Empatia
Karem.delgadonTrabajo13 de Agosto de 2014
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Ensayo
“LA EMPATÍA, la familia te protege, la sociedad te necesita”
Elaborado por : Karem Delgado
Fecha : 10/08/2014
INDICE
• CAPITULO I INTRODUCCION
• CAPITULO II DESARROLLO DE CONCEPTOS
• CAPITULO III CONCLUSIONES
CAPITULO I
INTRODUCCION
“El éxito se alcanza apoyándonos en quienes son diferentes a nosotros”
Daniel Goleman
Psicólogo estadounidense, nacido en Stockton, California, el 7 de marzo de 1947. Adquirió fama mundial a partir de la publicación de su libro “La Inteligencia emocional” en 1995.
Queremos comenzar esta introducción refiriéndonos directamente al tema de estudio en el presente ensayo; La empatía. Personalmente y laboralmente, se nos exige que seamos empáticos con los clientes que atendemos y con las personas con las que nos relacionamos. De la misma manera, no solamente debemos ser así con la gente que atendemos, sino también con la gente que a diario tratamos, con la que nos relacionamos, sea de cualquier forma. Es una obligación cuando hablamos de inteligencia emocional, hablar de empatía, ya que al dominar uno mismo sus sentimientos y canalizar de forma correcta los de los demás, implica que siempre tomemos el lugar de la otra persona, para nunca decir o hacer lo que no queremos que se nos haga. La empatía influye sobremanera en las relaciones laborales interpersonales y en la forma en que uno trata e intenta comprender los sentimientos que nos surgen y les surgen a los demás. El cerebro, al contar con dos hemisferios, el izquierdo y el derecho nos da armas interesantes para conocer a todo tipo de personas y estar atento ante cualquier cambio de ánimo y principalmente estar preparados. No obstante, la empatía debe comenzar con el reconocimiento de nuestras propias emociones, la manera de canalizarlas, identificar las razones, los desencadenantes, y siempre expresar nuestras actitudes y que se den a entender por el lenguaje verbal y no verbal.
CAPITULO II
DESARROLLO
CONCEPTO Y OBJETIVO DE LA EMPATIA
La Empatía es una habilidad para estar conscientes de reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás, siendo capaces de leer emocionalmente a las personas. Es nuestra conciencia social, pues a través de ella se pueden apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad. De la misma forma se traduce a una capacidad de poder experimentar la realidad subjetiva de otro individuo sin perder de vista las perspectivas de la propia realidad.
Esta habilidad de ponerse en lugar del otro es propia de los seres humanos, la cual nos permite comprender y experimentar el punto de vista de otras personas o entender algunas de sus estructuras de mundo y talvez de su forma de pensar y actuar, sin adoptar necesariamente esta misma perspectiva. La capacidad de empatía depende de cada persona y de su historia, debemos aprender a reconocer qué temas nos plantean más problemas que otros.
La empatía parece ser un importante factor de cohesión social y es una ventaja evolutiva desarrollada por la selección natural entre seres humanos, así pues, la empatía describe la capacidad intelectiva de una persona de vivenciar la manera en que siente otra persona; ulteriormente, eso puede llevar a una mejor comprensión de su comportamiento o de su forma de tomar decisiones.
En virtud del análisis y debate de nuestro grupo de estudio hemos podido establecer que la empatía podríamos clasificarla en:
Empatía con otras personas
Empatía con los animales
Empatía de los animales hacia las personas (como el delfín)
Empatía de ciertos animales domésticos que han tenido un largo trato con el ser humano
De la misma forma en base a nuestro estudio hemos llegado a la conclusión de que existen diferentes clases de empatía:
• Cognitiva: comprende el estado interno de la otra persona.
• Emocional: logra entender al otro poniéndose en su lugar.
• Desinteresada: no busca beneficio propio.
• Interesada: surge de la conveniencia social o terapéutica (en el psicoanálisis, en
indispensable para establecer una alianza conveniente)
Existe una relación entre la imitación o simulación del comportamiento y la capacidad de empatizar; incluso en el mundo animal se investiga la capacidad de empatizar como un posible avance en la evolución, al posibilitar relaciones de cooperación o simbiosis.
