Ensayo Teorias Del Desconcierto

“La realidad cotidiana nos dice que no podemos ser optimistas, y no lo soy, pero definitivamente, sólo los pesimistas pueden cambiar el mundo”

José Saramago.

Para lograr el mundo idílico que propone Santiago Ramentol en sus teorías del desconcierto, se precisa más que plasmar en papel 7 planteamientos utópicos. Se necesitan argumentos válidos y creíbles, ¿por qué los ricos querrían de dejar ser ricos? Es cierto que la desigualdad extrema en la que se encuentra inmerso este mundo no es la idónea, sin embargo para contrarrestarla haría falta que aquellos que se encuentran en la parte alta de la balanza ejecuten el mayor esfuerzo, y éste es el verdadero punto a trabajar.

Sin duda recuperar y fortalecer la democracia pervertida, desde un ámbito local y hasta el global es una propuesta muy válida, pero qué sucede con aquellas naciones no democráticas, ¿acaso están en una travesía oscura? ¿Occidente tiene la respuesta? ¿Realmente la democracia es el camino correcto? A través de toda la historia de la humanidad, nunca ha existido un momento en el tiempo, en el que aquel mundo romántico anhelado por Ramentol y compañía verdaderamente haya existido. Ni con democracia ni sin ella.

Dicho esto, tal vez reivindicarse no es la opción, sino un verdadero cambio. Pero como ya se ha expuesto anteriormente, son aquellos que mueven los hilos del planeta los que ocasionarían un verdadero impacto, y si por un momento se analiza esta coyuntura desde su perspectiva, ¿por qué razón querrían perder el palco de honor que la vida les ha concedido?

¿Las instituciones internacionales deberían jugar un papel más importante en el plano mundial? La respuesta es un tajante sí, pero la quintaescencia que se precisa aplicar para hacer esto posible es la misma ya dicha, y la que gira entorno a la crítica hecha hacia los 7 puntos propuestos por Ramentol, ¿Por qué EEUU, Francia o China, como miembros del consejo de seguridad, tendrían la brillante idea de proponer una democracia total en la organización?

El neoliberalismo como orden económico aplicado globalmente no es del todo desdeñable, no si se toma en cuenta la cantidad de capital generado por las empresas líderes mundiales, las repercusiones que esto tiene desde un juicio moral podría alarmar a más de uno, sin embargo el maquiavélico “el fin justifica los medios” podría de igual manera reconfortar a más de dos. Regularizar el neoliberalismo para lograr obtener un mercado mucho más equitativo por supuesto que sería un avance enorme, un socorro invaluable para el sector desprotegido, para las naciones oprimidas y endeudadas, pero no así, para los que se favorecen de estas “atrocidades”. La cuestión permanente es la misma y debe ser reiterada ¿por qué los aquellos que se ven beneficiados renunciarían a su posición?

La cuarta propuesta sentenciada por Ramentol es de un contenido mucho más valioso que las anteriores, el derecho a estar informado. Es algo que a pesar de que aquellos que no les conviene este libre acceso al conocimiento podrían intentar frenar, no lo lograrían del todo, la información está ya al alcance de gran parte de la población, cabe mencionar que no en su totalidad, pero con el porcentaje al que se puede tener acceso es suficiente para comenzar a generar un pequeña chispa de luz. Esto caería totalmente en la voluntad individual, aquellos que realmente pueden tocar la información con la yema de los dedos, que lo hagan, y transmitan este tesoro al resto que no tiene el privilegio.

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