousseau nos habla acerca de la educación negativa, que la logro definir como aquel medio, por el cual el educador no se encuentra inactivo, al contrario se hace un experto en el arte de gobernar sin dar mandatos y de hacer todo sin hacer nada.

Emilio en los 12 primeros años recibe educación instrumental, porque proporciona conocimientos variados, no se busca saturarlo de aprendizajes memorísticos, si bien ya aprende a leer y a escribir es porque es íntegramente necesario, su ocupación fundamental se basa en la educación de las facultades de sensibilidad. Así logra afinar al máximo todos sus sentidos, y como resultado tenemos a un Emilio ágil, despierto, sin preocupaciones ni miedos, sincero, de aquellos que hacen a un lado la vanidad, lleno de libertad marcada por límites concretos y benéficos, abriéndose paso a lo nuevo.

De los 12 a los 15 años “La segunda infancia” Así nos los dice Roseau, a lo que se refiere la tercer estancia de la vida del niño, que se aproxima a la adolescencia sin ser todavía pubertad. Pero aceptémoslo de los 12 a 15 años ya pocos se consideran inocentes en estos tiempos, los años pasan, las ideas cambian y a nosotros ni quien nos pare con nuestros nuevos ideales, algunas niñas a los 15 años de edad ya se convierten en madres, si no es que antes, y caemos en la duda de que tipo de educación fluye todo esto.

Para Emilio en este periodo se le indica exploración del ambiente natural con un método activo, adquisición del sentido de lo útil, iniciación en el trabajo y en las relaciones sociales. El educador tratara de mantener despierta la curiosidad, sin satisfacerla nunca por completo. A este propósito Rousseau repite su máxima preferida “recuerda siempre que la ignorancia nunca ha hecho mal a nadie, solo el error es funesto, nadie se extravía por no saber, sino porque cree

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