En profesiones como el trabajo social, la medicina o la enseñanza, donde se requiere mucha empatía, el ejercicio continuado de la misma suele provocar su degradación, lo que trae como consecuencia un cansancio o desgaste emocional.
Existen personas que no logran ser empáticas, los cuales son incapaces de expresar los propios sentimientos y de percibir adecuadamente los de terceros (considerando en este grupo elementos antisociales), quienes guardan poca o ninguna consideración por los sentimientos ajenos y pueden más bien, en muchos casos, manipularlos en su propio beneficio.
LA EMPATIA, EL SER HUMANO Y EL GENERO
La empatía suele darse con una frecuencia mayor en el género femenino de la especie humana, quizá por el hecho biológico de tener hijos y cuidarlos, aun cuando esto no quiere decir que es privativa del mismo.
En general, la mujer es más experta en el mundo emocional, pero al mismo tiempo corre el riesgo de involucrarse más que el hombre. O sea, de identificarse con el otro y perder la perspectiva propia. Esto no va a permitirle ayudar a un cercano, si éste está con depresión, porque desde el momento que se fusiona, ya no tiene las herramientas para validarlo ni ayudarlo. Esto no es empatía. Porque ésta apunta precisamente a comprender y experimentar el punto de vista de otra persona, sin adoptar necesariamente su posición.
Hombres y mujeres sienten y se expresan de manera diferente, en este contexto más importante que el género es la autorregulación de las emociones. Por defecto, las mujeres tienen menos autorregulación de su mundo afectivo, esto trae como consecuencia que les va a costar ser empáticas, debido a que siempre van a estar desbordando lo que les pasa y queriendo, en el fondo, que las comprendan. En cambio, los hombres pueden ser muy discretos con su vida, pero tienen una capacidad empática tremenda…".
Hay otras actitudes que atentan contra la empatía. Por ejemplo, minimizar la situación en que se encuentra un interlocutor cualquiera; esto es algo muy presente en los casos de violencia doméstica: "El marido de la mujer que es víctima de las agresiones llega borracho y la golpea. Y a esa persona le dicen: '¡Ay, si no es para tanto!' O: 'Si todos los hombres hacen eso, así que ¿de qué te quejai?'
Siempre en el discurso de una persona que sufre violencia está la negación del dolor. Es una falta de respeto y no constituye una opinión empática, sino que constituye la brutalidad de una situación totalmente anormal.
En otro ejemplo: “…dos personas pueden estar en desacuerdo sobre ciertas decisiones (comprar este auto o aquel), pero ninguno de ellos debería negarle al otro la expresión de los afectos. Si escuchamos a alguien que dice: “…yo tengo un profundo dolor, porque extraño a mi mamá…”, no le podemos decir: “…no es para tanto, si muchos han perdido a su madre…”. Eso es un atentado a la empatía y a su escencia como valor en la relación de dos personas.
Si alguien cree que no tiene muy desarrollada la empatía, debe comenzar por conocerse y tener una autoestima sana, pues ésta nos permitirá ponernos en los zapatos del otro.
Es muy sano darse tiempo para escuchar a los demás: que quieren, que temen, que les duele, que les hace felices, a que responden mejor. Una conducta empática involucraría compartir situaciones similares que te ocurrieron, o momentos en los que sentiste lo que esa persona siente ahora, porque sin comunicación, no hay empatía.
Cuando vemos películas o leemos novelas, detengámonos e imaginemos que sienten y desean los personajes en momentos emotivos, imaginemos también que sentiríamos nosotros en esa situación.
Algunas actividades que es importante desarrollar y que aportan para practicar la empatía son:
-Escuchar activamente. (Soltar lo que uno debería decir o lo que el otro debería hacer, y prestar oído efectivamente).
-Aceptar y contener. (Esto significa que uno valida lo que le pasa al otro, pero no se desarma ante ello ni se involucra).
-Responder comprensivamente. (No basta con creer que se ha comprendido al otro. Hay que hacerle ver que es así).
-Buscar el momento adecuado para decir algo. (Y también la forma: aproximadamente un 30% de una conversación se centra en el contenido y un 70% en aspectos no verbales).
La empatía es un recurso muy importante y no hay que perder de vista que por mucho que las personas racionalicen las cosas y utilicen palabras adecuadas en una situación, siempre serán más emocionales que racionales.
La empatía se da en todas las personas en mayor o menor grado y
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